Coches híbridos conectables

Con motor de combustión y baterías recargables en la red eléctrica, se espera que su uso aumente en los próximos años
Por Alex Fernández Muerza 17 de febrero de 2010
Img totoyaprius

Los coches híbridos conectables (PHEV) pretenden sacar partido a lo mejor de los motores de combustión y las baterías eléctricas. En principio están pensados para funcionar como coches eléctricos, y de hecho pueden recargarse de electricidad en cualquier enchufe, a diferencia de los híbridos convencionales. Pero si necesitan un apoyo energético extra, pueden recurrir también a su motor de gasolina o diésel normales. Cada vez más países apoyan el desarrollo y la compra de este tipo de tecnologías híbridas y eléctricas. Estados Unidos ha dado la mejor acogida a estos vehículos, pero las principales compañías automovilísticas pretenden vender sus nuevos modelos híbridos conectables en todo el mundo.

Las ventajas económicas y medioambientales de los PHEV son varias, según sus defensores. El coste de la electricidad para alimentar las baterías de estos coches se ha estimado en menos de un cuarto del coste de la gasolina. Su eficiencia energética es otro de los grandes beneficios para sus usuarios: un PHEV que tenga un radio de acción con el motor eléctrico de 120 kilómetros puede necesitar al año sólo el 25% de la gasolina que utiliza uno convencional. Por sus características, pueden ser más eficientes que los convencionales híbridos, ya que optimizan el uso del motor de combustión interna.

En comparación con los vehículos convencionales, los PHEV pueden reducir la contaminación atmosférica, la dependencia del petróleo y los combustibles fósiles, además de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta manera, desciende la dependencia energética y se combate el cambio climático.

Un PHEV puede necesitar al año sólo el 25% de la gasolina que utiliza uno convencional

Por su parte, los consumidores dependen menos de las gasolineras, ya que pueden enchufar estos vehículos a la red de su casa. Y también es un apoyo más para el desarrollo de la tecnología V2G (Vehículo a Red): los coches pueden convertirse en un sistema energético de emergencia para los hogares, y en un lugar de almacenamiento portátil para el desarrollo de las energías renovables.

El aumento de este tipo de vehículos, y en general de los híbridos y los eléctricos, es una constante que gobiernos de todo el mundo apoyan de manera cada vez más decidida. Estados Unidos ha puesto en marcha una ley para el estímulo de la economía que favorece la compra de estos vehículos y el desarrollo de su tecnología. Diversos estados como San Francisco, Washington, Texas o Seattle han aprobado, por su parte, planes de apoyo al coche híbrido conectable. En la vecina Canadá, ciudades como Toronto u Ontario también conceden ayudas para la adquisición de estos coches.

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La Unión Europea, dentro de su Programa de Investigación, señala a la electrificación del transporte como una prioridad y, por ello, apoya a todas estas tecnologías híbridas y eléctricas. En España, el reciente plan Movele ofrece subvenciones para la compra de vehículos híbridos, que se suman a las ayudas de algunas comunidades autónomas, como la de Castilla y León.

Y no son los únicos: países con parques automovilísticos de gran crecimiento, como Japón, China, Corea del Sur o India destinan cada vez más financiación a proyectos de I+D sobre coches híbridos enchufables a la red.

Principales modelos de PHEV

EE.UU., el país con la mayor demanda de coches híbridos, es el referente que marca tendencias en este mercado y un banco de pruebas para los fabricantes. En 2030, el número de PHEV en las carreteras estadounidenses podría ascender a entre 13 y 40 millones, según un reciente análisis del National Research Council de EE.UU, en colaboración con el Departamento de Energía del Gobierno de este país. En 2040, el 75% de los kilómetros recorridos por vehículos en EE.UU. podrían provenir de energía almacenada en baterías, según un estudio de la Electrification Coalition, una organización formada por empresas que defienden el uso de la electricidad en el transporte.

En 2030, el número de PHEV en las carreteras estadounidenses podría ascender a entre 13 y 40 millones
En 2009, la mayoría de los PHEV que circulaban por las carreteras estadounidenses eran versiones de los híbridos Prius de Toyota y Escape de Ford. En este caso, los fabricantes han incluido baterías de ion-litio que se pueden recargar en la red y que tienen una capacidad de almacenamiento mayor que las incluidas en los híbridos convencionales. Los responsables de Toyota han anunciado que fabricarán durante 2010 modelos de PHEV con mejores prestaciones en cuanto a rendimiento y emisiones contaminantes que los de la generación anterior para su venta en los mercados japonés, estadounidense y europeo.

Pero no son los únicos en un mercado con un crecimiento cada vez mayor. Más de una docena de empresas compiten para comercializar en los próximos años diversos modelos de PHEV. Una de las que parece estar mejor situada es General Motors con su modelo Chevrolet Volt. Dado a conocer en 2007, su objetivo es adaptarse a la evolución futura del mercado automovilístico. Su tecnología, denominada E-Flex, permitirá utilizar cualquier combinación de baterías eléctricas, gasolina, diésel o células de hidrógeno. Por su parte, otras marcas han anunciado que durante 2010 y 2011 darán a conocer sus nuevos modelos de híbrido conectable, como el Ray de Hyundai/Kia, el Lexus LF-Ch y el Prius PHV de Toyota, o el UpLite de Volkswagen.

ImgImagen: Jon ‘ShakataGaNai’ DavisPor su parte, compañías especializadas en esta tecnología, como las californianas Fisker Automotive o Aptera Motors, o empresas de mercados emergentes, como la china BYD, quieren ser una alternativa a las grandes marcas.

Y si bien la mayoría de estos vehículos híbridos conectables son turismos, también se pueden encontrar propuestas de camiones y camionetas, autobuses, trenes o motocicletas. El sur de California dispone desde 2007 de un autobús escolar híbrido conectable, gracias a un proyecto en el que participan instituciones y empresas de ese estado. Por su parte, en 2003, Renault puso a la venta en Europa el Electroad, una versión PHEV de su furgoneta Kangoo. En Francia, Noruega y Reino Unido consiguió vender 500 unidades al precio de unos 25.000 euros.

Inconvenientes de los coches híbridos conectables

El citado estudio del National Research Council también señalaba los puntos débiles de la tecnología PHEV. Según sus responsables, harán falta décadas y cientos de miles de millones de dólares en inversiones para que logren cierta viabilidad. A pesar de todo, aseguran, su efecto en la reducción de uso de combustibles fósiles o en las emisiones de gases de efecto invernadero será modesta.

La principal traba a su expansión, según el estudio, es el coste de las baterías. Un híbrido conectable con una autonomía eléctrica de 65 kilómetros vale unos 13.000 euros más que un coche convencional similar. El estudio reconoce que la tecnología de las baterías ha avanzado, pero hará falta un descubrimiento rompedor para hacerla competitiva, y no es algo que se espere para los próximos años. Se ha criticado el estudio porque algunos de sus autores son expertos, ya retirados, de compañías petroleras.

Los PHEV tienen, además, otra serie de desventajas, como la falta de infraestructura de recarga. No todos los consumidores tienen en su casa un garaje o un lugar en el que enchufar estos coches. Por ello, haría falta crear en las calles y carreteras puestos de recarga eléctricos.

Sus bondades ecológicas también se ponen en duda. El origen actual de la electricidad proviene de combustibles fósiles. Por ello, para reducir su impacto, las energías renovables deberían aumentar su peso.

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