La ciudad es el lugar de referencia para millones de personas. En ella viven y se relacionan con otros de acuerdo a unos principios de respeto y garantía de derechos. Sin estas bases, la convivencia se torna difícil. Pero también la ciudad puede hacer algo por sus habitantes y, en especial, por los más pequeños. Un total de 253 indicadores sirven de guía para lograr ciudades amables con los niños en cuestión de salud, educación, cultura, ocio, sostenibilidad ambiental, familias, cooperación y participación infantil.
Imagen: Horton Group
Estos indicadores forman parte de la iniciativa Ciudades amigas de la infancia, puesta en marcha por UNICEF en 2004. Este año, en el contexto de la IV convocatoria 2010-2014, se han presentado nuevos factores de evaluación para medir las cualidades de las ciudades respecto a los más pequeños y el cumplimiento de los derechos de estos. Los municipios interesados podrán utilizarlos como guía para analizar los resultados de las medidas implementadas en cuestión de salud, educación, cultura, ocio, sostenibilidad ambiental, familias, cooperación y participación infantil. «Podrán conocer su grado de compromiso en defensa y protección de la infancia», explica UNICEF.
Se entiende que las instituciones locales deberían dedicar una partida a los menores que, por lo menos, fuera cada año igual o mayor que el anterior. En materia de salud, se valora el diseño de programas de prevención e intervención en hábitos saludables y nocivos, además de educación afectiva sexual y para la ciudadanía. Mientras, en la escuela, son recomendables los programas de absentismo escolar, atención y apoyo a la infancia con discapacidad o con dificultades aprendizaje, apoyo a niños inmigrantes, prevención e intervención sobre la violencia escolar y otros programas de educación para la paz, solidaridad o educación vial.
Sería conveniente una programación cultural específica para menores y jóvenes, que tenga en cuenta su propia opinión
La cultura, el ocio y el tiempo libre son otros factores destacados porque se pretende que los niños cuenten con programación cultural específica para ellos, así como para los jóvenes, además de instalaciones, propuestas para menores con discapacidad e iniciativas que no sólo se dirijan a estos grupos, sino que además se les dé la oportunidad de participar en su organización.
En cuestión de medio ambiente, preocupa la calidad del agua y del aire en el municipio, las posibles medidas de protección y la evaluación de mapas de situación de lugares de juego en relación a las viviendas, escuelas o guarderías, con los puntos peligrosos de los recorridos señalados.
Más aspectos que se analizan son la puesta en marcha de programas de formación para padres, recursos de atención a la primera infancia, servicios de conciliación familiar y laboral y programas de mediación familiar. En relación a la cooperación, se presta atención a los recursos para programas de cooperación internacional a la infancia y, por último, son reseñables los indicadores de participación infantil.
Criterios de valoración
Para que se reconozca a una ciudad como amiga de la infancia debe contar con consejos de infancia o foros estables de participación de los niños, un plan de infancia o acciones coordinadas y eficaces, y responder a una serie de cuestionarios que recogen los indicadores de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En el año 2020, un 70% de los niños vivirán en entornos urbanos
Hasta el momento, un total de 34 localidades están consideradas como ciudades amigas de la infancia. El nuevo plazo para optar a esta distinción concluye el próximo 15 de julio. Los requisitos son más exigentes que en anteriores ediciones, ya que se ha pasado de 138 a 253 indicadores. Se estima que el nuevo procedimiento «mejora la objetividad en la evaluación de los municipios y la sostenibilidad de los avances en derechos de la infancia». Tomar estas medidas es necesario porque, según cálculos de la organización, en el año 2020 un 70% de los niños vivirán en entornos urbanos.
La valoración de las propuestas que se reciban desde los municipios no tendrá en cuenta el cumplimiento exhaustivo de todos los criterios, sino «una visión general y global». Cuando la secretaría permanente de Ciudades Amigas de la Infancia lo estime oportuno, podrá comprobar que las respuestas que se aportan en las candidaturas son reales. Para las ciudades interesadas, el próximo 12 de abril comenzará la segunda edición del curso de experto municipal en necesidades y derecho de la infancia y la adolescencia, promovido por la Red Local a Favor de los Derechos de la Infancia y Adolescencia. El curso, que finalizará el 31 de octubre, se desarrollará a través de Internet para adaptarse a disponibilidades y horarios.
Una vez que una ciudad obtiene el título de Amiga de la Infancia, ha de mantenerlo. Este certificado se conserva durante los cuatro años posteriores a la fecha de reconocimiento, pero para ello es necesario que, durante el segundo año, el municipio rellene el documento que valora el cumplimiento de los indicadores municipales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño y lo remita a la secretaría permanente del programa.
El título de Ciudad Amiga de la Infancia se renueva por cuatro años, si no hay una merma considerable de la calidad de las intervenciones para la infancia
Durante el cuarto año, se proporcionará de nuevo este documento y, completado por segunda vez, se remitirá a la secretaría para que lo coteje con el anterior. “De esta forma, se podrá realizar una valoración de la evolución de las políticas de infancia del municipio”, señala UNICEF.
Si se detecta una evolución positiva, se prorrogará el reconocimiento durante cuatro años más. En caso contrario, si se comprueba “una merma considerable de la calidad de las intervenciones para la infancia o conculcación de alguno de los principios contemplados en la Convención sobre los Derechos del Niño”, no se prorrogará.