Para la mayoría de los trabajadores autónomos, el ordenador es una herramienta vital. Para mantenerlo en óptimas condiciones y no retrasar el trabajo en caso de que sufra algún daño, estos profesionales y las pymes pueden suscribir pólizas que cubren la reparación, instalación y mantenimiento de los equipos informáticos, pérdidas de datos y daños físicos de sus componentes. En el caso de los usuarios particulares, no hay seguros específicos, pero las pólizas de hogar cubren, en ocasiones, el arreglo de ciertos desperfectos y disponen de un servicio de asistencia técnica.
Para todos: de lo básico a lo complejo
Arquitectos, técnicos informáticos, pequeños y medianos empresarios… El ordenador se ha convertido para estos profesionales en un elemento imprescindible del que dependen para realizar su trabajo diario. Por ello, precisan protegerlo frente a posibles desperfectos o averías. El sector asegurador cuenta con diversos productos para garantizar un correcto mantenimiento y lograr que una reparación no suponga ningún contratiempo:
Seguros de hogar convencionales. Además de prestar asistencia técnica informática, cubren posibles deficiencias derivadas del uso de ordenadores personales. Estas garantías elevan el coste de la póliza de hogar una media de 10 euros, por lo que puede ser una opción apropiada para quienes utilicen el ordenador con asiduidad.
Para mantener protegido el equipo, en caso de utilizarlo para fines profesionales, hay más opciones. Una de ellas es suscribir una póliza individualizada que contemple varias contingencias, desde la reparación de los ordenadores hasta la recuperación de datos almacenados. Entre las más comunes destacan las destinadas a asegurar los equipos contra daños internos y externos. Garantiza la reparación en caso de cortocircuito y otras averías eléctricas (sobretensión, inducción o aislamiento deficiente), autocalentamiento, incendio, explosión y robo.
Se pueden complementar con coberturas opcionales de recuperación de datos, indicadas sobre todo para usuarios que guarden programas de contabilidad, administración, ventas o producción. Un ataque de un virus informático o una negligencia podrían poner en peligro el trabajo de muchos años. Esta póliza cubriría la pérdida de los datos que son propiedad del asegurado o de otros que -sin ser propietario- tenga en posesión por cualquier razón (uso o licencias, entre otros).
También es posible suscribir un seguro de daños físicos a los equipos: pantallas, teclados, ratones, fotocopiadoras, escáner, impresoras, portátiles, discos duros externos, cintas magnéticas, etc. La práctica habitual de todo usuario es garantizarlos a través de una póliza multirriesgo. Sin embargo, la cobertura que prestan -incluso si se contratan las garantías opcionales de avería de equipos electrónicos- es más limitada que la de los seguros específicos. Estas pólizas se destinan, en especial, a despachos laborales, autónomos y pymes. Entre las coberturas básicas se engloban las referidas a los daños y pérdidas materiales por negligencia y actos malintencionados de terceros, la acción directa de la energía eléctrica, incendio, explosión, traslados, robo o caídas.
El uso generalizado de ordenadores portátiles ha propiciado que las compañías cuenten con productos más concretos. A grandes rasgos, son pólizas anuales, con renovaciones por un periodo máximo de entre dos y cinco años. El objetivo de este seguro son los equipos y sus accesorios originales nuevos, en el momento de su venta. El capital asegurado es el máximo indemnizable, con el límite del valor de cada aparato y sus accesorios de hasta 4.000 euros. Se garantizan las pérdidas y daños materiales sufridos como consecuencia de incendio y robo, asi como las roturas accidentales.
Una opción más avanzada, diseñada para autónomos, profesionales y pymes, son los seguros de daños para la CPU (unidad central de proceso) del ordenador. Ésta es una de las exclusiones que figura en todas las garantías de los equipos electrónicos, ya que los costes de reparación son muy elevados. Con independencia de la marca, el tamaño o coste de la CPU, el límite de indemnización es fijo.
La póliza tiene unos precios que oscilan entre 30 y 70 euros. Cubre tanto el desplazamiento como la mano de obra y las piezas que se deban sustituir. El seguro de daños abarca las posibles averías causadas por caídas, golpes, sobretensión de la red, derrame de líquidos y temperaturas extremas.