Más de 400.000 adultos participan cada año en las actividades formativas organizadas por los cerca de 1.500 Centros de Educación para Personas Adultas (CEPA) de nuestro país. Su oferta educativa abarca enseñanzas formales y no formales, desde la alfabetización básica hasta la preparación para acceder a otros niveles de enseñanza, como la formación profesional o la universidad.
Imagen: Rubén García / Consumer Eroski
La educación es un proceso que se desarrolla durante toda la vida, de modo que la oferta educativa de las administraciones no se puede ceñir al ámbito de las enseñanzas regladas. Debe contemplar modos de aprendizaje flexibles, que permitan a los adultos que han abandonado el sistema educativo sin ninguna titulación adquirir las competencias básicas o las titulaciones que los identifiquen como aptos para desarrollarse y progresar, tanto en el marco laboral como en el personal.
En España, los denominados Centros de Educación para Personas Adultas (CEPA) diseñan distintos itinerarios educativos para impartir una formación permanente y progresiva hasta lograr alcanzar los objetivos que más se ajusten a las necesidades y competencias de cada persona. En la actualidad, la red de CEPA está formada por 1.471 centros públicos y 47 privados que atienden cada año a más de 400.000 adultos.
Oferta formativa
Los contenidos de las enseñanzas se adaptan a las particularidades de estas personas y se imparten en distintas modalidades
Los CEPA públicos dependen de las diferentes consejerías de educación autonómicas y su oferta educativa se ajusta a las distintas normativas sobre educación de adultos vigentes en cada comunidad. Los contenidos de las enseñanzas marcadas en estas normativas se adaptan a las particularidades de los estudiantes y se imparten en distintas modalidades y regímenes (presencial, semipresencial o a distancia) para proporcionarles la flexibilidad necesaria, en función de las características particulares de cada uno.
En general, los itinerarios formativos de los CEPA responden a enseñanzas formales y no formales, entre las que destacan:
Acceso a las enseñanzas
Para inscribirse en un Centro de Educación para Personas Adultas, sólo es necesario cumplir con un requisito de edad: tener 18 años. En algunas autonomías, se permite también el acceso a los mayores de 16 años, siempre que acrediten la imposibilidad de asistir a un centro educativo ordinario por motivos laborales o por tratarse de un deportista de alto rendimiento.
Se diseña para el estudiante un itinerario educativo acorde a sus expectativas y necesidades
La mayoría de los CEPA abren el periodo de matrícula en el mes de septiembre y, en algunos casos, un plazo extraordinario en el mes de enero permite matricularse en el segundo cuatrimestre. Si hay puestos vacantes, muchos CEPA dan la opción de apuntarse a las actividades formativas en cualquier momento del curso académico.
Una vez inscrito, el alumno deberá aportar la documentación exigida por el centro en función de las enseñanzas a las que quiera acceder. Los estudiantes que se matriculen en Formación Básica de personas adultas deben pasar por un procedimiento denominado VIA (valoración inicial de los aprendizajes). Su finalidad es adscribir al alumno en el grado y nivel de esta formación que más se adecue a sus conocimientos y competencias por medio del reconocimiento de los aprendizajes y aptitudes previas adquiridas. Tras esta valoración, se diseña para el estudiante un itinerario educativo acorde a sus expectativas y necesidades.