Los audiolibros facilitan la lectura a cualquier persona, pero además, otros formatos resultan muy útiles para quienes padecen deficiencia visual grave o ceguera. Los libros sonoros en formato “daisy” amplían las posibilidades, ya que mediante unos reproductores especiales, habilitados con una serie de teclas, es posible pasar de página o realizar anotaciones en los archivos que simulan los diferentes capítulos y otros contenidos del libro.
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El objetivo del formato daisy es conseguir libros digitales accesibles para personas ciegas o con deficiencia visual grave. Las publicaciones adaptadas a este sistema se asemejan a los audiolibros en CD porque ambos se escuchan, pero el funcionamiento es diferente. «Permiten saltar a golpe de tecla de un capítulo a otro», explica la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), «además de ir a una página determinada sin tener que pasar por todas las anteriores, marcar puntos de lectura a los que se quiere volver más tarde o incluir notas propias».
Las publicaciones utilizan la tecnología MP3 para comprimir el audio, pero cuentan con diversos archivos por los que se puede navegar
En 1996 se creó el Consorcio Daisy, que establece los estándares para que un texto sea accesible. Los libros editados en este formato son publicaciones que utilizan la tecnología MP3 para comprimir el audio, pero cuentan con diversos archivos por los que se navega. «Un libro en audio con ficheros MP3 se podría leer de manera secuencial, como un disco de música», señala la ONCE. Pero con daisy se pueden realizar diversas tareas en cada uno de los archivos.
Este concepto toma su nombre de Digital Accessible Information System (sistema de información digital accesible) y ha permitido la transición a los libros digitales. Los países que se adhieren al citado consorcio se comprometen a promocionar este formato como estándar. Con él se elaboran libros accesibles y navegables, con las siguientes características:
- Las posibilidades de navegación en los archivos se asemejan a las posibilidades de manipulación de los libros convencionales.
- Un narrador graba el audio, de manera que con su entonación puede enfatizar ciertas partes de la historia.
- El libro tiene memoria. Es posible concluir la lectura en un punto y retomarla después en el mismo.
- Son libros con audio, texto o audio y texto sincronizados.
Cómo leer un libro en formato daisy
Hasta el momento, en España, los libros en formato daisy se pueden conseguir en la biblioteca digital de la ONCE. A través de Internet, es posible acceder al catálogo y a las publicaciones que lo componen. No obstante, si cualquier persona desea editar libros en este formato, es posible. Se pretende que daisy sea una tecnología de uso mayoritario porque no sólo se facilitaría el acceso a la lectura, sino que además se abarataría el coste de los reproductores.
Imagen: ONCE
El principal inconveniente para la lectura de estos libros es la necesidad de contar con un reproductor específico o, en su defecto, hay que descargar un programa que facilite la lectura. «Daisy es un estándar abierto» que no persigue ningún afán de lucro, sino una mayor accesibilidad.
Los libros se protegen con un código que establece el orden de lectura. Por este motivo, si se emplea un reproductor de MP3, no reconocerá el formato y leerá el contenido de manera desordenada, además de no permitir la navegación por los ficheros. La ONCE facilita a sus afiliados de manera gratuita los programas oportunos para reproducir los libros, ya que uno de los fines es superar las limitaciones de los audiolibros.
El braille ha facilitado la adaptación de diversos materiales, como libros, revistas y otros contenidos con un fin formativo y de entretenimiento. Con este objetivo se pusieron en marcha las bibliotecas de braille, que cada vez más dejan paso a las bibliotecas digitales. La ventaja de estas últimas es que “siempre hay ejemplares disponibles” y no es necesario desplazarse hasta un lugar físico, sino que basta con una conexión a la Red.
A su vez, destaca la formación en tiflotecnología, es decir, el uso de “tecnologías de la información adaptadas para personas con ceguera y deficiencia visual”. Éstas aprenden a utilizar diferentes programas o a navegar por Internet y se familiarizan con el uso del braille en los teclados y en otros dispositivos como agendas electrónicos o calculadoras.