Organización y planificación, combinado con tiempo de ocio. Es la recomendación de los expertos a los alumnos que deben aprovechar los meses estivales para recuperar asignaturas pendientes o para repasar y reforzar los contenidos aprendidos durante el curso académico. Estudiar en casa, solos o con profesor particular, en una academia o mediante un programa de refuerzo escolar, son opciones válidas para cumplir con los objetivos marcados para el verano.
Verano y estudio. Aunque estos dos términos parecen incompatibles, algunos alumnos tendrán que combinarlos en los meses estivales por obligación, para recuperar las asignaturas suspensas en el curso académico. Otros deberán trabajar, por recomendación de sus docentes, para afianzar los contenidos curriculares impartidos durante el año y estar preparados para afrontar con éxito una nueva etapa. No obstante, en general, los especialistas recomiendan que todos los escolares mantengan el hábito de estudio durante las vacaciones para que la reincorporación a la rutina escolar en septiembre no sea complicada.
El objetivo es afianzar lo aprendido en el año escolar
La psicóloga y pedagoga Rosa Serrate, autora del libro ‘Ayúdale a estudiar. Las claves del éxito escolar’, incide en que «el verano es muy largo en nuestro país y, a la vuelta de vacaciones, muchos alumnos han podido olvidar lo aprendido en el curso». Por ello, aconseja no sobrecargarles, sino lograr que afiancen los conocimientos aprendidos en el año escolar.
Combinar estudio y ocio
¿Cómo pueden ayudar los padres a que se cumpla este objetivo? Es fundamental una buena organización de la jornada, donde tengan cabida tanto los momentos lúdicos y de descanso, imprescindibles en el verano, como el tiempo para estudiar o repasar, más o menos extenso en función de las necesidades de cada estudiante. Al respecto, Serrate apunta la necesidad de tener planificado el día en verano, «con un horario de piscina o playa, uno de descanso y uno de trabajo». Este último, es preferible llevarlo a cabo durante las mañanas, antes de comenzar cualquier otra actividad.
Los estudiantes se concentran mejor por las mañanas y tienen un mayor rendimiento
María Eugenia Marfull, directora del centro psicopedagógico Educa, subraya que las primeras horas del día «son el momento durante el cual los alumnos están en mejores condiciones para centrarse y su rendimiento es mayor». Una de las ventajas es que se evitan las interrupciones de otras actividades. «La pereza es siempre mayor durante la tarde», recalca.
Los expertos apuntan la atención que se debe prestar al lugar de trabajo. Debe ser siempre el mismo sitio y estar alejado de influencias ambientales que puedan distraer o interrumpir el estudio, como la televisión, teléfonos o zonas de juego. Marfull resalta también el papel que han de adoptar los padres: deben interesarse cada día por el trabajo realizado por sus hijos, «no sólo para controlarles -matiza-, sino también para motivarles«. Es recomendable «premiar» al estudiante, «puesto que si de lunes a viernes ha trabajado según lo acordado, el fin de semana necesita descansar y divertirse».
Buscar ayuda
Para mantener el hábito de estudio durante el verano, a muchos alumnos les bastará con trabajar solos con algunos de los materiales y cuadernos de vacaciones que se editan con esta finalidad. Sin embargo, otros necesitarán ayuda externa para poder asimilar con éxito los contenidos que no han superado en el curso o que necesitan reforzar.
Un profesor particular resuelve las dudas y dirige el estudio durante el verano
En estos casos, las familias pueden recurrir a varias opciones. Un profesor particular resuelve las dudas y dirige el estudio durante el verano, mientras que en una academia se imparten cursos especiales y clases específicas de las distintas materias. En casos más extremos, se reservan los internados de verano, que operan en los meses estivales en nuestro país.
Las familias que lo requieran pueden buscar ayuda para sus hijos en los programas de colegios abiertos en verano, que organizan ayuntamientos e instituciones locales. Aunque se centran en actividades lúdicas y de ocio, en muchos casos, estas iniciativas incluyen en su programación sesiones de estudio tuteladas, durante las cuales los participantes pueden realizar sus tareas y resolver las dudas con el tutor de estudios.
Por otra parte, varias comunidades proponen programas específicos de refuerzo escolar durante los meses estivales. Muchos son gratuitos y otros cuentan con importantes subvenciones y descuentos para las familias más desfavorecidas. Ofrecen a los estudiantes de primaria y secundaria la posibilidad de acudir a un colegio o instituto para recibir clases de apoyo durante determinadas horas y participar en jornadas de estudio supervisadas.