África es la primera en algo y esta vez parece positivo. Un informe de Naciones Unidas asegura que, hasta el momento, ha logrado los mayores avances para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Su posición de partida quedaba mucho más atrás que la de otros continentes y ha tenido tiempo, al menos, para acortar distancias. Las tasas más alarmantes comparten morada en sus dominios. Conflictos, hambre, alta tasa de mortalidad infantil, enfermedades o pobreza están censadas en el continente, si bien la preocupación rodea a todo el planeta porque en cada rincón hay margen de mejora. Se necesitan inversiones millonarias para obtener los avances exigidos para el año 2015, pero en mitad del camino, a escasos meses de que el mundo se examine a sí mismo en la cumbre de Nueva York del 20 al 22 de septiembre, Naciones Unidas lo pone más fácil: el compromiso a largo plazo de los países comprometidos con los ODM es la clave para alcanzarlos.
Si en 2007 las ONG se mostraban pesimistas respecto a la consecución de los ODM en 2015, hoy este panorama ha cambiado y se empieza a plantear la posibilidad de conseguirlos, al menos, en determinados ámbitos. Naciones Unidas asegura que es cuestión de compromiso y un informe que acaba de publicar concede, además, espacio para la esperanza: los países más pobres de África, en peor situación de partida, han logrado los mayores avances desde 1995.
En cinco años, la mitad del continente podría reducir la pobreza extrema a la mitad. Han aumentado sus posibilidades desde la creación de los ODM y el acuerdo de unos objetivos que, si bien parecían ambiciosos, eran un acuerdo de mínimos para garantizar un mundo más justo y equitativo. Los progresos de los países de ingresos bajos y medios son patentes. La universalización de la educación primaria y la reducción de las tasas de mortalidad infantil han logrado los mayores éxitos.
Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
El informe de Naciones Unidas asegura que la crisis económica mundial ha ralentizado este progreso, pero no lo ha detenido. Si en 1990 había un total de 1.800 millones de personas que vivían con menos de 1,25 dólares al día, en 2005 esta cifra cayó hasta 1.400 millones. La tasa de pobreza pasó del 46% al 27%. El objetivo ahora es mantenerse y que para 2015 se llegue a un índice de pobreza del 15%. Serían 920 millones de personas quienes formarían esta bolsa, pero se habría conseguido reducir a la mitad la cifra inicial. El Banco Mundial estima en 50 millones el número de personas que ha empeorado su situación a consecuencia de la crisis y vive en pobreza extrema. Las personas con empleos considerados «vulnerables», sin acuerdos formales de trabajo, son las más afectadas. Las estadísticas benefician a Asia oriental, con «el crecimiento más rápido y la reducción más pronunciada de la pobreza». La tasa de pobreza de China llegaría en 2015 al 5%.
Respecto al hambre, los problemas económicos han acabado con los progresos conseguidos debido, en especial, al aumento incontrolado de los precios de los alimentos en 2008 y a la caída de los ingresos en 2009. Se advierte, incluso, de que el hambre alcanzó un máximo el pasado año. Desde 1990 se registraron progresos en el porcentaje de poblaciones con nutrición insuficiente, pero los datos se han estancado desde el periodo 2000-2002. La Organización para los Alimentos y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) ha llegado a alertar de que la cantidad de personas en esta situación en 2008 podría haber llegado a 915 millones y superaría los 1.000 millones en 2009.
Objetivo 2. Lograr la enseñanza primaria universal.
Conviene atender a los niños de zonas rurales y evitar que las niñas dejen de acudir a la escuela para trabajar en casa
Se califican de «débiles» las esperanzas para alcanzar este objetivo. Los avances no han sido suficientes. La matriculación en educación primaria ha llegado al 89%, pero para alcanzar el objetivo en la fecha establecida, todos los niños con la edad oficial para ingresar en la escuela primaria deberían haber asistido a clase en 2009, cita el informe. No hay suficientes maestros ni aulas, en algunos países la educación es un lujo que no todos pueden pagar y el índice de abandono escolar, en ciertos lugares de África, es todavía del 30%. Hay que acabar con las desigualdades, atender sobre todo a los niños que residen en zonas rurales porque su dificultad para acceder a la escuela es mayor, evitar que las niñas dejen de acudir a la escuela para trabajar en casa y fomentar la educación de los menores con alguna discapacidad.
Objetivo 3. Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.
La paridad de géneros en la matriculación se acerca en las regiones en vías de desarrollo, pero la pobreza obstaculiza la educación. La Plataforma 2015 y más cree que las mujeres son las principales perjudicadas por la pobreza, las desigualdad y la discriminación por razón del género. «Alcanzar la autonomía de la mujer y promover la igualdad entre hombres y mujeres es labor de países del Sur y del Norte», indica. La ONU asevera que las mujeres copan las formas de empleo más vulnerables, con falta de prestaciones y seguridad laboral.
Objetivo 4. Reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años.
Un refuerzo de la nutrición y la vacunación contra la neumonía y la diarrea podría salvar a millones de niños
En 1990 fallecieron 12,5 millones de menores de cinco años y en 2008, 8,8 millones: 100.000 niños menos por día. ¿Cómo se podría salvar a millones de pequeños? Con la reactivación de la lucha contra la neumonía y la diarrea, y el mantenimiento de los fondos para vacunar contra el sarampión, defiende Naciones Unidas. Los niveles de mortalidad infantil son muy elevados en numerosos países, a pesar del «sorprendente» progreso logrado en algunos de los países más pobres del mundo, «en contra de todo lo esperado». Destacan los avances en Bangladesh, Bolivia, Eritrea, República Democrática Popular Lao, Malaui, Mongolia y Nepal, que han reducido la tasa de mortalidad en menores de 5 años en un 4,5% anual o más. Pero sólo 10 de los 67 países con altas tasas de mortalidad infantil «están en vías de satisfacer la meta de ODM respecto a la supervivencia de niños».
Objetivo 5. Mejorar la salud materna.
La meta es reducir un 75% la tasa de mortalidad materna entre 1990 y 2015. Se requieren servicios de salud reproductiva de alta calidad para una maternidad segura. La tasa de reducción del índice de mortalidad maternal está por debajo del 5,5% anual necesario para alcanzar la citada meta, pero estas muertes podrían evitarse en numerosos casos. El sur de Asia y África son las zonas donde más arriesgado es el parto, ya que la mayoría de las mujeres carecen de atención sanitaria apropiada durante el mismo. Se necesita más personal capacitado para evitar las hemorragias en el momento de dar a luz o las complicaciones por anestesia o cesárea. Otra posibilidad pasa por la distribución de métodos anticonceptivos entre las mujeres más pobres.
Objetivo 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
En 2015 se pretende haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH/Sida. Hasta el momento, se ha estabilizado tras el pico máximo alcanzado en 2006, pero es necesario fomentar el uso del preservativo, sobre todo entre los jóvenes y quienes practican relaciones sexuales de alto riesgo, y extender el tratamiento correspondiente a todas las personas que lo necesiten. Las madres seropositivas deben ser uno de los principales grupos de atención, ya que así se protege a los fetos. Son numerosos los niños huérfanos por la muerte de sus padres a consecuencia del sida. Respecto a la tuberculosis, segunda causa de muerte en el mundo después del VIH, reducir a la mitad su prevalencia y tasa de mortalidad «sólo será posible si se mantienen los esfuerzos de control y los fondos necesarios». En relación con la malaria, debería aumentar la fabricación y distribución de redes para mosquitos tratadas con insecticida, aunque cada vez más niños duermen con ellas, y complementar los fondos externos con ayuda adicional.
Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Hay que conseguir reducir la tasa de deforestación, dar una respuesta decisiva al problema del cambio climático, conservar la biodiversidad, proteger los hábitats de las especies en peligro, evitar la sobreexplotación de la pesca y lograr el acceso a servicios sanitarios y al agua potable, en especial, de los hogares rurales, «todavía un desafío en muchas partes del mundo», subraya la ONU.
Objetivo 8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Se quiere atender las necesidades especiales de los países menos desarrollados, los países sin litoral y los pequeños estados insulares en vías de desarrollo, además de respaldar a los países en vías de desarrollo para que logren un mayor acceso a los mercados. Un informe de Economistas sin Fronteras y la Plataforma 2015 y más revela, sin embargo, que desde el estallido de la crisis financiera y económica, a finales de 2008, «la alianza mundial para el desarrollo se ha visto debilitada». Destaca el esfuerzo de coordinación por parte de los países desarrollados y las principales economías emergentes (G-20) con medidas a corto plazo y de urgencia para evitar el colapso del sistema financiero internacional y de la economía mundial, pero advierte de que «los factores de inestabilidad y riesgo sistémico que provocaron la crisis persisten». Por ello, apela a la reforma del sistema financiero para que tenga los mecanismos de supervisión y control necesarios.