El tamaño, la luminosidad y la comodidad de disponer de dos ambientes separados para la vida diaria hacen de los dúplex una vivienda muy atractiva para un perfil de comprador muy concreto compuesto, en su mayoría, por parejas con hijos. Este tipo de inmueble, tan práctico para algunos, disuade a otros por su elemento más característico: la escalera. Imprescindible en un dúplex, se convierte en un factor disuasorio para quienes lo ven como un inconveniente a la libertad de movimiento.
Espacio e intimidad
Más metros cuadrados, mucha luz, intimidad y un cierto estatus. Todo esto lo proporciona disponer de dos pisos en uno. Los dúplex, viviendas de dos plantas conectadas por una escalera interior, son el destino de las parejas con hijos que ven cómo sus pisos se quedan pequeños. A medida que pasa el tiempo las necesidades cambian, los sueldos crecen y es posible que la familia también aumente. Tener dos habitaciones, salón, baño y cocina ya no es suficiente. Es entonces cuando se opta por este tipo de viviendas.
El tamaño es la ventaja más valorada en esta edificación. La luminosidad es también fundamental, ya que al disponer de dos pisos es habitual que todas o la mayoría de las estancias tengan ventana y, por lo tanto, luz natural. Es frecuente que la planta más alta cuente con una mayor entrada de luz.
Es habitual que todas o la mayoría de las estancias dispongan de ventana y luz natural
Entre sus cualidades, destaca también la intimidad en la vivienda. Éste es un aspecto muy importante cuando los miembros de la familia aumentan. La distribución habitual hace que se utilice una planta para la rutina diaria -con cocina, salón, uno o dos baños y cuarto de estar-, mientras que la otra se reserva para descansar.
La escalera, un inconveniente
A pesar de no ser una característica común a todos los dúplex, numerosos cuentan con dos puertas, una en cada planta. Esto permite poder entrar sin tener que subir o bajar la escalera interior que comunica ambos pisos.
No obstante, la escalera es un factor que disuade a posibles compradores. Es su mayor inconveniente. Este elemento arquitectónico propicia un escaso interés por adquirir un dúplex, ya que resta metros a la vivienda y se percibe como un peligro para las familias con niños pequeños y para las personas mayores.
Perfil del comprador
Los dúplex son una opción decidida por parejas que, al aumentar la familia, necesitan una vivienda de mayor tamaño, pero no pueden acceder a un chalé independiente o a un adosado. Estos pisos son el segundo paso en la carrera de bienes inmobiliarios de una familia, por lo que el perfil más habitual de compradores son matrimonios jóvenes con dos o tres hijos.
Dónde se localizan
Encontrar un dúplex que reúna condiciones óptimas no es fácil. Es un tipo de construcción que casi se ha abandonado, debido a que los constructores apuestan por viviendas más rentables, como los pisos de 70 a 90 metros cuadrados. Por ello, casi todos se encuentran en el mercado de segunda mano.
Los dúplex son, sobre todo, típicos de entornos urbanos cercanos al núcleo. Al ser una construcción similar a la de un piso, no son frecuentes en urbanizaciones ni en lugares donde proliferan los chalés independientes.
Además de un mercado que demanda este tipo de construcción, hay quien desea vender su dúplex, algo que no es sencillo en la coyuntura actual. Su tamaño es esencial, ya que si no supera 100 metros cuadrados apenas tiene ventajas frente a un piso de una sola planta. Estas dimensiones se consideran escasas, ya que la vivienda deja de aportar su principal ventaja, la amplitud de espacio, y origina una distribución forzada en vertical con muy poca amplitud.
La mayoría de las viviendas que se construyen hoy en día no superan 90 metros cuadrados, de ahí que un dúplex sea una buena salida cuando se busque un tamaño mayor. Respecto a los vendedores, destacan dos tipos:
Quienes no notan la crisis, no tienen prisa por vender y, por lo tanto, apenas rebajan el precio.
Quienes, sujetos a una hipoteca astronómica, necesitan deshacerse de la casa con rapidez y aplican grandes rebajas.