La fotografía digital ha ganado a la analógica en la carrera de la inmediatez. Sin embargo, ha eliminado la imagen en soporte físico, algo que en ocasiones se puede echar de menos. Para unir instantaneidad y captura en papel, algunos fabricantes de cámaras han desarrollado diferentes dispositivos digitales que permiten revelar fotos de manera inmediata después de haberlas sacado. Otros programas hacen posible que las fotos tomadas con los móviles, así como los documentos recibidos en ellos, puedan enviarse vía Internet a la impresora más cercana para obtener sin demora una copia en papel.
La imagen impresa casi ha desaparecido de hogares y oficinas. Los marcos digitales sustituyen en estantes y mesas a las antiguas fotos de revelado que, cuando se conservan, son anteriores a la revolución tecnológica. Las imágenes digitales se pueden imprimir, pero la mayoría de las veces, su calidad y el precio del papel de revelado la convierten en una opción minoritaria, un recurso al que se acude sólo en ocasiones especiales.
Sin embargo, numerosos usuarios, sobre todo los más jóvenes, echan de menos conservar una prueba física de algunas de sus capturas, ya sea para guardarlas en el bolso o en la cartera, para tenerlas colgadas de la nevera o para colocarlas en un álbum. A la vez, no desean tener que pasar por la tienda de revelado para obtener sus fotografías y, mucho menos, montar su estudio en casa. Quieren poder llevar la cámara siempre encima y escoger cuándo les gustaría tener una copia en papel de una imagen. Por este motivo, algunos fabricantes han optado por lanzar modelos de cámaras con impresión instantánea al mercado.
Numerosos usuarios, sobre todo los más jóvenes, echan de menos conservar una prueba física de sus capturas
Aunque todavía no han llegado a España, han tenido buena respuesta en otros mercados, como el japonés y el anglosajón, y se pueden comprar en las tiendas de segunda mano de Internet a precios muy asequibles, si bien se debe adquirir el papel especial de revelado en la Red y, en ocasiones, las tiendas oficiales no lo venden para el territorio español. La alternativa pasaría por usar determinadas aplicaciones para teléfonos móviles, sobre todo del iPhone, que permiten el envío inmediato de la imagen tomada a un servidor de la Red, que a su vez lo envía a la impresora o al ordenador del usuario para que lo imprima.
Polaroid Pogo
El fabricante rey de las cámaras de fotografía instantánea ha sobrevivido a la era digital porque su baza era la inmediatez con que facilitaba la copia en papel. Tras unos años de relativo declive, las cámaras Polaroid se han reivindicado por parte de muchos usuarios y la compañía ha renovado sus principales modelos, pero además ha lanzado para el sector más joven la tecnología de impresión instantánea Pogo.
En la gama Pogo, el usuario tiene la opción de realizar primero varias capturas, escoger la imagen que le guste e imprimirla
A diferencia de las clásicas Polaroid, las cámaras Pogo son digitales, ya que tienen un sensor que detecta la imagen y la guarda en una memoria. Las clásicas, que también se han rediseñado, exponían el papel sensible a la imagen óptica, pero en la gama Pogo el usuario tiene la opción de realizar primero varias capturas, escoger la imagen que le guste e imprimirla en un papel especial que se carga dentro de la cámara. Éste tiene una emulsión, denominada «Zink», que reacciona con los estímulos eléctricos y plasma la imagen. El Precio de esta cámara es de 200 dólares.
Si no se desea desembolsar una cantidad tan elevada en un dispositivo que se usará de manera puntual, se puede optar por un sistema de impresión instantánea móvil que usa el mismo tipo de papel y se adapta a cualquier cámara e incluso a los móviles. Es una impresora portátil de las dimensiones de una cámara compacta, que tiene un puerto USB de entrada para conectar un cable y enviar la imagen para imprimir. Su precio es de 50 dólares y el coste de un paquete de 30 hojas de papel «Zink» es de diez dólares.
Fujifilm Instax
Imagen: FujifilmLa gama Instax de Fujifilmutiliza un sistema muy similar al de las clásicas Polaroid, aunque es en esencia fotografía digital, ya que la imagen se captura por un sensor y se muestra en una pantalla LCD. La película sensible es más cara que en la tecnología Zink y se carga por la parte posterior en forma de un cartucho con las hojas. El coste aproximado es de un euro por fotografía. Cuando se pulsa para imprimir la foto, la misma sale por la parte superior del aparato en un formato y un diseño muy similar al de las Polaroid.
El problema de esta cámara, que puede adquirirse en algunas tiendas especializadas, es que la película es cara y difícil de encontrar. Por otro lado, el peso de la cámara, 650 gramos, se antoja excesivo. Respecto a su precio, en los países donde se vende oscila entre 100 y 200 euros, según modelo y diseño.
Diversos programas para el teléfono de Apple permiten, siempre que haya conexión wifi, enviar la imagen capturada con el móvil a un servidor de Red, que luego redirecciona la información al ordenador del usuario. Éste a su vez da la orden de impresión inmediata de la imagen. En el caso de las impresoras con conectividad wifi, el programa puede enviar la imagen directamente.
Por otro lado, las aplicaciones actuales también trabajan con documentos, de modo que si el usuario recibe un correo con una información importante o de la cual quiere conservar una prueba física, puede ordenar su impresión. Tanto el ordenador como la impresora que lo reciban deben permanecer siempre encendidos y conectados a Internet. Dos de los programas más conocidos son PrinterShare Mobile y Print n Share, ambos con funcionalidades muy similares.