El uso de tecnologías móviles entre los alumnos a partir de Secundaria está generalizado. ¿Pero qué ocurriría si progenitores y docentes, en lugar de considerar a estos dispositivos como enemigos dentro de las aulas, les intentaran sacar el máximo partido? Esto propone el Mobile Learning (aprendizaje móvil o en movimiento), un nuevo modelo pedagógico que pretende explotar todo el potencial didáctico de estos aparatos y fomentar su uso como herramienta eficaz para facilitar la enseñanza y el aprendizaje en el contexto escolar.
Imagen: Ariston Collander
El 66,7% de los niños entre 10 y 15 años dispone de un teléfono móvil propio, una cifra que se eleva al 97,8% entre los jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 24 años. Estos datos de la ‘Encuesta sobre Equipamiento y uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en Hogares 2010’ (INE) reflejan la enorme penetración que estos dispositivos han alcanzado entre la población más joven de nuestro país.
La disponibilidad por parte de los alumnos de esta tecnología se considera en muchos casos una amenaza en el ámbito escolar, un elemento disruptivo que provoca distracciones y altera el ritmo habitual de una clase. Sin embargo, las nuevas corrientes de investigación en materia de tecnologías de la información aplicadas en el aula proponen cambiar esta visión. La apuesta es clara: en vez de prohibirse el uso de los dispositivos móviles en los centros escolares, se debe explotar al máximo su potencial como herramientas de aprendizaje en el entorno educativo.
Aprendizaje en movimiento
El aprendizaje en movimiento surge de la adaptación del e-Learning a los dispositivos móviles
La implantación del e-Learning (aprendizaje electrónico) como metodología de incuestionable valor pedagógico en la enseñanza ha propiciado una importante inversión, por parte de las administraciones educativas, para dotar a los centros escolares de la infraestructura tecnológica necesaria para su uso ordinario en las aulas. Pero hoy en día los recursos aún son limitados. ¿Por qué no sacar partido de los aparatos que los alumnos llevan consigo?
El Mobile Learning (M-Learning), traducido en nuestro país como aprendizaje móvil o en movimiento, surge de la adaptación del e-Learning a los nuevos dispositivos móviles (teléfono, PDA, MP3/MP4 o consolas portátiles, entre otros) de uso común entre los jóvenes. Apuesta por incorporarlos a las aulas como un recurso tecnológico más para potenciar el aprendizaje y aprovechar las destrezas digitales de los alumnos.
«El M-Learnig tiene ventajas pedagógicas sobre otros modelos de enseñanza»
Esta metodología no es solo una cuestión de aprovechamiento. Su mayor ventaja reside en sus posibilidades de utilización: en cualquier momento y en cualquier lugar. Tal como afirman distintos expertos en el informe ‘Situación actual del M-Learning’, del Programa iberoamericano Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), «el M-Learnig tiene ventajas pedagógicas sobre otros modelos de enseñanza». Estos especialistas destacan, entre otras virtudes, «la capacidad de ofrecer un aprendizaje personalizado en cualquier lugar y tiempo, el dinamismo y atractivo que representa para los alumnos y sus posibilidades para el autoaprendizaje al ritmo de cada estudiante».
Aplicaciones prácticas
El M-Learning ha inspirado nuevas prácticas y escenarios de aprendizaje tanto en el entorno escolar como en el extraescolar. El proyecto de la Comisión Europea MOBIlearn reúne a universidades y compañías de telecomunicaciones de varios países europeos, Israel, Estados Unidos y Australia, con el objetivo de definir modelos teóricos de procesos de enseñanza/aprendizaje que se pueden llevar a cabo con el uso de tecnologías móviles. Entre las propuestas que el proyecto recomienda como más útiles y efectivas destacan, además de las destinadas al aprendizaje formal en las aulas, otros usos fuera del ámbito académico, como el apoyo a modo de guía durante las visitas a museos o su utilización para aprender e interpretar información médica.
Los resultados demuestran que esta metodología genera mayor interés en el aprendizajeEn el escenario escolar, la organización Learning and Skills Network (LSN) promueve uno de los programas de M-Learning más importantes en el ámbito europeo, MoLeNET (Mobile Learning Network), destinado al diseño de productos educativos basados en la tecnología móvil en Reino Unido. Un total de 40.000 alumnos y 7.000 docentes han participado ya en los más de 100 proyectos desarrollados, que incluyen desde juegos de resolución de operaciones matemáticas y de preguntas y respuestas sobre distintos temas, hasta test para comprobar si se está preparado para un examen. Los resultados hasta ahora demuestran que esta metodología, además de incrementar las habilidades del alumnado, genera mayor interés en el aprendizaje.
El M-Learning también se desarrolla con éxito en Francia. La red Wapeduc, gestionada por un equipo de cincuenta profesores, genera de forma periódica contenidos de diferentes áreas curriculares para que los alumnos trabajen desde sus dispositivos móviles. Esta colección de recursos gratuitos, de fácil descarga a través del propio teléfono, recopila hasta 1.400 lecciones que los alumnos pueden repasar con solo encender sus teléfonos.
El Museo de Arte e Historia de Zarautz (Guipúzcoa) es el responsable de una de las iniciativas pioneras en M-Learnig en nuestro país. El proyecto ‘Expedición Menosca’ consiste en un programa didáctico dirigido a alumnos de ESO para facilitar el aprendizaje de la romanización de la costa vasca.
El programa tiene dos días de duración. Durante la primera jornada, los alumnos trabajan los contenidos didácticos propuestos mediante la recopilación y búsqueda de información en Internet, la elaboración de mapas o la creación de imágenes. La segunda etapa consiste en la salida de campo, durante la cual los estudiantes desarrollan una serie de actividades con la ayuda de la tecnología móvil (PDA y GPS). Capturar imágenes, consultar mapas, grabar vídeos y sonidos y orientarse son algunas de las prestezas que deben demostrar con los dispositivos para recoger los datos que deberán editar y organizar en la fase final para presentar un trabajo de investigación.