Mayores plazos de devolución, bonificaciones para pagar menos y mejores condiciones en la contratación conforman la base de la actual propuesta de créditos hipotecarios específicos para jóvenes. Estos productos se caracterizan por un mayor periodo de carencia, que puede alcanzar entre tres y cinco años. Algunos están confeccionados bajo fórmulas mixtas -desarrolladas de manera conjunta por las entidades financieras y los gobiernos autonómicos o municipales- y sus condiciones de contratación son muy ventajosas, aunque la oferta está limitada geográficamente.
Cada vez más frecuentes
Imagen: Emilio López
Las hipotecas para jóvenes son un producto cada vez más presente en la oferta de bancos y cajas de ahorro. Destacan por una serie de particularidades que las diferencia con respecto a otros créditos para la compra de un piso. Las más importantes son:
Plazo de amortización: es muy largo, con un periodo medio de 40 años e, incluso, en algunas modalidades puede llegar hasta los 50.
Periodo de carencia: puede alcanzar entre tres y cinco años. Se contempla la posibilidad de utilizar esta carencia en cualquier momento de la vida de la operación.
Destinatarios: son personas jóvenes, con un tope de hasta 30 o 40 años.
Sus condiciones: son más suaves, sobre todo, en el caso de las fórmulas mixtas, desarrolladas de manera conjunta por las entidades financieras y los gobiernos autonómicos o municipales.
Bonificadas: esta vía de financiación para jóvenes, en general, está bonificada en función del grado de vinculación del cliente con la entidad emisora: domiciliación de nóminas, recibos, etc., o la contratación de seguros o tarjetas.
Amplían las modalidades de contratación: se pueden formalizar a interés fijo, variable o mixto.
Sus ventajas son a menudo un reclamo, por lo que conviene prestar especial atención a la letra pequeña
No obstante, a pesar de sus bondades, la mayoría de estos productos se caracterizan por pocas novedades con respecto a otros modelos hipotecarios. Sus ventajas son más un reclamo para comercializarlos entre los clientes más jóvenes, que verdaderas «gangas». Por ello, hay que prestar especial atención a la letra pequeña para evitar un mayor endeudamiento, como pueden ser los gastos por comisiones, en especial las de estudio, apertura o cancelación, que encarecen el producto entre un 0,1% y un 2% de media.
Solicitudes on line
Muchos de estos créditos hipotecarios se comercializan a través de Internet, herramienta habitual entre los más jóvenes. Esto implica unos cauces para su formalización diferentes al modelo tradicional. Los pasos habituales para contratar una hipoteca on line son los siguientes:
Se formaliza el crédito a través de la página web de la entidad donde se vaya a contratar este producto financiero.
El banco o caja de ahorro enviará un correo electrónico con el número de expediente y una dirección para que el usuario pueda comunicarse con la entidad.
En un plazo no superior a 2 o 3 días, la entidad enviará al interesado otro correo electrónico donde notificará si la solicitud se ha aceptado o, en su defecto, si es preciso añadirle otras garantías.
En el caso de ser viable, habrá una nueva notificación on line donde se detallará la documentación que se deberá acreditar para formalizar la hipoteca.
Como último paso, se citará al demandante en las oficinas para solicitar la tasación y la verificación registral de la vivienda que se desea hipotecar.