El cobro por dividendo puede ser en la actualidad más rentable que la contratación de la mayoría de los depósitos que se pueden encontrar en el mercado bancario y, también, que las subastas del Tesoro Público, que rara vez superan el 3,50%. La rentabilidad media por dividendos de las compañías que cotizan en el Ibex-35 es del 4,88%, por encima del 2% de media de las imposiciones a 6 o 12 meses. A menudo, también es superior a la remuneración que proporcionan los depósitos más rentables del mercado, que pueden alcanzar el 5%, destinados a nuevos clientes o referenciados a algún activo financiero. En función del dividendo abonado, las opciones son infinitas para mejorar la remuneración de las imposiciones: desde las empresas que abonan los dividendos más elevados, como Bolsas y Mercados de España, que ofrece un 10,81%, y Telefónica, con un 7,50%, a las que reparten a sus accionistas un abono intermedio, como en el caso del sector bancario y eléctrico, que oscila entre un 4,00% y un 6,00%.
Un supuesto: si un usuario disponía el pasado 15 de diciembre -fecha de vencimiento- de 220 acciones de ArcelorMittal, habrá recibido 12 céntimos brutos. Al restar la retención de Hacienda, esta cantidad equivale a 9 céntimos netos por cada acción de la cartera, es decir, una retribución de 22 euros. No obstante, esta compañía, al igual que otras muchas, hace efectivos varios dividendos durante cada ejercicio. Todo ello sin contar con la posible revalorización que pudiese obtener el valor durante el período de permanencia.
Otro caso más llamativo, por su mayor rentabilidad, es el de Gas Natural al inicio de este nuevo año, ya que los inversores que hayan tenido en su cartera un total de 600 acciones, habrán añadido a la cuenta corriente 172 euros netos. Las empresas que cotizan en el índice selectivo español retribuyen a sus accionistas con este pago, pero no exclusivamente, ya que un grupo importante de compañías ubicadas en el Mercado Continuo se decantan por la primera estrategia. Por tanto, se puede elegir entre una amplia gama de valores que ofrecen la posibilidad de cobrar un abono por dividendo una o varias veces al año, lo que posibilita a los inversores con perfil más defensivo disponer de una renta fija dentro de la variable.
Abono de dividendos
Una de las principales ventajas de decantarse por esta retribución regular es que se puede tener una rentabilidad anual a través de una cartera de valores que cumplan con este requisito. Es posible rentabilizar durante el año la evolución positiva que puede desarrollar el valor contratado por el inversor, de manera que se incrementa el capital invertido. Esta opción bursátil está destinada a un plazo medio y largo, nunca al corto, ya que en general se reparten varios dividendos al año y, para sacar mayor partido a sus ventajas, es conveniente un período de permanencia más alto, que incluso puede alcanzar varios años.
Para sacar mayor partido, es conveniente un período de permanencia alto, incluso de varios años
Cada empresa tiene su propia política para retribuir al accionista, por lo que este abono puede ser trimestral, semestral o anual. Pero, ¿cómo lo reciben los inversores? La respuesta es sencilla: en la misma fecha en que la compañía hace efectivo este abono, que se ingresa en la cuenta que el cliente tenga contratada con el banco, caja o entidad financiera. A menudo se abona el mismo día que se formaliza el pago, pero también es habitual que la operación se concrete de 2 a 3 días después.
Esta fórmula de inversión está destinada a un perfil de clientes conservadores, que se decantan por valores que ofrezcan gran seguridad, por encima de grandes expectativas de crecimiento en su cotización. Por lo tanto, no es el medio más natural para operar de los inversores especuladores, que rara vez permanecen más de unas semanas en un valor para tomar posiciones luego en otra compañía donde puedan obtener una rentabilidad mayor y más rápida.
Otro aspecto que deben tener en cuenta los inversores al calibrar esta alternativa es el tratamiento fiscal de los dividendos, ya que ha variado con respecto a años precedentes. Desde el 1 de enero de 2010, los primeros 6.000 euros tributan al 19% y el resto lo hace al 21%. A ello hay que añadir que no todo el importe bruto va a parar a la cuenta del inversor, ya que Hacienda retiene el día del pago un 18% sobre el importe bruto que paga la empresa y el resultante final es el importe neto que se ingresa en cuenta.
Valores adecuados
Un importante número de analistas bursátiles recomienda para este nuevo ejercicio la contratación de valores que repartan un buen dividendo, como mejor fórmula para contrarrestar la falta de atractivos de otros productos bancarios o frenar una evolución negativa que pudiesen desarrollar este año los mercados bursátiles. Para ello, han elaborado una cartera de inversión donde están representadas las principales compañías del panorama nacional de la renta variable y que cuentan con mejores perspectivas para el curso 2011. Iberdrola, Técnicas Reunidas, Gas Natural, Repsol, Endesa y Bolsas y Mercados de España son algunas de sus principales apuestas.
No obstante, algunos de estos analistas inciden en que no es recomendable la contratación de un valor única y exclusivamente por esta retribución, en especial, en las operaciones a corto plazo, ya que puede tener un efecto no deseado entre los pequeños inversores. Es posible que no desarrolle una buena situación técnica tras el reparto del dividendo y, por tanto, no sea el mejor momento para formalizar su operación de compra. Para su contratación, se deben dar unos síntomas claros de compra, expectativas de crecimiento y que sus cuentas empresariales sean satisfactorias.
Un caso que ilustra esta posibilidad es el desarrollado por Gas Natural durante las primeras semanas de enero de 2011, que tras haber repartido entre sus accionistas 0,32 euros por acción, ha visto cómo su cotización ha bajado bruscamente desde los 11,30 euros hasta cerca de la barrera de los 10 euros y, por tanto, ha penalizado a los pequeños y medianos inversores que se habían decantado por este valor. Esto ha courrido en los días anteriores a que aplicase esta vía de retribución, aunque más tarde las compras hayan vuelto al valor al aprovechar la tendencia alcista de los mercados bursátiles.
La rentabilidad de las compañías que cotizan en el índice selectivo español durante los últimos 12 meses alcanza el 4,88%, aunque con fluctuaciones muy amplias entre cada una de ellas. Por la parte alta del escalafón se sitúan empresas como BME, que remunera a los accionistas con el importe bruto más alto del mercado, un 10,51%, seguida a continuación por Telefónica (7,50%), Santander (7,45%), Mapfre (7,14%), Gas Natural-Fenosa (6,88%), Banesto (6,83%) y Ferrovial (6,38%), que proporcionan también a sus accionistas una retribución sensiblemente superior a la ofrecida por los productos de renta fija.
Por el contrario, algunas empresas proporcionan dividendos por debajo de la media, con el 2,00% como máximo y en consonancia con los fijados por algunos de los productos de ahorro disponibles en el mercado bancario. Son los casos de Inditex (2,03%), OHL (1,93%), Abengoa (1,06%), Iberdrola Renovables (0,93%) y ArcelorMittal (0,88%). No obstante, hay un notable grupo de empresas que retribuyen con una rentabilidad media situada entre el 3,00% y el 6,00%, con una mejora sustancial con respecto a otras alternativas de ahorro y que corresponden en general a empresas bancarias y eléctricas.