Para afrontar los gastos de una salida al extranjero conviene combinar diferentes tipos de pago. En general, sería útil llevar un 30% del presupuesto general en efectivo para abonar los pequeños gastos o imprevistos, mientras que para pagar el 70% restante es preferible utilizar otros sistemas tradicionales, como tarjetas de crédito y débito o cheques de viaje. Con estos últimos se abonarán las facturas del hotel, restaurantes o alquiler de coches.
El destino sí importa
Los viajes de los españoles al extranjero se han incrementado en un 5,8% durante el ejercicio 2010 con respecto al año pasado, según la encuesta de «Movimientos Turísticos de los Españoles» realizada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Los períodos vacacionales escogidos para desplazarse a algún destino internacional son, sobre todo, el verano y los «puentes» festivos. Representan casi un 60% del total de salidas registradas. Respecto a los destinos, los datos de «Familitur 2009» revelan que los más elegidos son países europeos, seguidos por Marruecos y Estados Unidos. Uno de los principales problemas que se plantea a los viajeros que se desplazan fuera de España es cómo afrontar los gastos que realizarán en los destinos seleccionados. Se duda entre la conveniencia de llevar mucho dinero en metálico o, por el contrario, realizar todos los pagos con tarjetas de débito y crédito.
Para responder a estas cuestiones, es preciso tener en cuenta el destino escogido fuera de nuestras fronteras. No es lo mismo viajar a algún país de la Unión Europea donde se utilice la misma moneda que en España, que a destinos extracontinentales donde, con toda seguridad, habrá que contar con divisas locales antes de partir. Esta operación monetaria se puede realizar en el país de destino, aunque en general los cambios son más desfavorables para los intereses del viajero, en especial, en los países cuya divisa no es estable.
La operación de cambio de moneda se realiza en el acto para las divisas más comunes de contratación
Si se desea viajar en los próximos meses a una zona ajena al uso del euro, conviene acudir al banco con la debida antelación para realizar el cambio oportuno. Es probable que la operación se lleve a cabo en el acto, en el caso de las divisas más comunes de contratación: dólar norteamericano o libra esterlina. Para otras divisas, con frecuencia, habrá que esperar entre dos o tres días para efectuar la reposición monetaria. Es preferible acudir al banco habitual, ya que los clientes de las entidades financieras disponen de atención personalizada, que puede aligerar el proceso de entrega. Respecto a las comisiones, se exponen en el tablón de anuncios de la oficina para tener una orientación del coste del cambio de moneda. Esta operación varía entre un 2% y un 3%, con un mínimo que casi nunca sobrepasa los 5 euros, para las operaciones adeudadas en cuenta al cliente. En las operaciones pagadas en efectivo en caja, se pueden incrementar hasta un 4% como máximo, con un mínimo de 6 a 8 euros.
Si se prefiere, estas operaciones se pueden realizar también a través de casas de cambio autorizadas, pero en este caso las comisiones son mayores, entre 1 o 2 puntos porcentuales. Por ello, conviene recurrir a esta opción sólo en caso de urgencia.
Otra posibilidad propuesta por los mercados de cambio es el servicio de reserva on line de moneda extranjera. Es una operativa aplicable para retirar importes de hasta 3.000 o 4.000 euros. Las operaciones son gratuitas y permiten conocer el momento en que la moneda estará disponible. Los plazos para adquirirla son similares a los del tradicional cambio de divisas, ya que como máximo las monedas estarán en la oficina solicitada tras dos o tres días desde su solicitud. Se aplica el cambio vigente en el momento de recogida de los billetes en la oficina.
Una de las ventajas de optar por esta alternativa cambiaria es que la oferta de monedas es muy amplia: desde las divisas más comercializadas (dólar, libra o yen) a las más difíciles de obtener en el mercado de cambios (rand, pesos mexicanos, etc.). Por el contrario, no es un sistema demasiado extendido en el panorama bancario nacional.
Pagos en efectivo y con tarjeta
Viajar con todo el dinero en metálico no es la opción más recomendable en los viajes por motivos de seguridad (robo, pérdida o sustracción). Este problema puede solucionarse si se deposita en las cajas fuertes de los hoteles. Aún así, lo más conveniente es combinar los abonos en efectivo con pagos mediante tarjetas o cheques de viaje.
Se puede optar por llevar una parte del dinero en efectivo, en la moneda local, para realizar pequeños pagos (cafeterías, espectáculos…) o solventar imprevistos. Esta cantidad no debe ser excesiva, sino representar entre un 20% y un 30% del presupuesto general.
El otro 70% u 80% podrá repartirse en tarjetas de crédito y débito, cheques de viaje u otros medios de cambio alternativos. Para abonar las facturas del hotel, restaurantes o el alquiler de un coche, el pago con una tarjeta es la fórmula más sencilla y cómoda, además de estar exenta de comisiones. Antes de partir, hay que asegurarse de que la tarjeta sea compatible con las del destino elegido, aunque las marcas que se comercializan en España son válidas para la mayoría de destinos en todo el mundo. Basta con llevar anotado el código de identificación y el número telefónico del banco o caja emisora, por si surgiese algún problema en su utilización.
La tarifa de la comisión por retirar dinero en el extranjero es de un 4% sobre el nominal
Las modalidades más sencillas, las básicas, permiten retirar al día en torno a 1.200 euros en las compras efectuadas y 300 euros en los cajeros. Si se desea aumentar los saldos, habrá que decantarse por las tarjetas «Oro», que permiten retirar hasta 6.000 euros al día en compras y otros 600 euros en los cajeros automáticos. Para los casos de mayor exigencia económica, la solución se asienta en la modalidad «Platinum», que eleva hasta 18.000 euros la cantidad disponible para compras y hasta 1.800 euros, la disponibilidad en los cajeros. Las comisiones en el extranjero se elevan con respecto a las operaciones nacionales: las tarifas son de un 4% sobre el nominal, con un mínimo de 3 euros por operación.
Cheques de viaje
Para hacer frente a los pagos en el extranjero pueden utilizarse también los cheques de viaje, un servicio con el que cuentan algunas entidades financieras de España y que está reconocido en todo el mundo. Son fáciles de utilizar, están disponibles en distintas denominaciones y monedas, y aportan la tranquilidad al usuario de que, si los pierden o se los roban, puede reemplazarlos en el mismo día. Además no caducan, de forma que el viajero puede conservarlos para un próximo viaje, sin tener que cambiarlos. Su principal inconveniente es que no pueden utilizarse en todos los establecimientos y negocios.
La aplicación de las nuevas tecnologías también ha llegado a este servicio financiero y, en la actualidad, también se puede realizar el pago de determinadas compras a través del teléfono móvil, aunque sea un sistema que todavía no se ha desarrollado en toda su intensidad y que, en principio, está aconsejado solo para los pequeños gastos y compras.
El cobro se realiza a través del saldo de la tarjeta telefónica y la transacción se gestiona en tiempo real, de forma que al realizar alguna adquisición se carga de inmediato en la tarjeta del usuario. A diferencia de otros medios de pago, no es necesario facilitar al destinatario ninguna de las tarjetas o documento de identificación, basta con introducir la clave de confirmación a través de una contraseña en el teléfono móvil desde el cual se realice la operación y el proceso se habrá efectuado. En fase de expansión, otras alternativas desarrollan este sistema con completa seguridad, como PayPal o Movipay.