Aunque los precios bajan y las calidades suben, comprar un televisor todavía es una inversión considerable y, por lo tanto, merece la pena hacer una serie de reflexiones antes de elegir el modelo definitivo. En este artículo se detallan algunas de las principales cuestiones que se deben valorar y que, en ocasiones, no por obvias son menos importantes.
Debe adaptarse a las dimensiones del hogar. En ocasiones, se da prioridad al tamaño de la pantalla, con la idea de que supondrá una mejor experiencia de ocio y, sin embargo, una vez en casa, se comprueba que no hay sitio donde instalar el televisor porque sus medidas son exageradas para el espacio disponible en el salón. Hay que saber dimensionar el aparato para que ocupe un lugar preferente sin afear el aspecto de la estancia.
Tiene que haber suficiente distancia de visionado. Un tamaño grande de pantalla se ve mal de cerca, como ocurre con los cuadros en los museos. Las grandes superficies exigen buenas perspectivas y, por lo tanto, distancia suficiente entre el televisor y el espectador. En general, se considera que hay una correlación de dos a dos metros y medio para pantallas de entre 30 y 40 pulgadas de diagonal. Conviene recordar que la dimensión de la pantalla se mide por las pulgadas -2,54 centímetros- que tiene la diagonal que va desde el extremo superior izquierdo al inferior derecho.
No debe pesar demasiado. Parece una obviedad, pero no lo es, ya que los aparatos muy grandes son casi inamovibles. Su peso debe ser ponderado o no se podrá mover del sitio una vez colocado. Tal vez, un gran televisor suponga una gran experiencia, pero si no se puede sacar a la terraza las noches de verano o llevarlo al dormitorio, a algunos usuarios les servirá de poco.
Entender qué es la resolución. La resolución es muy importante y, en cierto modo, divide a los televisores en diferentes ligas. Figuran los HD Ready y los Full HD, que tienen mayor cuota de mercado. Full HD corresponde a la resolución de 1.920 píxeles por 1.080 píxeles y HD Ready, a 1.280 por 720 píxeles. Los píxeles son el número de cuadrados en que se puede dividir la pantalla. Cuantos más haya, mayor será la resolución. Estos datos se refieren a los cuadrados de ancho por los cuadrados de alto en los cuales se puede dividir la pantalla.
Saber que la resolución no lo es todo. Aunque no cabe duda de su importancia, no es posible basarse solo en la resolución para comprar un televisor. Una gran resolución sirve de poco si el aparato no da un buen contraste, se ve mal de día o no se sintonizan canales en alta resolución en la TDT. Hay que tener en cuenta que con la resolución sube el precio. Si se opta por resoluciones bajas, sobre todo HD Ready, se puede conseguir un precio asequible, pero con el tiempo quizá sea necesario cambiar de aparato. Si se decanta por un televisor en alta resolución y no se está en una zona donde se sintonicen canales en HD, no se aprovechará de manera óptima.
¿Para qué se usará? Cada día más personas utilizan el televisor para ver DVD o jugar a videojuegos y menos para ver la programación televisiva. Si se está en este grupo, una buena resolución nunca está de más porque se aprovechará bien. Si solo se quiere para ver los canales de televisión, la resolución pierde importancia frente a otros factores. En cambio, sí es importante que el sintonizador interno del aparato sea bueno y potente para captar bien la señal de la antena.
Ha de tener un mando comprensible. Los televisores actuales tienen multitud de funciones automáticas que pueden ser fáciles de comprender para un iniciado en la tecnología, pero no para una persona mayor. Son preferibles mandos simples y claros con los que entenderse, si se pertenece a este segundo grupo o hay familiares mayores en casa.
Conectividad amplia y actualizada. Hay que fijarse bien en las conexiones del televisor. Hoy en día, un televisor con puerto euroconector es casi una antigualla. Se impone la conexión multimedia HDMI para conectar lectores de discos ópticos, cámaras de vídeo e, incluso, tabletas y algunos ordenadores. También es muy interesante que tenga uno o varios puertos USBy una salida de audio por clavija «minijack». Apple, por su parte, ha impulsado una variante del conector único Light Peack creado por Intel, llamada Thunderbolty que puede imponer en el futuro para sus dispositivos, sobre todo el iPod y el iPad.
Lectura de archivos de dispositivos informáticos. Algunos televisores disponen de puertos USB, pero solo leen memorias flash y no son capaces de entenderse con sistemas más complejos como iPod, tabletas u ordenadores portátiles. Si se quiere un aparato que se pueda emplear en el futuro, debe procesar archivos de los principales sistemas operativos complejos, ya que pronto serán numerosos los servicios de descarga de películas y series, y donde mejor se verán es en un televisor.
Asequible al bolsillo. Algunas personas piden un préstamo para comprar un televisor muy caro, al que luego sacarán un partido relativo. No merece la pena gastar 3.000 euros en un aparato con retroiluminación LED y luego pasar apuros. Tanto más cuando es una tecnología muy cara y en sus inicios comerciales, que en el futuro permitirá diseñar aparatos mejores y más baratos.