La clave para aprobar un examen es estudiar y preparar bien los contenidos que se evalúan. Para que esta labor sea lo más eficaz posible, es necesario que el alumno oriente sus estrategias y metodologías de estudio al tipo de prueba a la que se va a enfrentar. De opciones múltiples o test, de desarrollo o de respuestas cortas, cada una de estas tipologías requiere una preparación específica del estudiante y unas pautas que debe seguir durante el examen.
Examen de desarrollo
Los exámenes de desarrollo constan en general de dos o tres preguntas. Con ellas, el docente evalúa los conocimientos sobre un tema o epígrafe completo de los contenidos curriculares de la materia. La respuesta requiere la redacción de un ensayo, más o menos extenso, en el que se expongan de forma ordenada y clara los aspectos más relevantes de la cuestión planteada. Las preguntas pueden tener distintos enfoques: un simple enunciado de un tema, comparar o establecer las diferencias entre dos cuestiones, explicar y analizar las causas o consecuencias de un hecho o acontecimiento o comentar un texto referente a una temática concreta, entre otros.
Pautas de estudio: el examen de desarrollo exige del estudiante un conocimiento y una comprensión genérica de todos los temas que se van a evaluar. Si se desconoce por completo una temática y esta corresponde a una de las dos o tres únicas preguntas de la prueba, la respuesta en blanco afectará de forma significativa a la nota final.
Entre las técnicas de aprendizaje más recomendables para este tipo de pruebas, destacan el esquema, que permite al estudiante tener una información lógica y visual de las ideas principales y los nexos de unión entre ellas, y el resumen, que le ejercita para la redacción de un tema y le ayuda a relacionar distintos contenidos entre sí. Durante el estudio el alumno debe intentar vislumbrar entre los contenidos posibles preguntas, sobre todo en los apuntes de clase, ya que es frecuente que el docente en sus exposiciones del aula resalte y dedique mayor atención a los planteamientos de la materia que considera más importantes.
Durante el examen:
Una vez que conoce el tiempo disponible, el estudiante debe repartirlo entre todas las preguntas por igual para evitar dejar una cuestión en blanco o incompleta.
Examen tipo test
Los exámenes de respuesta múltiple o tipo test plantean a los estudiantes una serie de cuestiones y les ofrecen diferentes respuestas válidas entre las que tienen que seleccionar la correcta. Las preguntas pueden ser de diferentes tipos: completar un enunciado con la respuesta más adecuada, marcar si un concepto o dato es verdadero o falso o una pregunta seguida de varias respuestas posibles, en las que en ocasiones se incluyen opciones como «todas las anteriores» o «ninguna de las anteriores».
Pautas de estudio: algunos estudiantes creen que preparar un examen tipo test es más fácil que uno de desarrollo, puesto que la respuesta correcta está implícita y es más sencillo acertar en la contestación. Sin embargo, estas pruebas exigen una preparación muy exhaustiva para no cometer errores ni fallar en las «preguntas trampa». Es necesario aplicar tanto técnicas de memorización, para recordar con detalle conceptos y términos específicos, como de razonamiento, para saber relacionar datos entre sí y detectar los planteamientos incorrectos de algunas de las respuestas.
Durante el estudio, hay que prestar especial atención a los conceptos, datos y definiciones clave de los temas y recurrir con frecuencia al diccionario con los términos dudosos, el recuerdo de la consulta puede ayudar para acertar en las respuestas. Una actividad recomendable es preparar junto con otros compañeros posibles preguntas susceptibles de figurar en el examen y argumentar las respuestas para que el aprendizaje no sea solo memorístico, sino también significativo.
Durante el examen:
Estas pruebas proponen al estudiante varias preguntas a las que debe responder de una forma breve y concisa. Incluyen por lo general una instrucción clara sobre qué se debe contestar: definir, dar un dato concreto o una fórmula, listar varios conceptos, entre otras. Para superar con éxito este tipo de exámenes, es de utilidad durante la preparación elaborar para cada tema un listado con los datos, definiciones y conceptos esenciales y, a partir de éste, formular posibles preguntas que pueden incluirse en el examen. Una herramienta de utilidad para el estudio en este tipo de pruebas son los mapas conceptuales. Además de recopilar los conceptos básicos de un tema, ayudan a retener el significado y establecer relaciones entre ellos.
Durante el examen de respuestas cortas, el alumno ha de prestar especial atención a la instrucción y no extenderse en su respuesta más de lo requerido. Uno de los aspectos más destacados de estas pruebas es que piden una respuesta muy específica y, al contrario de otro tipo de evaluaciones, no permiten divagar o adivinar. Es fundamental que durante su ejecución el alumno repase de modo detenido los conocimientos adquiridos para responder con exactitud a lo que se le plantea.