Cada día más usuarios aspiran a tener un smartphone como teléfono móvil, ya sea de la gama Blackberry, iPhone o con el sistema operativo Android. Las capacidades de estos aparatos los hacen imprescindibles para quienes quieren gozar de los servicios derivados de la conectividad permanente y en movilidad. Ahora bien, el precio medio de uno de estos aparatos ronda los 500 euros y no siempre estamos en disposición de desembolsarlos al instante. Ante tal situación, los operadores ofrecen aparatos a un precio diez veces menor, a cambio de ligarse a ellos durante año y medio y con unas tarifas algo más elevadas. ¿Sale a cuenta esta fórmula?
Si se valora solo el aspecto monetario, es decir, la cantidad que habremos pagado por el móvil cuando acabemos el contrato de permanencia -este año y medio al que estamos obligados-, la respuesta es que no, en absoluto. Un estudio reciente de la consultora de consumos móviles Doctor Sim pone de manifiesto que el usuario que contrata un móvil de gama alta subvencionado acaba por pagar una media de 260 euros más que quien lo compra libre en una tienda. En otras palabras, la financiación por estas vías es poco rentable y muy opaca, pues este sobrepago se deriva de numerosos conceptos incluidos desde un inicio en el contrato de permanencia que se firma.
El usuario que contrata un móvil de gama alta subvencionado acaba por pagar una media de 260 euros más
Sin embargo, el estudio reconoce que esta práctica goza de buena salud y que durante 2010 casi dos millones y medio de personas cambiaron de operadora mediante la fórmula de subvencionar la compra del móvil, puesto que les facilitaba la adquisición inmediata del modelo deseado, que de otra manera habría estado lejos del alcance de sus bolsillos. Aunque otros tantos también decidieron liberar sus móviles al cambiar de empresa. ¿Alguna ventaja más? Para explicarlo de un modo gráfico, lo mejor es desglosar los puntos a favor y en contra de cada sistema. Por lo pronto, Doctor Sim recomienda estudiar bien todas las opciones y tarifas y hacer cuentas antes de decidirse por la opción subvencionada.
A favor de móvil libre
Las cuentas claras: en un modelo libre se paga por el aparato, el IVA y nada más. Aunque haya que desembolsar 700 euros, se sabe que ahí se acaban los gastos en materia de hardware. Seguir el coste final en el móvil subvencionado es mucho más difícil, ya que la cuota de financiación no se muestra nunca como gasto independiente de la tarifa mensual. Va todo en un paquete cerrado, donde no se distinguen partidas diferenciadas. El usuario acepta o no este paquete y lo paga cada mes mientras tenga contrato con la operadora.
Libertad para cambiar de operador cuando se quiera: el propietario de un móvil libre puede cambiarse de operadora con total libertad cuando quiera, puesto que no está atado a ningún contrato de permanencia. Si no le gustan las imposiciones o las tarifas de su operadora, o si encuentra tarifas más bajas en otra compañía, solo tiene que solicitar la portabilidad y, en un día, podrá disfrutarlas. Esta situación le hace mucho más flexible para ahorrar en la factura del teléfono y disfrutar del mercado libre de ofertas.
Mayor protección frente a los abusos de la operadora: el usuario con un móvil subvencionado, en realidad, está lejos de este mercado, al menos mientras dura su contrato de permanencia. Y después también, pues la operadora le cobrará por liberar su teléfono, de su propiedad. Tiene que abonar las tarifas que contrató, aunque le resulten muy caras o la misma compañía cuente con otras mejores. Si se las suben, poco puede hacer para romper el contrato, ya que si bien la ley le reconoce este derecho, no le exime de pagar una compensación por el móvil subvencionado. El importe de tal compensación, por supuesto, lo decide la operadora que abandonamos y se supone proporcional a la parte del contrato de permanencia consumido, aunque nada garantiza esta correspondencia.
Poder esquivar el roaming: no es una mala idea cuando se está en el extranjero por un tiempo prolongado y se quieren evitar los costes del roamingcomprar una tarjeta de prepago a un operador local y usarla para hacer llamadas a coste de país. Se pueden conseguir en muchos países en quioscos y resultan idóneas para evitar los cobros por llamada internacional. En un móvil libre esta operación no entraña grandes problemas. Sin embargo, como los móviles subvencionados están bloqueados, resulta imposible hacer con ellos este tipo de operaciones y hay que asumir los costes del roaming de nuestra operadora.
A favor del móvil subvencionado
Acceso rápido a dispositivos caros y cada día más imprescindibles: la subvención de un móvil, aunque es una operación muy opaca al consumidor, resulta muy cómoda y da acceso a los servicios digitales a muchas personas que, de otra manera, se quedarían fuera de ellos. No hay que olvidar que Internet móvil es la puerta de entrada al mundo digital para muchas personas. Poca gente tiene más de 500 euros para gastarse de golpe.
Coberturas asequibles: la compra de un terminal libre, además de ser un desembolso importante, implica una serie de riesgos, puesto que son aparatos frágiles y que se llevan de un lado para el otro. El porcentaje de caídas y golpes es elevado, con lo que el riesgo de roturas o disfunciones es bastante alto. Es muy aconsejable contratar un seguro para el aparato y dotarlo de protecciones. Un seguro en un móvil libre es caro, pero en uno subvencionado puede ser más asequible gracias a las mediaciones de la operadora.
Asistencia técnica: la garantía siempre cubre a los dispositivos tecnológicos durante un mínimo de dos años. Sin embargo, con un móvil subvencionado, es probable que se agilicen las gestiones de envío y reparación y, si bien muchas compañías se desentienden de estos temas y remiten al fabricante, siempre hay posibilidad de encontrar una solución si el problema persiste. Con un móvil libre, dependeremos de la eficacia del servicio postventa del fabricante, aunque las grandes marcas cuentan a menudo con uno bueno.
Tras las demandas de mayor transparencia en los contratos de permanencia por parte de las asociaciones de consumidores y las críticas a este modelo tarifario, las operadoras buscan alternativas que permitan al usuario acceder a móviles caros sin estar sujeto a contratos tan estrictos. Yoigo ha lanzado el móvil pagado a plazos, con una cantidad mensual en la factura destinada a este propósito, pero segregada del contrato de consumo, aunque sujeta a un periodo de permanencia.
Es más similar a una financiación bancaria y permite desligarse de un modelo de tarifas que no nos interese y aprovechar otro mejor dentro de la misma compañía, aunque no queda claro si se puede adelantar el pago del aparato para cancelar la permanencia. Como mínimo, queda claro el precio al que se paga el aparato.