Esta crisis económica sin precedentes en los últimos setenta años ha operado profundos cambios en nuestros hábitos de consumo y en el modo en que enfocamos la economía doméstica. Hemos pasado de la compra sin control de objetos prescindibles al racionamiento exagerado, incluso de los alimentos, sin pensar que puede haber soluciones centenarias que, a la vez que oxigenan nuestra economía, nos permiten mantener un nivel de consumo razonable. La venta de objetos usados que ya no necesitamos es una de ellas y, más allá de los tiempos que corren, en algunos países, sobre todo en los anglosajones, constituye servicios de pago enmascarado como PayPal, que resultan idóneos para este tipo de transacciones.
Si la decisión del método de pago está en nuestras manos, sin duda, el pago por adelantado por transferencia bancaria es el más ventajoso y el pago en entrega a domicilio, el que más riesgos tiene para el vendedor. Si es posible verse con el comprador y conocerse de algún modo, ya sea presencial o mediante el uso de videoconferencia, la transacción se facilitará mucho y podremos escoger el sistema con más confianza. De todos modos, con estos sistemas abiertos ganamos en libertad y flexibilidad, pero perdemos en seguridad y garantías.
¿Cómo me protejo ante reclamaciones?
Si vamos con un servicio grande que cobra porcentajes de las ventas, normalmente tendrá unas normas para casos de reclamaciones. Ofrecerá así unas garantías mínimas tanto al comprador como al vendedor. Puesto que pertenecemos al segundo grupo, lo mejor es conocer nuestro producto y tener pruebas gráficas del estado en el que lo enviamos al comprador. Las mismas ayudarán al servicio a decidir.
Si no somos honestos en determinadas plataformas, además de perder el dinero de la venta, podemos vernos penalizados con puntos negativos
Si no somos honestos o no tenemos pruebas, además de perder el dinero de la venta, podemos vernos penalizados con puntos negativos que nos mostrarán a los posibles vendedores como usuarios poco fiables. Del mismo modo, en ventas abiertas donde no media una empresa grande, es importante saber que no operaninguna garantía sobre objetos de segunda mano cuando la compraventa ocurre entre particulares, por lo que no podemos exigir en caso de que un aparato se estropee con el tiempo. Por otro lado, si engañamos a nuestro comprador acabaremos por pagarlo, ya que es muy probable que explique nuestro acto en los foros especializados y redes sociales y dé nuestros datos, de modo que cualquier futuro comprador pueda comprobar que somos poco fiables. Es normal que un comprador estudie en foros y redes con qué tipo de persona va a hacer negocios.