El yogur ya elaborado, se puede consumir de formas muy distintas: como postre con un poco de azúcar, con la mezcla de unos trozos pequeños de frutas frescas o con un poco de mermelada. Si se mezclan a partes iguales el yogur y la mermelada y se remueve hasta obtener una crema uniforme, puede utilizarse como acompañamiento de bizcochos y tartas.
También es un buena base para la elaboración de batidos como sustituto a los calóricos helados de manera que con un yogur bien frío, zumo de frutas naturales, un poco de leche y azúcar (todo muy batido) se elaboran unos ricos batidos de yogur con frutas, sabrosos y llenos de propiedades nutricionales.
Salsas y vinagretas
El yogur también puede utilizarse para aligerar salsas como una crema de queso al roquefort a la que se le añade una cucharada pequeña de yogur para suavizar un poco su intenso sabor; también puede servir como salsa útil para carnes y pescados a la plancha como es la resultante de triturar un tomate de ensalada con un diente de ajo, un chorrito de aceite de oliva y unas cucharadas de yogur hasta crear un salsa cremosa y con un sabor mediterráneo.
También se puede utilizar el yogur para enriquecer vinagretas de manera que, una vez se elabora una salsa vinagreta, se enriquece con unas cucharadas de yogur y con algún elemento más como frutos secos troceados, hierbas aromáticas como tomillo, albahaca o menta. Estas salsas acompañarán una diversa variedad de ensaladas o verduras salteadas o hervidas.