La oferta de depósitos es abundante, tanto como sus modalidades (a plazos, estructurados, vinculados, mixtos…). Los tipos de interés que se publicitan son muy atractivos, pero la rentabilidad anunciada puede no ser en realidad la total o es posible que el producto incluya comisiones por rescates puntuales o cancelación antes de tiempo, entre otras. Por ello, antes de decantarse por suscribir un producto de ahorro, hay que conocer -además de su rentabilidad total y comisiones- sus plazos, qué requisitos se exigen, si obliga a vincularse a otros productos y el vencimiento de los intereses.
Los depósitos bancarios son uno de los productos financieros con mayor «gancho» y más popularidad entre los usuarios bancarios. Son fáciles de contratar y no exigen muchos requisitos, además de ofrecer una completa seguridad en cuanto a la liquidez de los importes aportados, parámetros que se deben tener en cuenta en momentos de incertidumbre de los mercados financieros, como el actual.
Se distinguen varias modalidades (a plazos, estructurados, vinculados, mixtos…) y con unos tipos de interés muy atractivos, que no siempre se ajustan a la realidad. En numerosas ocasiones, las entidades imponen limitaciones en cuanto a las cláusulas de suscripción y resaltan sus cualidades más llamativas, incluso a costa de relegar otras características del producto, no tan positivas.
Las entidades resaltan las cualidades más llamativas de los depósitos y relegan características del producto no tan positivas
Es de vital importancia fijarse en qué consiste el producto en cuestión. Solo a través de un examen a fondo se podrán conocer sus ventajas y desventajas reales. Para hacerlo, hay que fijarse en seis aspectos:
El tipo de interés que proporcionan los depósitos. Hay que saber si la rentabilidad es por tramos, para un periodo determinado de tiempo, incluso vinculada a la contratación de otro producto financiero o en función de la evolución de una «cesta» de valores, índice o sector determinado de la renta variable.
Los plazos son otro aspecto de vital importancia en el momento de formalizar una imposición.
Las comisiones son también un factor fundamental en el que fijarse. De haberlas, pueden encarecer el producto entre un 1% y un 3%. Pueden aplicarse comisiones de cancelación parcial o total y es conveniente saberlo antes de contratar el producto, sobre todo, si se prevé que puede haber rescates parciales.
Los importes mínimo y máximo exigidos. La oferta actual es muy variada y con limitaciones de gran amplitud en cuanto a los importes que se exigen para depositar los ahorros. Es importante conocer este dato porque en numerosas ocasiones los ahorradores desean suscribir un producto por una cantidad que no está acogida en la oferta, bien por ser insuficiente o, por el contrario, porque rebasa los límites de la propuesta.
Verificar el vencimiento de los intereses. Pueden ser mensuales, trimestrales, anuales o en el mismo momento en que finaliza la duración del producto, que es lo más habitual entre los depósitos tradicionales. En función de las necesidades de los clientes, se puede optar por una u otra modalidad.
Se debe conocer el tipo de depósito: si es un depósito tradicional, si está vinculado a otro activo financiero o si requiere de unas condiciones especiales para su seguimiento.
Mención aparte merecen los depósitos denominados “crecientes”, que si bien realzan su máxima rentabilidad, hacen constar que solo se generará en un periodo de tiempo limitado, entre uno y tres meses.
Disponen de un interés nominal anual creciente cada tres meses, por tramos, y a medida que los plazos crecen, la remuneración es también más elevada: 2%, 2,5%, 3%, 3,5%, 4% y 4,5% como tope máximo en la escala, entre otros, pero con un T.A.E. global o rendimiento medio del 3,3%, que es el total que el producto aportará a su vencimiento al depositante.
Es primordial que el banco o caja de ahorros brinde a sus clientes el T.A.E. global, no solo la escala de intereses durante el periodo de contratación del depósito, ya que podría llevar a equívocos o falsas expectativas por parte del depositario.