Pocas etapas en la vida de una perra son tan exigentes como la del embarazo. La gestación provoca cambios importantes en el cuerpo del animal. Y los cachorros que crecen sin descanso en el vientre materno necesitan cada vez más nutrientes. La hembra preñada requiere una alimentación con aporte extra de proteínas y mucha energía. Pero hay que tener en cuenta ciertas precauciones.
El embarazo de la hembra se prolonga a lo largo de unos 65 días. Y cada fase tiene su particularidad. Durante las dos primeras semanas del embarazo de la perra, los cambios que experimenta su cuerpo aún no visibles.
Conviene alimentar a la madre con pequeñas raciones de comida, ofrecidas de forma frecuenteLa alimentación de la hembra ha de ser la ser la habitual, en función de su raza y tamaño. La perra también debe mantener su actividad física normal, con paseos y juegos.
Entrada la tercera semana, las náuseas no tardan en llegar. La sensación de malestar y las ganas de vomitar explican que la hembra pueda perder el apetito durante la tercera y cuarta semana de gestación. Alimentar a la futura madre con pequeñas raciones y de forma repetida a lo largo del día le ayudará a comer. Pero si las ganas de alimentarse no vuelven, se recomienda una consulta a su veterinario.
Comidas en pequeñas raciones
A partir de quinta semana de gestación, a la futura mamá se le acumula el trabajo. La perra no solo tiene que alimentarse ella, sino que debe ocuparse de nutrir a los pequeños embriones de cachorro que ya crecen en su interior. Y la ingesta de comida debe aumentar al ritmo que lo hacen los pequeños.
La perra preñada necesita proteínas extra y mucha energía para atravesar esta fase tan exigente. Para una hembra que espera cuatro cachorros, por ejemplo, la ingesta de comida debe incrementar un 5% cada semana. De esta forma, cuando el embarazo entre en su novena semana, la cantidad de alimento que requerirá la perra será alrededor de una cuarta parte más de lo que comía antes del embarazo.
Ana Domínguez, auxiliar de veterinaria, recomienda utilizar una comida de cachorros para la madre durante esta etapa. «La comida de cachorros tiene muchas proteínas y da a la perra y a los cachorros que tiene dentro la energía que necesitan», explica. Las necesidades extra de proteínas no acaban con el embarazo. «Lo ideal es que la perra siga tomando comida de cachorros hasta el destete de los cachorros», dice Domínguez.
Cuidado con la báscula
La mayor parte del peso que gana una perra gestante se explica por la carga que aporta la placenta, un gran órgano que crece en el interior de su cuerpo para alimentar a los embriones. Los futuros cachorros que engordan sin descanso dentro de su cuerpo explican el resto de los kilos que coge la perra durante el embarazo. Este repentino aumento de peso favorece que un anormal sobrepeso pueda pasar desapercibido.
La obesidad puede causar problemas durante el embarazo y el parto, por lo que conviene vigilar el peso de la futura madre durante toda la gestación. Conviene aumentar los controles de peso; y anotar el peso de la perra con regularidad.
El espacio se reduce aquí dentro
Los cachorros crecen. Engordan y cada vez ocupan mayor espacio en el interior del cuerpo de la perra. En las últimas semanas de gestación el sitio en el interior del vientre materno es un bien escaso. Por ello conviene alimentar a la madre con pequeñas raciones de comida, ofrecidas de forma frecuente.
La perra nota esa sensación de aglomeración que experimenta su cuerpo y es normal que deje de comer. El apetito del animal puede incluso desaparecer durante la novena semana, cuando se acerca el momento del parto. En cualquier caso, la comida y el agua deben estar siempre al alcance de la hembra.
Llegan los cachorros
La llegada de los cachorros no facilita las cosas a la madre: la producción de leche para alimentar a sus pequeños es una de las actividades que más energía precisan en la vida de una perra.
Los suplementos nutricionales, de vitaminas y minerales, no suelen ser recomendables hasta la sexta semana de embarazoLos neonatos son muy exigentes en cuanto a la alimentación que requieren. Y amamantar a una camada de hambrientos perritos en crecimiento puede resultar extenuante. Los pequeños crecen deprisa y la cantidad de leche que requirieren de su madre es ingente. La lactancia durará al menos otras seis semanas.
Medicamentos y suplementos
Los suplementos nutricionales, vitaminas y minerales no suelen ser recomendables antes de la sexta semana de embarazo. Un aporte repentino de estas sustancias podría impulsar un crecimiento anormal de los embriones y un desarrollo exagerado de los futuros cachorros.
Los medicamentos, por su parte, deben evitarse durante todo el embarazo, ya pueden provocar problemas congénitos en los pequeños cachorros que crecen en el vientre materno. Antes de administrar medicinas a una perra gestante debe consultar con su veterinario.
- Siga a Eva San Martín en Twitter.
Durante las dos primeras semanas de embarazo de la perra la alimentación de la madre ha de ser la habitual.
Cuando lleguen las náuseas, conviene dar pequeñas dosis de comida, repartidas a lo largo del día.
Los suplementos nutricionales, vitaminas y minerales, no son recomendables hasta la sexta semana de embarazo.
Los medicamentos deben evitarse.
En caso de problemas, acuda de forma pronta a su veterinario