El pienso canino se compone de varios nutrientes, uno de los más importantes es el agua, pero también contiene hidratos de carbono, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas. La investigación en el campo de la nutrición canina ha facilitado un mayor conocimiento de la alimentación para perros, lo que redunda en dietas comerciales muy equilibradas para los animales.
El contenido en nutrientes y la composición y calidad de los ingredientes de un pienso canino determinan su calidad. Los nutrientes de los alimentos cumplen determinadas funciones encaminadas a conseguir la supervivencia, como por ejemplo, la producción de energía.
Una buena manera de comprobar el nivel de hidratación del perro es a través de la elasticidad de la pielEl agua es el nutriente más importante de la dieta, porque el 70 % del peso corporal es agua, sobre todo en los cachorros. Según Manuel Lázaro, veterinario de la clínica Mirasierra de Madrid : «los perros que comen alimento seco deben consumir más cantidad de agua que los que se alimentan con pienso de lata».
Lázaro explica que los hidratos de carbono son compuestos calóricos que se asimilan sin dificultad y que aportan energía. Son necesarios para la combustión de las grasas y disminuyen el gasto de las proteínas como nutriente energético. Los lípidos o grasas forman la principal reserva de energía del organismo. Las proteínas forman órganos como: músculos, huesos, ligamentos, tendones o piel. También son importantes para alimentar las hormonas, el sistema inmunitario (anticuerpos), o la hemoglobina de la sangre y hay que ingerirlas en su justa medida para que no se transformen en grasa.
Vitaminas
Las vitaminas son sustancias que no son abundantes, pero que cumplen una función reguladora indispensable. Hay dos clases de vitaminas: liposolubles e hiposolubles. Las primeras están presentes en las grasas (A,D,E y K) y las segundas se disuelven en sustancias acuosas (grupo B y C).
En cuanto a los minerales, son las sustancias del pienso que quedan como ?cenizas? al quemar los alimentos. Son poco abundantes en el organismo, pero al igual que las vitaminas, cumplen su función en el organismo.
La calidad del alimento
Lo más importante para elegir un alimento de calidad para el perro es su contenido en nutrientes (proteína o lípidos, entre otros), y la composición y calidad de sus ingredientes. Manuel Lázaro, veterinario, explica que «el alimento debe ser completo y equilibrado para las distintas fases de la vida del animal». Lázaro añade que un factor importante a tener en cuenta es la «digestibilidad» del producto, algo a lo que los fabricantes de pienso de gama alta prestan cada vez más atención, porque mejora mucho la calidad del producto final. Este aspecto depende de cuestiones como: la calidad de las materias primas utilizadas, el proceso empleado en la fabricación del producto, e incluso del propio animal que toma el alimento .
Con un producto de alta «digestibilidad» se consigue:
- Unas heces de adecuada consistencia.
- Menos flatulencia.
- Ahorro en la cantidad de alimento que se gasta al mes, porque el perro absorbe mayor cantidad de nutrientes con cada ración.
El agua y la salud
El perro, como muchos seres vivos, entre ellos el hombre, está formado en gran parte por agua, en concreto, las dos terceras partes. Por ello, hay que procurar que no le falte nunca el agua. La salud depende de una buena hidratación porque, entre otras cosas, el agua es fundamental en la regulación de la temperatura corporal del perro.
Un perro puede sobrevivir a la falta de alimentos, pero si pierde más del 12% del agua de su cuerpo puede llegar a morir. El agua resulta esencial, porque transporta sustancias, de todo tipo, del interior al exterior del organismo (toxinas), y cumple un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal.
Por todo ello, el perro debe disponer siempre de agua limpia y a una temperatura adecuada (ni muy fría, ni demasiado caliente). Si el agua está demasiado caliente o sucia, el animal beberá igualmente por necesidad y consumirá menos cantidad de la necesaria, por lo que su organismo se acabará resintiendo. El agua, Sobre todo en verano, hay que cambiarla varias veces al día.
Si el perro bebe mucha agua, incluso más de lo normal, no resulta perjudicial para su salud, porque la eliminará con facilidad. Sólo hay que restringir el agua en caso de que el perro vomite mucho.
El agua es el nutriente más importante de la dieta, porque el 70 por ciento del peso corporal es agua, sobre todo en los cachorrosEl animal necesitará más agua tras el ejercicio físico, cuando hace mucho calor o si tiene fiebre. En el caso de las hembras, también durante el período de lactancia o, en caso de enfermedades que cursen con diarreas, vómitos o hemorragias.
Por norma general, el perro sólo debe beber agua. Cuando son cachorros pueden tomar algo de leche, pero no mucha, porque hay animales que tienen dificultad para digerirla y, además, no es un alimento fundamental para ellos. Por otro lado, el perro no debe beber de charcos, aguas estancadas, o del mar. Tampoco es recomendable que beba de un río, por muy limpia que parezca el agua.
Una buena manera de comprobar el nivel de hidratación del perro es a través de la elasticidad de la piel. Si al pellizcarla no se muestra elástica, y vuelve rápido a su sitio; está deshidratado.
En conclusión: agua, toda la que quiera, siempre limpia y a temperatura ambiente. Es preferible que no coma a que no beba.
El perro debe disponer siempre de agua limpia y fresca.
En verano, hay que cambiarla varias veces al día.
El perro puede beber toda la cantidad de agua que quiera. No hay que restringírsela.
Evitar que ingiera agua que no sea potable (ríos, mar, charcos o agua estancada).