La vida de todos los canes, sean de razas grandes como el Golden Terrier o diminutos como el chihuahua, comienza de la misma manera: un óvulo de la hembra que es fertilizado. A partir de ese momento se inicia el desarrollo del futuro cachorro, que durará unos 65 días. Conocer las fases del embarazo canino ayuda a cuidar de la salud de la futura madre y a velar por el bienestar de los cachorros que están de camino.
De la primera a la tercera semana
Día 1. El que llegue antes, gana. La carrera que disputan los millones de espermatozoides liberados por el macho para alcanzar el óvulo de la perra es feroz.
El hocico del feto se desarrolla tarde, a pesar de ser un órgano fundamentalDesde el momento en el que el esperma fertiliza el óvulo es cuando empieza la fecundación. A partir de ese instante, comienzan a producirse la miríada de divisiones de la célula recién fecundada que formarán el cuerpo del futuro cachorro.
Se inicia entonces el viaje hacia el útero, donde el embrión se sujetará a las paredes (esto ocurrirá en torno al día 19) para proseguir su delicado desarrollo. El número de futuros cachorros varía: de los ocho que, como media, aloja la perra Golden Retriever, a los dos de la pequeña Chihuahua. Es en estos primeros veinte días de gestación cuando se suele realizar una primera ecografía de diagnóstico de la misma; en torno al día 22 podrá diferenciarse ya la cabeza y el tronco del embrión.
De la cuarta a la sexta semana
Las células de los embriones,de entre dos y tres centímetros de tamaño alrededor del día 28, están, en este periodo de la gestación, centradas en formar lo que serán los órganos del cuerpo del cachorro; además de los músculos y huesos. Los ojos y la médula espinal del embrión también emprenden su desarrollo en estas semanas del embarazo de la perra. Es normal, entonces, que el veterinario realice algunas palpaciones abdominales de comprobación; se produce, además, la diferenciación entre machos y hembras.
Durante la segunda mitad de la gestación el crecimiento se acelera y comienza el verdadero desarrollo corporal fetal. Para el día 30 los incipientes órganos principales ya estarán presentes en el futuro cachorro. Incluso el corazón ha empezado a producir sus primeros latidos, y las extremidades comienzan a crecer. Este es, asimismo, el momento más delicado de la gestación. El cuerpo de la perra podría decidir desechar los fetos tras semanas de desarrollo.
Si en este momento, o en cualquier otro durante la gestación, observase un sangrado vaginal anormal, acuda con urgencia a su veterinario ya que, si se tratase de un aborto espontáneo, su perra necesitará cuidados especiales y ser monitoreada para evitar efectos secundarios adversos en el animal.
De la séptima a novena semana
El crecimiento continúa su curso. Los cachorros ganan peso y toman los nutrientes que precisan a través de la placenta de su madre. En torno al día 55 entramos en las etapas finales de su desarrollo. Los fetos ya tienen un aspecto similar al que tendrán fuera del vientre materno. El hocico, responsable del extraordinario sentido del olfato del perro, se desarrolla tarde: en el último tercio de la gestación .
Aparece entonces el pelo, que debe las variadas combinaciones de color de los pelajes a la mezcla de dos únicos pigmentos: negro y amarillo. Los cachorros ya tienen patas y bigotes y, en esta fase, también se desarrolla su temperamento: las hormonas presentes en este proceso marcarán en gran medida su personalidad.
A medida que se acerca el momento del nacimiento, las patadas y movimientos espasmódicos de los pequeños son perceptibles a simple vista a través del abdomen de la madre. Los cachorros listos y preparados para nacer.
El gran momento del parto llegará a partir del día 63. Los cachorros ya están casi formados por completo. Sus ojos siguen sellados para evitar la irritación de la orina que expulsan en la bolsa amniótica. Tardarán una o dos semanas en abrirlos del todo; pero, para entonces, ya estarán fuera del vientre materno.
Llega el parto
El momento mismo del parto no debe, en ningún caso, obviarse. La perra debe contar con un ambiente tranquilo y sin extraños, personas y animales ajenos a la casa, que puedan alterar el parto normal del animal. Influirá en la buena marcha del mismo, sin duda, que se haya observado una adecuada alimentación durante el embarazo del can.
Un asunto para nada baladí y que puede eliminar muchos de los problemas de un buen parto y el posparto es la preparación de la paridera. Consiste en la fabricación de una caja cuadrada o rectangular, de un tamaño lo suficientemente grande como para que la perra pueda estirarse en él con comodidad y sobre espacio para toda la camada; hemos de evitar a toda costa que la perra pueda aplastar a los cachorros al tumbarse.
Los laterales de esta paridera han de tener una altura que impida que los cachorros puedan saltar fuera, pero que no evite, asimismo, que la perra pueda entrar y salir sin dificultad.
El ambiente y el lugar del parto han de ser los más adecuadosLas dimensiones de este espacio dependerán, por lo tanto, de la raza de la perra. Es aconsejable que el fondo esté acolchado con toallas para que la perra y los cachorros estén más cómodos y evitar el frío directo del suelo; pueden ser cambiadas cuando se ensucien sin dificultad.
Además de todos estos cuidados, comienza el momento de la lactancia, que requerirá ciertos cuidados especiales tanto de los cachorros neonatos, como de la nueva mamá.
Recuerde que el embarazo de su perra ha de contar siempre con el seguimiento de un veterinario.
La alimentación y los cuidados de la futura mamá han de ser los adecuados a su estado.
Si observa sangrado anormal en cualquier momento de la gestación, acuda al veterinario: podría tratarse de un aborto espontáneo.
Cuide el ambiente y es espacio para el parto de la perra: prepare una paridera.