Elefantes y rinocerontes, los dos mamíferos terrestres más grandes y emblemáticos del planeta, llevan vidas -y muertes- paralelas. El aumento de la caza furtiva amenaza su supervivencia y podrían desaparecer en una década en África si no se detiene el lucrativo mercado negro de sus cuernos. En el caso del rinoceronte, un kilo puede superar los 50.000 euros. En Sudáfrica, donde se encuentra la mayoría de los rinocerontes africanos, acuden a soluciones desesperadas como ponerles guardaespaldas, envenenar el cuerno o amputarlo.
Una poderosa caza furtiva y una creencia acientífica
El rinoceronte podría desaparecer en 2020 de Sudáfrica, uno de sus principales hogares. Así lo señalan desde las reservas privadas del país, que denuncian el aumento de la caza furtiva en los últimos años: en 2010 se mataron 333 rinocerontes, 448 en 2011 y en 2012 podrían superarse los 1.300. Hace diez años, la cifra se movía en torno a 15 animales al año. Al carecer de censo oficial, se desconoce el número total de rinocerontes sudafricanos, pero se estima en torno a 20.000, más del 90% de todo el continente.
El mercado negro puede pagar más de 50.000 euros por un kilo de cuerno de rinoceronteEl cada vez más lucrativo mercado ilegal de especies es un enemigo muy poderoso. Al igual que con los elefantes, el trofeo más valioso de los cazadores furtivos es el cuerno. El mercado negro puede pagar más de 50.000 euros por kilo, superior a «mercancías» como el oro o la cocaína.
La explicación a estos desorbitados precios se encuentra en la creencia, sin base científica, de propiedades curativas, en países asiáticos como China, Vietnam o Tailandia. Supuestos médicos «tradicionales» utilizan polvo de cuerno de rinoceronte (hecho de queratina, la misma sustancia que la del pelo o las uñas del resto de mamíferos) para tratar fiebres y convulsiones y «salvar vidas». Otro de sus destinos son países como Yemen, Omán y la India, para realizar mangos de daga y ornamentos de lujo para coleccionistas con mucho dinero y pocos escrúpulos.
Las bandas de traficantes se extienden por todo el mundo, como queda en evidencia cuando se desarticula alguna. En una redada realizada en varios estados de EE.UU., se detuvo a varias personas con 20 cuernos de rinoceronte, un millón de dólares en efectivo y otro millón en lingotes de oro y diamantes.
El negocio es tan lucrativo, que el poder de la corrupción es muy elevado. La dirección de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANPARKS) informaba el mes pasado de la detención de cuatro empleados del Parque Kruger, la reserva natural más importante del país, acusados de caza furtiva de rinocerontes. En este parque se han registrado casi la mitad de muertes del país.
España no es ajena a este mercado. El mes pasado, la Guardia Civil detenía en Santa Pola (Alicante) a dos personas con varios cuernos de rinoceronte y acusados de varios robos en toda España de animales exóticos disecados y piezas de taxidermia.
Quitarles el cuerno, ¿un remedio peor que la enfermedad?
Las medidas para hacer frente a los cazadores furtivos, capaces de disparar tanto a rinocerontes como a humanos, son en algunos casos llamativas. En ciertas reservas privadas, se han contratado guardaespaldas profesionales para custodiar a estos mamíferos, un elevado coste que cada vez menos gestores pueden asumir.
En otros casos, se opta por una decisión mucho más drástica: envenenar el cuerno o amputarlo. Descornar un rinoceronte puede costar unos 750 euros y se debe repetir cada año o año y medio, porque el cuerno vuelve a crecer. Varios ejemplares han muerto tras esta delicada operación veterinaria, que puede conllevar además diversos traumas psicológicos, como estados más violentos o problemas de apareamiento. Lorinda Hern, dueña de una reserva privada a las afueras de Johannesburgo, señala que prefiere que un rinoceronte muera por anestesia a que lo haga con la mitad de su cabeza amputada hasta caer rendido por el dolor y el agotamiento. Una decisión, que a juzgar por imágenes como la de Brent Stirton, no es en absoluto fácil.
Luis Arranz, director del Parque Nacional de Garamba (Congo), defiende que para combatir el tráfico ilegal de rinocerontes, o cualquier otra especie amenazada, hace falta voluntad política del gobierno de querer salvar la zona, contar con medios humanos y materiales suficientes (incluidas armas y municiones «por mucho que nos choque») y apoyo financiero a los parques sostenido en el tiempo.
Cinco especies, distintas situaciones de peligro
El rinoceronte es un animal con cinco especies en todo el mundo que, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentran en varios estados de peligro:
- Rinoceronte blanco (Ceratotherium simum): cercano a la amenaza. Junto con el rinoceronte indio, y tras el elefante, es el mayor de los animales terrestres del planeta.
- Rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus): en peligro crítico.
- Rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis): en peligro crítico.
- Rinoceronte indio (Rhinoceros unicornis): vulnerable.
- Rinoceronte negro (Diceros bicornis): en peligro crítico.