Antes de contratar una póliza de seguro es importante analizar a fondo los riesgos mínimos que necesitamos que sean cubiertos por el seguro de hogar y estudiar otros riesgos que nos gustaría que fueran cubiertos una vez asegurados los imprescindibles, si el presupuesto nos lo permite.
Para ello, conviene acudir a un profesional del sector y plantearle nuestras necesidades concretas. Este aspecto es muy importante, ya que es posible que haya riesgos que deseamos cubrir y que las compañías no incluyen en ninguno de sus productos. O bien puede darse la circunstancia de que necesitemos de alguna cobertura que, siendo necesaria, nos hayamos olvidado en nuestra lista de prioridades.El objetivo principal es consensuar con el asesor el producto más conveniente a nuestras necesidades y que más se ajuste a nuestro presupuesto. En cualquier caso, nunca debe dejarse ningún riesgo a cubrir de forma prioritaria fuera de la póliza por una cuestión de presupuesto. En este supuesto, es mucho mejor preguntar por el posible fraccionamiento del pago de la póliza, pues pagar un poco más nos puede aportar a nuestro favor un importante valor añadido en tranquilidad. No debe darse por cierto el tópico de que la póliza más cara es siempre la mejor. Una vez tengamos los productos que cubren nuestras expectativas hay que indagar si las diferencias de precios entre ellos es justificada, o si sólo responden a una política de marca y/o prestigio de la compañía aseguradoraAntes de contratar y firmar la póliza en aceptación ha de comprobarse que contiene todas las coberturas que pedimos y por las que estamos dispuestos a pagar. El asegurado deberá exigir a la compañía el correspondiente recibo de pago de la póliza y una copia del clausulado de la misma. Si la póliza se renueva debe comprobarse que la compañía no haya introducido cambio alguno en las coberturas que nosotros contratamos. Si es así habrá que acudir inmediatamente en busca de las explicaciones pertinentes a dichos cambios.