Si se va de vacaciones a un entorno natural, o simplemente se incluye este destino en una visita ocasional, es conveniente seguir unos consejos para disfrutar de sus posibilidades de manera ecológica y poder conservarlo de aquí en adelante. En este artículo se dan una docena de recomendaciones, entre ellas, desplazarse de manera sostenible, comer de forma ecológica, tratar las basuras de forma adecuada o no provocar fuegos.
1. Desplazarse de manera sostenible
Para desplazarse hasta el espacio natural elegido, lo idóneo sería utilizar el transporte público. Si no queda más remedio que usar el vehículo privado, al menos compartirlo con otros usuarios y conducir de forma eficiente. Ya en plena naturaleza, lo más ecológico y sano es ir a pie o en bicicleta y evitar vehículos todoterreno, motos o quads que, además de erosionar el suelo, emiten un molesto ruido que afecta al entorno.
2. Respetar las indicaciones y las normas del espacio natural
Los espacios naturales protegidos suelen contar con señalizaciones y normas de uso que hay que respetar para evitar dañarlos. Conviene leerlos con atención y, si es posible, informarse antes de sus particularidades, como en la Guía de Parques Naturales, Nacionales y Reservas de la Biosfera de EROSKI CONSUMER. Por ejemplo, la entrada a algunos de estos espacios está restringida a unos pocos usuarios que tienen que registrarse con anterioridad.
3. Comer de forma ecológica
Si se va a pasar todo el día, una cesta de mimbre o una mochila son perfectos compañeros. La comida se puede llevar en tarteras o envases específicos reutilizables (nunca de usar y tirar ni con un empaquetado excesivo) y la bebida en termos o bidones de aluminio. Las botellas o las bolsas de plástico tienen un gran impacto ambiental si se abandonan en la naturaleza y, por ello, hay que evitarlos. Aunque el vidrio se puede reciclar, en la naturaleza no es la mejor opción porque puede ser un elemento cortante y provocar un incendio.
4. Tratar las basuras de forma adecuada
La basura producida durante la jornada se debe tratar de forma adecuada. Algunos espacios naturales cuentan con contenedores, pero si no hay o se duda sobre su posterior reciclaje, los residuos generados se deben conservar hasta poder reciclarlos de forma conveniente. Algunos, como las pilas, pueden ser muy tóxicos para el medio ambiente. Por ello, también hay que guardarlos para su posterior tratamiento.
5. Utilizar el agua y la energía con moderación
El agua es un recurso cada vez más escaso, y en la naturaleza lo es aún más. No dejar grifos abiertos de fuentes, usar solo lo necesario y evitar que jabones o champús acaben en ríos, lagos o mares y los contaminen son algunas medidas indispensables. De la misma manera, los consejos para ahorrar energía deben también aplicarse.
6. No provocar fuegos
Grandes desastres como los incendios forestales se pueden generar por una colilla mal apagada o una barbacoa. Si es posible, se recomienda no fumar o, al menos, preocuparse de que colillas y cenizas no lleguen al entorno; también hacer fuegos solo en espacios habilitados para ello y hacer caso a las indicaciones. En épocas de riesgo de incendio se prohíbe hacer fuego incluso en estos lugares.
7. No molestar a las especies ni alterar el entorno
Los ecosistemas y las especies que habitan en ellos viven en un delicado equilibrio que puede romperse por cualquier pequeña alteración, sobre todo en el caso de las especies amenazadas. Es aconsejable, por tanto, no tocar los nidos de las aves, no ofrecer comida que pueda sentar mal a los animales, no gritar ni introducir elementos de contaminación acústica como música o vehículos ruidosos, no llevarse nada «como recuerdo», etc. En resumen, dejar todo como estaba.
8. No introducir especies invasoras
Las especies invasoras causan graves daños medioambientales y económicos. En algunas ocasiones se han introducido por descuido o desconocimiento de sus consecuencias. Nunca hay que llevar una especie de un lugar a otro distinto.
9. Evitar el tráfico ilegal de especies protegidas
El contrabando de especies (en especial en España, por donde se estima que circula el 30% de todo el mercado mundial), además de ser un delito, pone en riesgo a muchos seres vivos en situación delicada. Así ocurre cuando se adquiere una especie exótica, ya sea viva o como souvenir con partes de la misma, como corales o colgantes de marfil.
10. Denunciar conductas antiecológicas y catástrofes ambientales
Si se observa alguna actividad que ponga en peligro la naturaleza, como vertidos ilegales, uso de cebos con veneno, contrabando de especies, incendios forestales, etc., se debe denunciar. Marcar el teléfono de Emergencias, el 112, o el del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), el 062, son dos buenas maneras de hacerlo.
11. Practicar el turismo ecológico
El turismo ecológico ofrece una estancia agradable y en armonía con el entorno. Las posibilidades son diversas, desde el senderismo hasta el «birdwatching» u observación de las aves en su hábitat natural. La oferta de hoteles ecológicos todavía es pequeña en España, pero se pueden encontrar algunos con encanto.
12. Ir como voluntario ambiental
Diversas asociaciones ecologistas e instituciones ofrecen programas de voluntariado medioambiental, para sensibilizar al resto de ciudadanos o ayudar a conservar y recuperar espacios naturales que no reciben a menudo suficientes recursos.