Los problemas cardiacos afectan a un número considerable de perros, de forma especial, a medida que el animal envejece. Sin embargo, los problemas de corazón son diferentes en perros grandes y pequeños. Por ello, conviene reconocer algunas de las señales que avisan de que el perro tiene una insuficiencia cardiaca y aprender cómo tomar el pulso a un perro en casa.
Problemas de corazón, diferentes en perros grandes y pequeños
El corazón de un perro, como el de las personas, puede fallar. Las dolencias cardiacas se deben a diferentes motivos y dependen, en general, del tamaño del perro. En ocasiones, son las válvulas del corazón las que padecen algún daño, una dolencia más frecuente en perros de reducido tamaño.
En los perros pequeños son más frecuentes los daños en las válvulas del corazón, mientras que en los grandes este no puede devolver la sangre al resto del cuerpo
Las bacterias que infectan la boca de los canes pequeños acaban por afectar a las válvulas del corazón, una especie de compuertas que controlan la entrada y salida de sangre y provocan la enfermedad conocida como insuficiencia valvular. «La insuficiencia cardiaca de los perros pequeños se debe a un problema en las válvulas del corazón, que comienza con una infección en la boca«, confirma el veterinario Fausto Andrés.
Otras veces, este órgano vital para cualquier animal pierde la fuerza que necesita para bombear toda la sangre que el cuerpo del can requiere. Es el caso de los canes de gran tamaño.
«En el perro grande suceden cuando el propio corazón crece tanto que las válvulas no llegan a tocarse», añade Andrés. Cuando esto ocurre, el corazón no funciona de forma adecuada, ya que no es capaz de devolver la sangre al resto del cuerpo, que la necesita. En este caso, la dolencia se denomina miocardiopatía dilatada.
Señales de la insuficiencia cardiaca en el perro
El cuerpo de un animal con problemas de corazón no recibe toda la sangre que precisa para realizar su actividad normal. Puesto que la sangre transporta los nutrientes y el oxígeno, esenciales para la vida, los músculos y órganos del animal con corazón enfermo que esperan esta recarga se verán obligados a reducir su funcionamiento. Cerca del 60% de los perros toy mayores de diez años (entre ellos los canes de raza Yorkshire) padecen algún tipo de dolencia cardiaca, según estima Andrés.
Un perro que se fatiga de un modo excesivo durante el ejercicio, los juegos o los paseos al aire libre puede padecer un problema cardiaco. El corazón del animal con insuficiencia cardiaca lucha por bombear la sangre con oxígeno, que no llega a los músculos en la cantidad necesaria. Esto se traduce en problemas para respirar e inhalaciones de aire cada vez más rápidas: el perro intenta captar el oxígeno que su cuerpo le demanda.
«Una sensación de fatiga o la tos son otras señales para barajar que pueda haber una dolencia cardiaca en el perro», advierte el veterinario. En los casos más graves, incluso, es posible algún desmayo.
Cómo tomar el pulso a un perro en casa
El cuerpo de un perro que padece un problema de corazón intenta trabajar a mayor velocidad de lo habitual para compensar la menor llegada de sangre al cuerpo. Esto explica que el corazón de un perro con esta enfermedad bombee sangre a un ritmo más rápido, por lo que los latidos se aceleran.
Medir en casa las pulsaciones del perro puede ayudar a detectar a tiempo una insuficiencia cardiaca
Medir en casa las pulsaciones del animal puede ser un modo útil de percibir a tiempo una insuficiencia cardiaca en el perro. Para ello, hay que intentar que el perro se tumbe de lado, sin forzarle, de forma que se sienta relajado. Luego se colocan los dedos (no el pulgar) a la mitad del muslo del can, ya que en esta zona es más fácil percibir el pulso del perro.
Debe contabilizarse el número de latidos del perro a lo largo de 15 segundos y multiplicar la cantidad de pulsaciones percibidas por cuatro, para obtener el número de latidos del perro por minuto. Conviene repetir la operación para asegurarse de que el recuento ha sido correcto.
El número de pulsaciones habituales para un perro que pesa menos de 13 kilos oscila entre 100 y 160 por minuto. Para un animal por encima de ese peso, el número de latidos se reduce a un intervalo aproximado de entre 60 y 100 latidos por minuto. El veterinario será quien mejor pueda informar en cada caso.
- Recuerde que un perro que se fatiga de un modo excesivo durante el ejercicio, los juegos o los paseos al aire libre puede padecer un problema cardiaco.
- La tos es otra de las señales que avisan de que el animal puede padecer una dolencia en el corazón.
Medir en casa las pulsaciones del animal es un modo útil de percibir a tiempo una insuficiencia cardiaca en el perro.
Ante cualquier señal o sospecha de que el animal pueda padecer una insuficiencia cardiaca, el veterinario será quien mejor ayudará.