La economía verde puede sacarnos de la crisis, lograr millones de empleos verdes de calidad y mejorar el medio ambiente. Así lo señalan desde instituciones internacionales como Naciones Unidas a diversos expertos españoles. Este artículo explica los beneficios económicos, sociales y ambientales de la economía verde, señala cómo lograrlo, y subraya la importancia de los consumidores para ello.
Economía verde, necesaria para salir de la crisis y crear empleo
«Una de las principales lecciones de la actual crisis es que el funcionamiento de las economías haciendo lo de siempre claramente no es una opción.» Así lo señala el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que propone la «Economía Verde» para hacer negocios de forma mucho más sostenible, mejorar el bienestar humano y la equidad social y reducir de manera significativa los riesgos ambientales, como el cambio climático, y la escasez ecológica.
«O apostamos por una economía verde, o no habrá economía», augura un expertoEl PNUMA no es la única institución internacional que defiende la economía verde para salir de la crisis. Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que una economía más verde podría generar entre 15 y 60 millones de trabajos adicionales en todo el mundo en las próximas dos décadas y sacar a decenas de millones de trabajadores de la pobreza.
El informe de la OIT cita algunas iniciativas de éxito en este sentido, como el programa de eficiencia energética en edificios de Alemania, que ha movilizado 100.000 millones de euros en inversiones y crea al año unos 300.000 puestos de trabajo directos. Sus responsables también sostienen que las mujeres serían unas de las principales beneficiarias de una economía más verde.
En España, cada vez más expertos defienden la economía verde. Roberto Ruiz Robles, presidente de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) explica que «el empleo verde, como el resto de sectores, está sufriendo con la crisis económica, pero crecerá seguro en los próximos años; es el que empujará para salir de la misma. Porque o apostamos por una economía verde, o no habrá economía».
Fernando Barrenechea, director general de Ihobe, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno vasco, asegura que la base fundamental de la competitividad es el medio ambiente: «El 80% del coste de un producto está en el consumo de materiales y energía. Si queremos competir con los chinos, tenemos que incidir ahí y no en bajar los sueldos a nuestros trabajadores o enviar la producción a otros países. El que no lo vea quedará fuera del mercado».
En opinión de Luis M. Jiménez Herrero, director ejecutivo del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), la crisis agudiza la debilidad del modelo de desarrollo español, pero también es la oportunidad de cambiar hacia un nuevo modelo sostenible: «No podemos volver a una economía depredadora cortoplacista e ineficiente».
Cómo conseguir una economía verde
El PNUMA señala que la economía verde se debería lograr con varias acciones: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación; ser eficientes en el uso de los recursos naturales; evitar la pérdida de biodiversidad y servicios de los ecosistemas; y lograr la equidad social. Para conseguir ponerla en marcha, el PNUMA calcula en un estudio que sería suficiente invertir el 2% del PIB mundial durante los próximos 40 años. La OIT apunta ocho sectores clave: agricultura, bosques, pesca, energía, manufactura intensiva de recursos, construcción y transporte.
Javier Martínez, dircom de Enviroo.com, portal de empleo verde, afirma que España «tiene un gran potencial en energías renovables y de tecnología, por lo que la economía debería basarse en dichos pilares para redefinirse».
Luis M. Jiménez Herrero incide en la importancia de la sostenibilidad urbana (en la UE el 80% de la población es «urbanita»), con medidas como las «ciudades inteligentes» y seguir la línea de la «Ecología Industrial», que imita a la naturaleza para que los desechos de una fábrica sean materia prima de otros sistemas productivos.
En cualquier caso, el cambio de mentalidad es esencial. Según Barrenechea, «todavía hay sectores muy importantes que creen que el medio ambiente es un lastre, que hay que elegir entre desarrollo económico y protección ambiental. Un error absoluto».
Los consumidores, claves en la economía verde
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, señalaba en el reciente Día Mundial del Medio Ambiente, dedicado a la economía verde, que «aunque las decisiones individuales parezcan pequeñas ante las tendencias y amenazas globales, cuando millones de personas unimos esfuerzos, podemos hacer una diferencia increíble».
En este sentido, los consumidores son esenciales para lograr una economía verde. Como recuerda el director general de Ihobe, «tenemos una enorme capacidad de influir en las empresas. Si compramos una lavadora de máxima eficiencia y que se ha preocupado por los materiales y su reciclado, un producto que no tiene que ser más caro, protegemos el medio ambiente y generamos empleo de calidad. Comprar lo más barato deja una huella ecológica brutal y destroza nuestras empresas».
El director ejecutivo del OSE recuerda que la felicidad no se consigue con más crecimiento material o más consumo, ni tampoco se transforma necesariamente en mayores niveles de progreso: «El consumo debe ser racional y responsable».