Asimilar el fallecimiento de un cachorro puede ser complicado y angustioso, en especial, cuando hay menores en casa. En su caso, puede convertirse en un verdadero drama, ya que no asimilan igual la muerte. No siempre saben enfrentarse a este acontecimiento inesperado. Para aportar una serie de claves, en este artículo se explica cómo asumir la muerte del cachorro, se destacan las causas habituales de esta circunstancia y cómo prevenir los peligros para la cría de perro.
Asumir la muerte del cachorro
La muerte de un cachorro es complicada de asumir para sus dueños
El fallecimiento de un cachorro de perro se vive de manera distinta a la muerte de un can con quien se ha convivido durante años, si bien la pérdida, en ocasiones, es igual de traumática y dolorosa. El veterinario Juan Antonio Aguado recuerda «haber visto llorar a mujeres y hombres adultos por la muerte de su cachorro» y aclara que, lejos de ser un síntoma de debilidad, lo es de sensibilidad y calidad humana.
Las familias con niños que viven la muerte de un cachorro en casa tienen una complicación añadida. «Los niños no asumen igual que los adultos la muerte del animal y para ellos se convierte en un verdadero drama», asegura Aguado.
En caso de que se haya practicado la eutanasia al cachorro, Aguado recomienda a los padres no decir a los hijos que ha sido así, sino exponerles que se hizo todo lo posible por salvar la vida del cachorro, pero que no hubo solución. El veterinario explica que, en ocasiones, los padres adquieren otro cachorro y, al ser el niño muy pequeño (menor de cuatro años), este puede creer que su perro solo ha cambiado un poco su aspecto.
La muerte de un perro, ya sea cachorro o adulto, es complicada de asumir por parte de sus dueños, pero cuando el perro es menor de un año, es más inesperada que cuando ronda los 14 años y se comienza a asumir su declive físico.
Causas habituales de la muerte del cachorro
Las causas más habituales de la muerte de un cachorro de perro, con una edad comprendida entre tres meses y un año, son las siguientes, según explica el veterinario Carlos Quintana:
La separación prematura de la madre, esto es, antes de los 25 días de edad. El cachorro no tiene desarrolladas las defensas necesarias y requiere la leche materna. Si se le separa de la madre, tendrá mayor riesgo de enfermar y, quizá, de morir.
Enfermedades infecciosas, como el parvovirus o el moquillo, así como enfermedades congénitas, como las afecciones del corazón.
Intoxicaciones por ingestión de productos destinados a la limpieza del hogar.
Accidentes como la ingestión de muñecos o calcetines, que les pueden provocar graves afecciones estomacales, atropellos o mordedura de cables eléctricos.
Los cachorros caninos son más propensos a sufrir atropellos que los perros adultos. El cachorro es por naturaleza travieso, juguetón y curioso, como todas las crías de mamíferos. Por ello, hay que tener especial cuidado para evitar accidentes que pongan en peligro su vida.
Por otro lado, no hay razas caninas que tengan más predisposición a morir a una edad temprana. Aunque las razas de tamaño muy pequeño, como el yorkshire, pueden tener más riesgo de sufrir lesiones complicadas de curar si sufren golpes o caídas.
Prevenir los peligros para el cachorro
En ocasiones, el ámbito doméstico puede resultar peligroso para el cachorro si no se toman las precauciones adecuadas. «El cachorro es juguetón y curioso, se lleva todo a la boca para probarlo, por lo que se debe tener cuidado con los enchufes y con los objetos que pueda tragarse», advierte la veterinaria Ana Cameno.
Es fácil que un cachorro que juega en la calle se descontrole y pueda sufrir un atropello
Por otro lado, un cachorro que salga a la calle sujeto con la correa siempre estará seguro. Los perros menores de un año aún no han aprendido las normas básicas de obediencia, como acudir a la llamada de sus dueños. Además, los cachorros caninos son juguetones y es fácil que corran de manera descontrolada hacia la carretera, con lo que se arriesgan a sufrir un atropello.
Por otro lado, la vacunación es esencial para prevenir las enfermedades infecciosas como el parvovirus o el moquillo. Por lo tanto, es importante cumplir con el calendario de vacunaciones para proteger la salud del cachorro.
No separar al cachorro de su madre y hermanos antes de los tres meses.
Llevar al día el calendario de vacunaciones
Prevenir accidentes como atropellos, electrocuciones en casa o que el cachorro ingiera objetos, como calcetines o pelotas pequeñas.