Un perro puede oler a una perra en celo a metros de distancia, incluso cuando está esterilizado. La llamada del instinto sexual, desencadenada por las feromonas olfativas que emite una hembra en celo, puede tener consecuencias como escapadas, nerviosismo y peleas con otros canes. No obstante, el instinto sexual del perro cuando hay una hembra en celo cerca se puede controlar. A continuación se describen cinco pautas para hacerlo y se aborda el despertar del instinto sexual en el perro, así como algunas ideas falsas sobre la castración canina.
Perra en celo, el instinto sexual del macho se puede controlar
La castración (extirpación de los testículos) es la manera más eficaz de paliar el instinto sexual de un perro que tiene cerca a una hembra en celo. Cuando se castra a un perro se le extirpan los testículos, donde se fabrica la hormona de la testosterona, causante de la apetencia sexual del perro.
La castración palía el nerviosismo de un macho ante una perra en celo
No obstante, el can se sentirá atraído por el olor que desprende la perra en celo y puede protagonizar escapadas o mostrarse nervioso. De ahí la importancia de llevar siempre al perro sujeto con la correa para evitar reacciones imprevistas frente a la poderosa llamada de una hembra en celo.
La esterilización evita, además, las peleas con otros canes. Pero hay que añadir otros beneficios. «Es una prevención contra los quistes de próstata», explica Ana Cameno, veterinaria. En cualquier caso, si se esteriliza al perro antes del año de edad y no ha tenido antes contacto ni experiencias sexuales, habrá mayores probabilidades de que se controle al detectar el olor de una hembra en celo, si bien siempre le llamará la atención.
Cinco pautas para controlar el instinto sexual del perro macho
1. Llevar al perro siempre controlado por la calle, con la correa. Un perro macho siempre está dispuesto a aparearse, incluso cuando no hay una perra en celo cerca.
Si una perra ha pasado por el lugar donde se encuentra el macho, este olerá sus feromonas y la buscará. Por ello, existe un gran riesgo de que el perro escape y resulte atropellado o provoque un accidente en su carrera descontrolada tras una hembra en celo.
2. Procurar organizar los horarios de salida al parque con los dueños de la perra en celo (cuando es posible). No es extraño que quienes acuden al mismo lugar de paseo con sus perros se conozcan, por lo que se puede averiguar el horario de salida de los dueños de una perra en celo para procurar adelantar o retrasar la propia.
3. Cambiar el itinerario. Acudir a otros parques o cambiar el recorrido de paseo para no toparse con una hembra en celo es una forma de evitar escapadas y el nerviosismo del perro.
4. Una adecuada educación puede ayudar a controlar el impulso de un perro ante la hembra en celo. Si el can acata ciertas pautas («quieto», «siéntate» o «ven»), será más fácil evitar una escapada. Pero nunca hay que confiarse: un perro que no está castrado, aunque sea obediente, se puede descontrolar con mucha facilidad ante una hembra en celo. Y es que, su instinto sexual será más poderoso que la obediencia hacia su dueño.
5. La castración es la única forma de evitar que el perro macho pierda el control por la llamada de su instinto sexual.
El despertar sexual en el perro
Un perro desarrolla su instinto sexual con menos de un año, a menudo, cuando el animal cuenta con unos siete meses de vida. Con esa edad, ya es capaz de quedar seducido por las feromonas de una hembra en celo y, si se produce una monta, la perra puede quedar preñada.
Las perras en celo emiten un perfume inconfundible para los machos de su misma especie (las feromonas). Esta eficacia es fruto de un perfeccionamiento en las artes de seducción de la especie canina. La finalidad es asegurar al máximo posible la reproducción de la especie y, por tanto, su supervivencia.
En cualquier caso, los perros son selectivos al seducir a una hembra y aparearse. Miguel Ibáñez, veterinario y experto en comportamiento animal, explica que «se ha descubierto que mamíferos, como los caballos, seleccionan a la hembra con la que se quieren aparear y algo similar ocurre con los perros».
Un perro mantiene su instinto sexual cuando tiene una hembra en celo durante toda su vida
Aunque esterilizar es el método más eficaz de controlar a un can cuando hay cerca una perra en celo, algunos propietarios son reticentes a castrar a su perro. Piensan que su carácter cambiará y que esterilizar conlleva una disminución física para el can. Sin embargo, “esto no se corresponde con la realidad”, indica María Victoria Acha, veterinaria. En España, añade Acha, “influye el prejuicio de pensar que castrar a un perro es privarle de su masculinidad”.
Por el contrario, la castración de las perras está más aceptada y es más frecuente que la de los perros. Con la hembra castrada, sí disminuye el instinto sexual del macho, porque la perra no emite feromonas, ni está dispuesta para ser montada. En cualquier caso, la castración es la única forma de minimizar la posibilidad de que una perra quede preñada y de que los perros enloquezcan cuando tienen una perra en celo cerca.