Mayores con discapacidad intelectual, cuáles son sus necesidades

Las personas mayores con discapacidad intelectual requieren protección para reducir la pobreza, evitar su envejecimiento prematuro y garantizar su calidad de vida
Por Azucena García 13 de noviembre de 2012
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Las personas con discapacidad intelectual mayores de 55 años se consideran muy vulnerables y, por ello, su situación exige una respuesta que atienda las principales necesidades. Se requiere una mayor protección para reducir las tasas de pobreza, evitar su envejecimiento prematuro y garantizar, sobre todo, su calidad de vida, como se explica a continuación. La doble vulnerabilidad a la que se enfrentan, por ser mayores y tener una discapacidad, reclama atención para que no caigan en el olvido y que esta se extienda también a sus familiares. En esa tarea están las instituciones públicas, así como las asociaciones especializadas en la atención a personas con discapacidad.

Principales necesidades de las personas mayores con discapacidad intelectual

Las necesidades de las personas mayores con discapacidad intelectual están bien definidas, pero no siempre se atienden de manera correcta. Hacerse mayor es, en su caso, un motivo importante de preocupación. En lugar de entenderse como una etapa de disfrute, al llegar a los 55 años se inicia un periodo de incógnitas, en el que los familiares y las propias personas con discapacidad no siempre encuentran respuesta. Las siguientes son las principales necesidades que requieren atención:

  • Protección para reducir las tasas de pobreza. Por su propia condición, las personas mayores con discapacidad se enfrentan a mayores tasas de pobreza, ya sea porque la falta de recursos agrava la condición de discapacidad, porque el hecho de padecerla exige un desembolso para atenderla o porque es imposible acceder a un empleo y, por lo tanto, obtener unos ingresos dignos.

  • Decidir sobre su propia vida. La discapacidad no ha de ser un impedimento para que las personas con discapacidad tomen decisiones ni una excusa para que otros las tomen por ellas. Es importante escuchar sus intereses e inquietudes para atenderlos, en lugar de actuar sin tenerlos en cuenta.

  • Apoyos individuales adecuados. Puesto que cada persona es diferente y con unas necesidades determinadas, no se puede prestar a todas la misma atención. La situación de crisis económica ha supuesto un freno a algunas ayudas y una merma de los ingresos de las asociaciones. Sin embargo, es esencial «prestar con normalidad los apoyos y servicios que estas personas precisan», recuerda FEAPS Madrid.

  • Evitar el desarraigo. Es habitual considerar que las personas mayores con discapacidad intelectual carecen de las condiciones requeridas para vivir en su hogar, en especial, cuando han de vivir solas. No obstante, no se debe caer en el «traslado forzoso a instituciones fuera del ámbito en el que han desarrollado su vida», insiste FEAPS Madrid. Se deben respetar al máximo su voluntad y la posibilidad de permanecer en el mismo lugar donde han desarrollado su trayectoria vital.

  • Atender las señales de envejecimiento prematuro. El envejecimiento prematuro entre las personas con discapacidad intelectual es frecuente e implica acortar su esperanza de vida una media de diez años. Acceder a programas de prevención de la salud ayuda a evitar esta aceleración y a controlarla cuando ocurre.

Doble vulnerabilidad

Ser mayores y tener una discapacidad. Son las dos barreras que envuelven a las personas mayores con discapacidad intelectual. Las consecuencias de ambas suponen una dificultad para alcanzar un envejecimiento saludable que, en ocasiones, implica incluso la falta de dignidad. De ahí la necesidad de protección.

Ser mayor y tener una discapacidad supone una dificultad para alcanzar un envejecimiento saludable

En la publicación ‘Discapacidad intelectual y envejecimiento: Un problema social del siglo XXI‘, FEAPS recuerda que el proceso de envejecimiento está «enormemente condicionado» por las situaciones vividas con anterioridad, en cuanto a «atención temprana, adecuada atención sanitaria o proceso de institucionalización», entre otras.

En esta línea, asegura que si bien entre la población general se han definido los servicios sociosanitarios que atienden a las personas en proceso de envejecimiento, no ocurre lo mismo para las personas con discapacidad intelectual que envejecen, algo que sucede cuando tienen entre 45 y 50 años, frente a la población general, que envejece entre los 65 y 70 años.

Dónde solicitar ayuda

Las personas mayores con discapacidad pueden solicitar ayuda en las instituciones públicas, así como en asociaciones especializadas en la atención a personas con discapacidad.

  • La Guía de prestaciones del Imserso (edición 2012) recopila las pensiones o prestaciones económicas que las personas mayores de 65 años, con discapacidad y en situación de dependencia pueden solicitar en el ámbito estatal, así como en cada comunidad autónoma. Se incluye información tan dispar como dónde solicitar orientación jurídica, ayudas para adaptar la vivienda o servicios de residencias asistidas.
  • FEAPS (Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual) presta apoyo a las personas mayores con discapacidad ante el envejecimiento prematuro de estas y los problemas de salud “como resultado de una posible falta de calidad de vida”. Acompaña a las personas mayores con “actuaciones específicas y adaptadas” e interviene con acciones “de forma integral, preventiva e individualizada”.
  • AFANIAS atiende también a personas con discapacidad intelectual en todas las etapas de su vida. Para ello, realiza un seguimiento continuo en sus centros y desarrolla otros servicios para atender de manera directa a las personas y a sus familias.
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