El feng shui es una antigua disciplina china que busca favorecer la armonía y la buena circulación de energía en el hogar. Aunque en principio puede parecer que tiene poca relación con las tradiciones occidentales de Navidad y Año Nuevo, en realidad los objetivos son los mismos. Este artículo explica cómo lograr un feng shui navideño que aúne tradiciones de Oriente y Occidente, la importancia que esta disciplina oriental otorga a las puertas y los elementos naturales y de qué manera se puede aplicar también a la mesa de Navidad.
Feng shui navideño: tradiciones de Oriente y Occidente
Cada vez más personas en países occidentales como España prestan atención a las enseñanzas del feng shui, la antigua tradición china que afirma que la disposición de los muebles, los colores y otros factores ejercen influencia sobre la vida cotidiana. Como las fiestas de fin de año son una época en las que la decoración del hogar experimenta muchos cambios, resulta interesante observar de qué manera se pueden conjugar ambas costumbres: la Navidad occidental y el feng shui oriental.
Las Navidades pueden ser un buen momento para desprenderse de objetos asociados con sensaciones de tristeza
El feng shui se basa en la idea de lograr una buena circulación del chi o flujo vital de energía. Para ello, dos de los elementos principales son el vacío y el orden. Por lo general, las Navidades son un momento en que la casa tiende a llenarse de cosas que no suelen estar allí, objetos que quedan por cualquier parte, muchas veces obstaculizan los pasos, generan una cierta contaminación visual… El feng shui recomienda tener cuidado para que eso no ocurra. Pero, en realidad, no hace falta seguir sus creencias para sentirse mejor en un sitio equilibrado que en uno donde reina el desorden.
Por otra parte, también entra en consideración el valor simbólico de las cosas. A menudo, una casa guarda objetos o muebles que tienen, para ciertas personas, connotaciones negativas, como malas ondas o energías nocivas. Pero, en realidad, lo que sucede la mayoría de las veces es que generan recuerdos o ideas relacionadas con hechos o momentos tristes. Con el tiempo, esa vinculación se olvida y lo que queda es solo la sensación de tristeza asociada al objeto. En estos casos, lo bueno es -siempre que sea posible- desprenderse de él. Y estas fechas pueden ser un aliciente. Como dice el refrán: «Año nueva, vida nueva».
Puertas y elementos naturales
También es importante tener las puertas y accesos despejados y en buenas condiciones. Desde el feng shui se afirma que es para que el chi circule con mayor facilidad, pero, al igual que al hablar del orden en los espacios, se puede apreciar esto sin necesidad de creer en esta disciplina oriental. Si la entrada a un sitio es agradable a la vista, está decorada con buen gusto, no hace ruidos extraños, deja pasar con comodidad y no obliga a ningún movimiento ni gesto extraño, etc., predispone de manera agradable a quien la atraviesa. Si alguno de esos elementos falla, genera una tendencia hacia lo contrario.
En el vestíbulo de la casa puede haber una bandeja con turrones y dulces que dé la bienvenida a las visitas
Por eso, los especialistas en feng shui aconsejan adornar las puertas de las casas. Para ello, existen muy bonitos adornos navideños. Además, en el vestíbulo de la casa puede haber una bandeja con turrones, frutos secos, dulces y otros alimentos, que también den la bienvenida a las visitas y contribuyan con el ambiente positivo. Esto puede ser muy recomendable para familias que han sufrido algún enfado o mal rato en alguna ocasión similar anterior. Si alguien llega a la casa con ciertas reticencias, un buen recibimiento ayuda a aliviar tensiones.
Otro de los factores a los que hace referencia el feng shui es la conveniencia de que los materiales y objetos de la casa estén fabricados con productos naturales. Esta tradición china propicia la presencia en el hogar de los cinco elementos de la naturaleza: agua, tierra, fuego, metal y madera. Para ello, se puede optar por un árbol de Navidad natural -o bien sus adornos-, así como la presencia de plantas (las típicas de estas fechas son el acebo, el muérdago y la flor de Pascua). También velas, acuarios o peceras y muebles de madera colaboran para dar un aspecto natural a la decoración.
La mesa es uno de los espacios más importantes cuando se piensa en la Navidad, ya que es allí donde -entre comidas, cenas y sobremesas- se pasan muchas de las horas más importantes de las celebraciones. También su decoración es significativa, por lo que se pueden tomar elementos del feng shui para acondicionarla.
Los colores son importantes para esta disciplina oriental. El rojo, el dorado y el verde representan la buena fortuna y la abundancia y, casualidad o no, son los más comunes también en la típica decoración navideña occidental. De modo que no viene mal continuar con las hojas, bolas y lazos de esos colores para los centros de mesa.
Con respecto a los alimentos, hay quien afirma que la costumbre de preparar muchos alimentos proviene de antiguas creencias que indicaban que empezar el año con mucha comida auguraba prosperidad. Otros dicen, en cambio, que es por el mero placer de comer. En cualquier caso, y más allá de la cantidad de la que se disponga, conviene mezclar ingredientes para que los alimentos sean lo más variados posibles: platos salados y dulces, calientes y fríos, mediterráneos y exóticos. Todo preparado y adornado para crear una atmósfera especial, pasar unas fiestas felices y comenzar con las mejores energías y expectativas el nuevo año.