Guardar los zapatos dentro del armario es una posibilidad que permite aprovechar un espacio que a menudo queda desperdiciado. Este recurso, muy valioso para casas pequeñas, genera un riesgo: que los malos olores se impregnen en el propio calzado y en la ropa. Este artículo proporciona distintas alternativas para guardar los zapatos en el armario, tales como dejarlos en sus cajas o emplear pequeñas hormas y muebles colgantes de tela, y varios consejos para reducir los malos olores dentro de ese mueble.
Zapatos en el armario, distintas alternativas
Guardar los zapatos dentro del armario es una opción cómoda y práctica, porque permite tenerlos siempre a mano y, al mismo tiempo, aprovechar espacios que se adaptan justo al tamaño del calzado y a menudo quedan desperdiciados.
La opción más sencilla para guardar zapatos dentro del armario es por medio de la instalación de estantes
Existen diferentes alternativas para guardar zapatos y zapatillas en el interior de los muebles. La más sencilla consiste en colocar estantes, cuya superficie puede estar horizontal o con una cierta inclinación, para que sea más fácil ver el calzado. En este caso, deben contar con un borde que sobresalga para que funcione como tope y asegure que los zapatos no resbalen y caigan.
Otra posibilidad es guardarlos en sus propias cajas. Esto tiene algunas ventajas: garantiza que el tamaño de la caja se adecue al del calzado que se almacena, permite formar pilas para aprovechar mejor ciertos espacios, facilita la identificación de cada zapato porque incluye fotos en su parte exterior o bien permite colocar etiquetas fabricadas a mano… Si se dispone de tiempo y ganas, se pueden diseñar rótulos muy bonitos, con dibujos o incluso fotos de lo metido en cada caja.
Como punto negativo se debe señalar que apilar demasiadas cajas puede hacer difícil la tarea de retirar los zapatos cuando se quieran usar y volver a guardarlos más tarde. Esto dependerá, en general, del espacio disponible.
Hormas y muebles de tela
Las pequeñas hormas colocadas de forma vertical en la parte inferior de los armarios constituyen otra alternativa. Estas estructuras permiten aprovechar muy bien las dimensiones del mueble, y su gran ventaja es que -como quedan sostenidos por la parte interna- las suelas de los zapatos quedan suspendidas en el aire y ensucian menos.
Los muebles de tela permiten aprovechar espacios verticales de forma económica
En relación con la higiene, el caso opuesto al de las pequeñas hormas es el de los muebles de tela, que son muy propensos a ensuciarse con el polvillo arrastrado por el calzado desde la calle. Más allá de eso, son una buena posibilidad para aprovechar espacios verticales de forma económica, sin instalar estantes ni estructuras, y muy práctica, ya que se pueden retirar y poner en cualquier momento.
El principal inconveniente de guardar los zapatos dentro del armario es la acumulación de malos olores. En general, los muebles preparados de forma específica para ello incluyen diversas formas de ventilación, pero no es el caso de los armarios. Este es el motivo por el cual hay muchas personas que creen que meter los zapatos en estos muebles no es una opción conveniente.
Para quienes sí deciden guardar los zapatos en el armario -por razones de espacio, económicas o de cualquier otra índole- existen consejos para reducir o evitar los aromas desagradables.
Después de usarlos, no guardar directamente los zapatos en el armario, sino dejarlos fuera durante un rato para que se aireen; si es posible, en un lugar bien ventilado y donde no dé el sol.
Aplicar desodorantes específicos en polvo o aerosol, o bien perfumar el espacio cerrado en que se guarden con hojas de lavanda u otras plantas aromáticas.
Evitar la acumulación excesiva de zapatos en un mismo lugar cerrado, y mucho más si están guardados en cajas. Los que quedaran más abajo y tapados por los demás tendrían mucha menos ventilación y es probable que se impregnaran de aromas indeseables.
Si se meten en cajas, hacer en ellas al menos un par de orificios, para facilitar la aireación en su interior.
Hay zapatos más propensos a la acumulación de olor. En estos casos puede ser beneficioso quitar la plantilla y dejarla, aunque sea en el mismo sitio, aparte.
Si es calzado que se usa con poca frecuencia o cuando al final de una temporada se guarda para la siguiente, se aconseja colocar papeles de periódico en su interior, ya que ayudan a mantener la forma de la pieza y absorben la humedad y los olores extraños.
Limpiar de manera periódica el lugar donde se guarden los zapatos, aunque no se vea suciedad a simple vista. Si son muebles colgantes de tela, lavarlos con frecuencia.