El sector de la energía eólica ha sido noticia en los últimos meses. El motivo no ha sido su contribución al desarrollo de las renovables, sino los despidos masivos de sus empleados. Y durante este año, la situación podría empeorar, según varios de sus responsables. Este artículo explica por qué 2013 será un año difícil para la energía eólica e indica los principales datos de este sector en España y las previsiones sobre su futuro.
2013, un año difícil para la energía eólica
El fabricante español de aerogeneradores Gamesa, uno de los líderes a nivel internacional, anunciaba el año pasado la reducción de su plantilla en 1.800 personas (un 20,2% del total) entre octubre de 2012 y el primer trimestre de 2013. En Reino Unido, otro de los líderes mundiales de aerogeneradores, Vesta, informaba de que su plantilla pasaría de los 23.000 trabajadores de 2012 a 16.000 a finales de 2013. En total, las compañías europeas han comunicado la eliminación de más de 10.000 empleos.
«En 2013 nadie sabe dónde, cuándo o cómo se podrá instalar energía eólica en España», según una experta del sectorEn España, Sonia Franco, directora de comunicación de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), recuerda que en los últimos 20 años se ha creado alrededor de esta energía una industria «que crea valor en toda la cadena de suministro, desde los grandes fabricantes a las pequeñas empresas de componentes. Se generaron más de 40.000 puestos de trabajo, pero a partir de 2009 esta tendencia se truncó». Según los datos de la AEE, el sector eólico contaba en 2011 con más de 27.000 empleos.
Varias razones explican esta situación. La crisis económica ha ralentizado la producción empresarial, y la eólica no ha sido ajena. La irrupción en el sector de economías emergentes, en especial China, con precios más bajos, ha supuesto una nueva y dura competencia. Ángeles Santamaría, directora de prospectiva y mercados de Iberdrola Renovables, explica que «la demanda ha caído sobre todo en los mercados más maduros (Europa y Estados Unidos), que instalaron antes y tuvieron un mayor crecimiento, pero también han notado más la crisis económica y financiera».
En opinión de Sonia Franco, la razón fundamental es que el sector «afronta 2013 sumido en la incertidumbre por la moratoria para nuevas instalaciones impuesta en el Real Decreto 1/2013, que implica que los megavatios inscritos en el Registro de Preasignación para 2012 sean los últimos que se colocarán en España bajo el Real Decreto 661/2007. Una vez que entren en operación los pocos que quedan en 2013, nadie sabe dónde, cuándo o cómo se podrá instalar energía eólica en España».
Ángeles Santamaría recuerda que los fabricantes españoles han estado muy orientados al sector nacional y, por tanto, es de suponer que sufran una disminución o incluso paralización de sus pedidos.
Energía eólica en España, principales datos
La experta de Iberdrola Renovables indica que la energía eólica es la tercera fuente de producción del mix eléctrico en España: hay en la actualidad unos 23 gigavatios (GW) de capacidad instalada. En cuanto a producción, en los últimos años ha supuesto entre un 16% y un 17% de la electricidad y ha alcanzado en algún momento un 64% de cobertura instantánea de la demanda. Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la AEE, señala que hay parques eólicos en más de 500 ayuntamientos de 45 provincias españolas.
La directora de comunicación de la AEE destaca que la eólica «sigue dando alegrías»: en enero fue la energía que más electricidad generó en España y cubrió el 25% de la demanda. Willstedt añade que desde 2005 hasta 2012 la eólica ha evitado la importación de 350 millones de barriles de petróleo. Según datos de la AEE, el sector eólico aportó en 2011 de forma directa e indirecta cerca de 2.600 millones de euros al PIB (un 0,24%). «Es el cuarto mercado del mundo», subraya Sonia Franco.
La energía eólica genera en Europa más beneficios económicos y un mayor impacto en los ingresos fiscales que otras tecnologías eléctricas, según un informe de la consultora Ernst & Young, a petición de las empresas Acciona y EDP Renováveis. Entre sus conclusiones, el estudio destaca que por cada millón de euros invertidos en la eólica se crean 21 puestos de trabajo. En España, las primas recibidas por el sector en 2010 fueron menores que los ahorros en los precios de la electricidad.
Previsiones sobre el futuro de la energía eólica
El Gobierno suspendía «de forma temporal» las primas a las nuevas instalaciones renovables y para ello aportaba dos razones principales: la crisis económica (incluido el descenso del consumo eléctrico) y la necesidad de contener el déficit de tarifa. Sin embargo, según Ángeles Santamaría, el desarrollo del sector se ha gestionado «de forma razonable y ha sido referencia internacional por su eficiencia y efectividad». En opinión de Sonia Franco, se ha realizado «siempre de acuerdo a los objetivos marcados por el Gobierno».
A pesar de la mala situación a corto plazo, el mercado español tiene margen de crecimiento «porque hay recurso y las máquinas producen cada vez más en emplazamientos menos favorables», sostiene Santamaría. Las dos expertas consultadas consideran que cuando la crisis económica acabe, la necesidad de electricidad aumentará de nuevo y en este contexto, la eólica será una de las protagonistas. Además, recuerdan el compromiso de España con la Unión Europea de cubrir en 2020 el 20% de sus necesidades energéticas con renovables y afirman que la eólica será la principal tecnología en contribuir a ello.
Ahora bien, no todas las tecnologías eólicas tienen el mismo nivel de desarrollo. Ángeles Santamaría explica que la eólica terrestre es la más avanzada, pero no hay que olvidar el potencial «enorme» de la eólica marina, mientras que la mini-eólica se orienta al autoconsumo. Heikki Willstedt prevé además que la eólica ayudará a la implantación de los vehículos eléctricos.
La directora de prospectiva y mercados de Iberdrola Renovables considera claves la sostenibilidad económica de la tecnología y la internacionalización de las empresas. En potencia eólica instalada, Iberdrola es la primera en España y la segunda en EE.UU., además de contar con parques en otros países de Europa y América. La directora de comunicación de la AEE cree que el desarrollo de las compañías dependerá de la regulación del Gobierno y la premura en que lo haga, en un momento en que otros países compiten por atraer inversión, «y la paciencia de las empresas no es eterna».