El etiquetado en braille es fundamental para las personas con discapacidad visual. Les permite acceder a información precisa sobre el producto que adquieren. Gracias a él, conocen sus características, sin necesidad de pedir a otra persona que les ayude en el momento de la compra o su consumo. Es una puerta a la accesibilidad y la autonomía. Sin embargo, la lista de productos que cuentan con él, si bien se amplía de forma progresiva, todavía es escasa. En este artículo se destacan los productos de consumo con etiquetado en braille, las particularidades del mismo y la seguridad que supone contar con él.
Abrir la nevera, coger un tetra brik, verter el contenido en un vaso y probarlo. A menudo, para una persona ciega, este es el único modo de saber si ha acertado al querer tomar un vaso de leche o si se ha equivocado y, en su lugar, ha cogido el zumo de naranja. El hecho de que los productos carezcan de etiquetado en braille es una dificultad que obliga a probarlos o a contar con la ayuda de una persona para ingerir los alimentos que se quieren en cada momento. ¿Pero qué ocurre cuando se carece de esta ayuda? ¿Cómo se afronta la compra cuando no se puede abrir y catar el producto?
Productos de consumo con etiquetado en braille
La lista de referencias con etiquetado en braille se incrementa, pero es todavía escasa, en comparación con la amplia gama de productos del mercado. Ya sea por falta de sensibilización o por las dificultades técnicas para incluir el etiquetado en braille, las personas con discapacidad visual tienen problemas para realizar con autonomía ciertas tareas cotidianas de su vida debido a esta carencia.
La ONCE incluye en su página web un catálogo de productos de consumo con etiquetado en braille. Estos se dividen en productos alimentarios, de droguería y perfumería. Los últimos en sumarse a la lista pertenecen a la gama de lácteos, que incluyen etiquetado en braille en más de 30 referencias.
Alimentos. Bebidas, café e infusiones, congelados, conservas, dulces y pasteles, frutas y verduras, frutos secos y variantes, lácteos y huevos, legumbres, pastas, arroces y platos precocinados. Estos son los productos que disponen de etiquetado en braille. La lista abarca un abanico importante, pero las marcas que se han comprometido con este objetivo son todavía pocas.
Productos de droguería y perfumería. Cuidado personal, limpieza del hogar, perfumería y cosmética y productos infantiles son las líneas etiquetadas con braille.
Características del etiquetado en braille
Las etiquetas en braille recogen los datos de un producto que una persona ciega necesita saber para comprarlo o consumirlo. Basta vendarse los ojos e intentar consumir un producto concreto para darse cuenta de la dificultad que entraña carecer en los envases de distintivos que permitan saber cuál se tiene entre manos.
El braille es un alfabeto táctil que, en el etiquetado, recoge los datos básicos para que las personas ciegas distingan un producto
El etiquetado en braille es una manera de eliminar barreras, considera el delegado territorial de ONCE Euskadi, Basilio San Gabriel. «En especial -explica-, para las personas ciegas que viven solas. Supone acceder a la información y el consumo de una manera autónoma».
El braille representa letras, signos de puntuación, números, símbolos matemáticos, notas musicales… Todo lo que cualquier persona usuaria de braille necesita para comunicarse. Es un alfabeto táctil de gran valor porque supone mucho más que comunicación. Es autonomía e independencia para las personas que lo utilizan. Por este motivo, incluirlo en los productos habituales de consumo supone un avance importante en materia de accesibilidad, pero también de seguridad.
Consumir con seguridad
El hecho de informar en braille de las características de un producto solo implica ventajas para las personas con discapacidad visual, pero sobre todo, supone seguridad. En la actualidad, es obligatorio incluir el braille en el etiquetado de los medicamentos y en los productos de carácter químico, un hito que permitió retirar del mercado los productos que no cumplían con estas normas de seguridad e, incluso, evita ahora que se pongan a la venta.
Es obligatorio incluir el braille en el etiquetado de los medicamentos y en los productos de carácter químico
Pero la ONCE pide más avances para atender las necesidades de los cerca de 10.000 afiliados que son usuarios del sistema braille. A través de la Comisión Braille Española (CBE), que fija sus normas de uso y desarrollo, asesora a las empresas en el etiquetado en braille de productos de consumo. De este modo se ayuda a que las marcas se sumen a esta iniciativa, en un escenario en el que la organización aboga por la igualdad de derechos de los consumidores.
En cuanto a los envases de medicamentos, la Norma Europea sobre Braille asesora a las empresas farmacéuticas y de envases para que cumplan los criterios adecuados respecto a «la altura del punto y el resto de parámetros, la información que deben contener los envases y cómo debe colocarse en ellos el braille para que sea legible por las personas con discapacidad visual».