El aprendizaje en movilidad o “mobile learning” aboga por el uso de este dispositivo en el aula como una herramienta más para la formación de los estudiantes. El objetivo es utilizarlo para acceder a material escrito o audiovisual, así como recursos de realidad aumentada, entre otros. Sin embargo, en nuestro país todavía no es una opción mayoritaria. El temor del profesorado o el desconocimiento es uno de los principales inconvenientes a su integración en el aula. A continuación se destaca en qué consiste el “mobile learning” a través de smartphones y tabletas, las claves del aprendizaje en movilidad y las ventajas y obstáculos a este nuevo instrumento para la formación.
El uso del teléfono móvil en el aula no siempre está prohibido. Algunos profesores han comenzado a utilizarlo y la propia Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha apostado por este dispositivo para la formación de empresarios y profesionales sobre materias muy concretas. A través de CEOE Formación, ha creado una plataforma de formación móvil o «mobile learning» que sirva a quienes necesitan adquirir formación concreta sobre idiomas o gestión, pero disponen de poco tiempo. Y es que lejos de fomentar el ocio con este dispositivo, se impulsan sus posibilidades para la formación. No se sustituye a la formación presencial, sino que se complementa y se refuerza.
«Mobile learning» en smartphones y en tabletas
En 2009, la Escuela de Organización Industrial (EOI) fue pionera en España en el impulso a la formación móvil. Su artífice fue Tíscar Lara, entonces vicedecana de Cultura Digital de la EOI y que apostó por el sistema Android para este proyecto. La iniciativa de la EOI pretende que se aprenda «más allá del aula» y no solo que se cree información nueva, sino que además se comparta.
El uso del teléfono móvil facilita el acceso a contenidos digitales y la posibilidad de compartirlos
Esta formación se contempla tanto en smartphones como en tabletas. El proyecto de la EOI aprovecha ambos dispositivos, junto con el software libre, y se asienta en cinco claves: sistemas de código abierto en las plataformas (Android), contenidos digitales en abierto, fomento de la relación entre alumnos y profesores en las principales redes sociales, trabajo colaborativo en red e innovación abierta a las comunidades de interés (foros digitales y físicos). Por todo ello la iniciativa ha sido reconocida, junto con otras desarrolladas en universidades de Reino Unido.
El «mobile learning» fomenta «la creatividad, el trabajo en equipo, el aprendizaje permanente y la colaboración abierta», señala Lara. Se permite a los alumnos el uso de un móvil 3G con sistema Android «para aprovechar su potencial como herramienta de aprendizaje y de comunicación en red». «De esta forma, tanto profesores como alumnos comparten recursos educativos y se comunican entre sí en todo momento y desde cualquier lugar», explica.
Los estudiantes de Formación Profesional a distancia de Murcia también se beneficiarán a partir del próximo curso de las ventajas del aprendizaje a través del móvil. La Consejería de Educación ha realizado las adaptaciones necesarias para facilitar esta posibilidad. La propuesta permitirá acceder a los contenidos desde un teléfono móvil, una tableta o un netbook. Una de las principales diferencias de esta formación es el añadido que aporta, entre la formación a distancia y presencial o cara a cara (face-to-face).
Las claves del aprendizaje en movilidad
El Observatorio SCOPEO de la Formación en Red ha editado un monográfico sobre «mobile learning» (M-learning en España, Portugal y América Latina), coordinado por Mar Camacho y Tíscar Lara. En él se destacan, como algunas de las claves que favorecen el mobile learning, el uso cada vez mayor del teléfono móvil, sus mejoras en cobertura y usabilidad, así como la generalización de Internet.
A esto se une que, en la actualidad, los estudiantes están familiarizados con el empleo de estos dispositivos y, sobre todo, de sus pantallas. Su acceso es sencillo y rápido, tanto desde el aula como «en medio de un viaje», desde zonas rurales o desde la ciudad y en cualquier momento, ya sea durante la comida o en los trayectos en transporte público.
El teléfono es útil para impartir módulos de corta duración, complementar lo aprendido con presentaciones audiovisuales o aprovechar las particularidades de otras tendencias, como las siguientes:
Realidad aumentada, para aprendizajes visuales y muy interactivos, que junto con sistemas de geolocalización mejora experiencias como la visita a un museo y el aprendizaje en 3D.
Códigos QR, como medio para que los estudiantes accedan a más información fuera del aula.
Videojuegos con contenido educativo, que conforman el denominado «game Learning» o g-learning. Se persigue el «aprender practicando» y adquirir de este modo ciertas competencias digitales.
Ventajas y obstáculos al «mobile learning»
El empleo del móvil en las aulas, al menos en determinados niveles educativos, provoca todavía hoy reticencias por parte del profesorado. Tíscar Lara, sin embargo, destaca sus principales ventajas:
Accesibilidad a la información y la comunicación desde cualquier lugar, siempre que se cuente con conexión. Lara insiste en que el teléfono móvil «permite estar conectado en cualquier momento y en cualquier lugar, tanto con los profesores, como con los contenidos, los compañeros y la red en general». Es lo que se conoce como aprendizaje ubicuo o «ubiquitous learning» (u-learning): donde y cuando se requiera.
Fácil portabilidad.
Capacidades específicas como la geolocalización, la producción multimedia y la realidad aumentada, que facilitan prácticas educativas, «en diversos tiempos y espacios», que favorecen un aprendizaje mucho más enriquecedor.
Respecto a los obstáculos:
La «actitud temerosa por parte de ciertos profesores e instituciones educativas» es uno de los principales inconvenientes para la integración del «mobile learning», señala Tíscar Lara. «No es una cuestión tecnológica», agrega, ya que los dispositivos móviles son comunes y un «elemento imprescindible en la vida diaria» de muchas personas.
La conexión de los alumnos se ve como «una amenaza de pérdida de control, en lugar de una oportunidad para intensificar la experiencia de aprendizaje a través de los medios digitales».
En este contexto, Tíscar Lara aboga por una formación adecuada del profesorado, para que conozca el potencial que a su juicio encierra el «mobile learning» y apoye la «integración efectiva en sus prácticas educativas».