Contratamos el acceso a Internet de 10 “megas” (megabits por segundo) con un operador solvente. Viene el técnico, instala el acceso y el router para conectarnos. Pero comprobamos que, en lugar de esos diez megas, recibimos en realidad entre seis y ocho, y rara vez se alcanza el teórico prometido. Cambiamos de operador y sucede lo mismo. ¿Por qué no podemos tener todo el ADSL que se nos promete? ¿A qué se debe esta diferencia entre la velocidad real y la teórica de acceso a la Red desde nuestra casa?
Antes de ver los factores técnicos y físicos que condicionan la velocidad con la que la información digital llega al ordenador (hablamos de acceso por cable o conexión Ethernet pero no de wifi, que tiene una gran inestabilidad por pérdida de señal), es necesario puntualizar que los operadores no engañan al ofrecer una conexión determinada, ya que incluyen la preposición «hasta» para especificar los «megas» que se tendrán.
Los operadores incluyen la preposición «hasta» para especificar los «megas» que se tendrán
Al principio, esta especificación no se incluía y muchos usuarios confundían las velocidades teórica y real. Pero a raíz de las protestas de los clientes, las operadoras se ven obligadas desde hace años por ley a la inclusión de este matiz, si no quieren cometer una falta de publicidad engañosa. Así pues, se admite de forma explícita que nunca se puede ofrecer la velocidad de acceso que en teoría podría proporcionar una instalación de red. ¿Por qué?
Causas variables
No hay una sola causa que merme la eficiencia de una línea de acceso (la diferencia entre la velocidad real y la teórica), sino que esta depende de factores de diversa índole.
En el plano informático, hay que tener en cuenta que son diferentes una red de Internet en bruto y la misma organizada con su protocolo TCP/IP y otros adicionales que se puedan usar, como la Voz sobre IP, que divide la información en paquetes muy pequeños.
En ADSL nunca se alcanzará la velocidad teórica que el operador indica como máxima
Los protocolos de circulación, junto a los de acceso (que definen a cada router y le dan capacidad para «comprender lo que circula» y enviarlo a su destino), suponen una disminución de entre el 11% y el 20% de la eficiencia, que puede aumentar hasta un 30% cuando se está utilizando algún programa para hablar por Internet, como Skype o similares. Aunque esta última merma es puntual, la primera es permanente e inherente al sistema, por lo que nunca se alcanzará la velocidad teórica que el operador indica como máxima.
A ello hay que añadir otras causas de índole físico, relacionadas con la pérdida de energía propia de los electrones en el cable de cobre. La circulación por el par de cobre (así se conoce al cable telefónico) es muy ineficiente y pierde fuerza a medida que la información ‘avanza’ por el tendido.
La lotería del nodo
Cuanto más cerca se esté de un nodo de telecomunicaciones, mayor eficiencia se tendrá en el acceso
La potencia inicial se mide como la que muestra la información al salir del nodo. Los nodos son nidos de enrutadores que potencian la señal de red y se encuentran escondidos en las ciudades y las zonas habitadas; la Red, como una tela de araña, es una inmensa asociación de pequeños nodos que se organizan de modo jerárquico.
Así, el nodo más pequeño es el que da servicio de acceso al usuario final, y puede estar a 100 metros de su casa o a varios kilómetros. Es una lotería. Cuanto más cerca se esté de un nodo de telecomunicaciones, mayor eficiencia se tendrá en el acceso y menor será la diferencia entre la velocidad real y la teórica, contando siempre con ese mínimo de entre el 10 y el 20% que absorben los protocolos.
En realidad, el desfase nunca se queda en el 10% y, en las condiciones más óptimas, puede llegar al 20% si se está cerca del nodo. Aunque las tecnologías de acceso cada vez van más enfocadas a la mejora de la eficiencia, la velocidad siempre es inestable y tiene altos y bajos, de modo que a veces se puede estar muy cerca de la velocidad teórica y otras veces muy lejos.
Mínimos legales
Por ley se obliga a los proveedores de acceso a garantizar como mínimo el 80% de la velocidad teórica prometida
Por ley se obliga a los proveedores de acceso a garantizar como mínimo el 80% de la velocidad teórica prometida, pero un estudio de la página ADSLzone sobre el acceso en 2012, mediante su servicio para medir la velocidad real en los ordenadores, demuestra que la media de provisión está sobre el 52% y, en algunos casos, es incluso inferior. Es decir, la mayoría de los proveedores de acceso no cumplen la ley. Sin embargo, el informe destaca que la eficiencia aumenta año a año.
La fibra, 100% de eficiencia… casi siempre
En teoría, si la conexión es de fibra óptica, ya sea en la modalidad de cable (ONO, Jazztel) o en fibra hasta el hogar (Movistar), la eficiencia del acceso aumenta mucho, hasta casi dar el mismo resultado teórico y real y, a veces, más de real que de teórico.
En cambio, esto algunas veces no es así, o al menos, el usuario no nota ese aumento de ancho en su ordenador. ¿Qué pasa? Pueden ser varias las causas.
En fibra no hay pérdida de eficiencia por factores físicos, pero las condiciones dependerán mucho de lo preparado que se esté para recibir anchos de casi 100 «megas». Algunos equipos antiguos no tienen tarjetas de red capacitadas para velocidades tan grandes, o bien el router no cuenta con un adaptador para grandes velocidades.