La propia naturaleza ofrece una de las principales herramientas decorativas para el jardín: las piedras y rocas. Sirven para establecer distintos niveles y áreas, delimitar caminos e, incluso, cuando están cerca de fuentes o cursos de agua, para ocultar tubos y otras partes del sistema de fontanería. Este artículo define qué son las rocallas y qué otras variedades de jardines con piedras existen y explica el uso de piedras en los senderos y junto a fuentes y cursos de agua, además de las posibilidades de piedras artificiales luminosas y de simples rocas naturales.
Las piedras brindan distintas posibilidades en el jardín. Constituyen piezas decorativas en sí mismas y, además, resultan útiles para delimitar senderos y caminos, reducir la erosión del suelo y conservar la humedad. Ofrecen, además, una amplia gama estética según su tamaño, color, forma y otras características. Existen incluso piedras artificiales, que evitan la tarea de tener que buscar en la naturaleza el tipo de piedras deseadas.
Rocallas y otras variedades de jardines con piedras
El tipo de jardín con las piedras como protagonistas se llama rocalla. Sus plantas son resistentes a la sequía (crecen en terrenos pobres y secos) y la decoración es de estilo rústico, con piedras (naturales o artificiales), grava y conchas.
Además de decorar, las piedras sirven para delimitar caminos, reducir la erosión del suelo y conservar su humedad
En los casos más trabajados, la rocalla tiene desniveles con una pendiente no muy pronunciada. Este tipo de jardín se encuentra sobre todo en jardines botánicos y parques especializados. En el hogar, si se tiene el presupuesto suficiente, es posible crear ambientes que se asemejen.
Una variante consiste en dejar de lado los desniveles y las pendientes, y utilizar las piedras y rocas para rodear determinadas plantas. Se pueden lograr diseños muy bonitos y destacar la presencia de ejemplares especiales, ya sea por su género, aspecto, tamaño u otras características.
Las piedras en los senderos y junto a fuentes y cursos de agua
Los jardines amplios permiten la posibilidad de crear senderos y caminos para recorrerlos. Son un recurso decorativo que «invita» a andar entre las plantas y vivir de otra manera la experiencia de visitar el jardín. Además, protegen mejor el césped, que no será necesario pisar.
Las grava se comercializa en varios colores, lo cual permite crear motivos o dibujos personalizados en el suelo
Estos senderos y caminos se pueden realizar de distintos materiales, pero una de las opciones más prácticas es hacerlos de grava, gravilla o cantos rodados pequeños. En el mercado se vende grava de distintos colores, lo cual posibilita que el encargado de la decoración pueda elegir el que más le guste y personalizar ese espacio. Con dos o más colores, se pueden formar dibujos o motivos que adornen el sendero. También se comercializan unas mallas contenedoras que se instalan en el suelo, quedan ocultas a la vista e impiden que, debido a las pisadas, las piedras se desparramen o se mezclen.
Otro sitio donde las piedras generan un efecto muy atractivo es junto a las fuentes, estanques y cursos de agua. Además, en muchos casos, las propias piedras, además de decorar, sirven para ocultar las tuberías y otras partes del mecanismo de fontanería. Por otra parte, en los días claros, el brillo de la luz del sol sobre el agua y su reflejo sobre las piedras hacen que se vean muy bonitas. Y por supuesto, también quedan muy bien las piedras sumergidas bajo la superficie. De hecho, existen productos para tratarlas y darles un acabado brillante de efecto mojado.
Una decoración original para el jardín es la que brindan las piedras luminosas. Son piedras artificiales, pintadas con un revestimiento acrílico que absorbe la luz solar que recibe durante el día y brilla en la oscuridad durante la noche. La pintura acrílica es resistente al desgaste producido por el agua y el aire.
Pero si lo que se busca al decorar el jardín no tiene nada que ver con “efectos especiales” como los que proporcionan las piedras luminosas, lo aconsejable es recurrir al simple valor natural de las rocas. En este caso, queda en un segundo plano el hecho de que las piedras elegidas no tengan tanto brillo o combinaciones de colores, o que sus tamaños no sean uniformes. Lo importante radicará en que sean piedras naturales, que contribuirán a crear un ambiente de reposo y equilibrio. Y eso puede ser suficiente: otra forma de decoración.