El mar no es una despensa ilimitada y, por ello, la única pesca posible es la sostenible. En España, uno de los principales consumidores de pesca del mundo, pescadores, instituciones y ciudadanos tienen cada vez más clara esta afirmación. En los últimos años, diversos esfuerzos por aumentar la pesca sostenible y controlar la ilegal están dando sus frutos, aunque todavía queda un largo camino por recorrer. Este artículo ofrece los principales datos sobre el avance de la pesca sostenible en España e indica cuánto pescado sostenible le llega al consumidor, además de recordar que la ecoetiqueta MSC y la información son fundamentales para que el ciudadano adquiera productos de pesca sostenibles.
La pesca sostenible avanza en España
España es uno de los principales consumidores de pescado del mundo. Cada ciudadano consume de media anual 36,4 kilos, solo superados por Portugal en la Unión Europea (UE), según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).
Comer pescado es saludable, pero el mar no es una despensa ilimitada. Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un 30% de las pesquerías mundiales están «sobreexplotadas».
Un 30% de las pesquerías mundiales están «sobreexplotadas», según la FAOLa mayoría del sector, desde las grandes flotas a los pequeños pescadores artesanales, es consciente de que pescar de forma sostenible es la única vía para garantizar su presente y futuro, según diversos expertos en pesca. Laura Rodríguez, responsable del certificado de pesca sostenible MSC para España y Portugal, cree que la mentalidad del sector está cambiando. Raúl García, responsable de Pesca de WWF España, afirma que gran parte de la industria apuesta por la sostenibilidad, y algunos avanzan relativamente rápido: «Solo los más piratas y que no quieren quedarse en el sector no van por ahí».
Carlos Domínguez Díaz, secretario general de Pesca del MAGRAMA, asegura que la pesca española se realiza de forma sostenible o está inmersa en planes de recuperación que garantizan que sus poblaciones estarán en poco tiempo de forma «plenamente satisfactoria». Para ello, recuerda algunas de las principales medidas institucionales de los últimos años:
- Planes de recuperación europeos y planes de gestión para el caladero nacional: su objetivo es garantizar que los recursos no explotados de forma correcta lo hagan en poco tiempo.
- Protección de los recursos y del medio marino: a través de la creación de reservas marinas de interés pesquero o de áreas marinas protegidas. En este punto destaca el proyecto LIFE plus INDEMARES, para proponer diez nuevas áreas marinas protegidas. «El estudio debe terminar en 2013 y hará de nuestro país uno de los de mayor superficie marina protegida de la UE», apunta Domínguez.
En este sentido, cuando se hacen esfuerzos de conservación y recuperación, los resultados se notan. Raúl García señala que se detecta una mejora leve en los últimos años en la UE y países desarrollados: «El atún rojo es un buen ejemplo. Estuvo a punto de colapsar y se aprobó hace unos años un plan serio a largo plazo que empieza a dar frutos».
¿Al consumidor le llega pescado sostenible?
El interés de los ciudadanos por la pesca sostenible es cada vez mayor. «Los consumidores son cada vez más exigentes y los principales distribuidores han reaccionado bastante rápido», según el responsable de Pesca de WWF España. Esta ONG publicaba en fechas recientes su segunda guía para el consumo responsable de pescado y marisco, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. En ella se ofrece información detallada sobre casi cien especies disponibles en el mercado y clasificadas por colores si son recomendables (verde), con moderación (amarillo) o no recomendables (rojo).
Ahora bien, los expertos consultados no se ponen de acuerdo sobre los datos de pescado sostenible que llegan a la mesa de los consumidores españoles.
Según el secretario general de Pesca del MAGRAMA, hoy en día la práctica totalidad de los recursos pesqueros que captura la flota española o ya son sostenibles o se encuentran en un plan de recuperación que las llevará a niveles seguros en pocos años. Por lo que se refiere a los productos de importación, Domínguez asegura que la mayoría procede de fuentes sostenibles, «puesto que en la UE nos hemos dotado de una reglamentación muy estricta para controlar que no accede a nuestro mercado ni un solo kilo de pescado procedente de la pesca Ilegal, no regulada y no reglamentada. Es cierto que de vez en cuando se intenta colar alguna partida de pescado no capturado como debería, pero para eso está este sistema que nos permite rechazar o requisar esas partidas».
Raúl García explica que la flota española apenas cubre un 40% del consumo de pesca en España (el 60% es importado): «Si es difícil saber cuál de la producción nacional está bien o mal, aún más de la importada, aunque no quiere decir que lo que no sepamos esté mal».
Ecoetiqueta MSC y más información al consumidor, fundamentales
La ecoetiqueta MSC es un estándar internacional que permite a los consumidores reconocer los peces y mariscos atrapados de forma sostenible. Su responsable para España y Portugal, Laura Rodríguez, asegura que desde que abrieron sus oficinas en marzo de 2011 han notado un «interés creciente de todos los actores del sector».
Según los datos de Rodríguez, en la actualidad hay seis pesquerías españolas en el programa, que suponen unas 60.000 toneladas (menos del 1% de la producción pesquera española). Tres de ellas ya están certificadas: Pescafría-Pesquera Rodríguez de bacalao del Mar de Barents, que pesca unas 4.000 toneladas anuales; la Cofradía de Bueu para su pesquería de navajas de la Ría de Pontevedra, que coge unas 55 toneladas; y la Cooperativa Ría de Arosa (tres pesquerías de almejas y una de berberechos), que captura unas 20 toneladas. La responsable del sello MSC señala que «ahora mismo son más relevantes las ventas de las empresas españolas a otros países con la ecoetiqueta MSC, que se han duplicado en el último año, pero también empiezan a desarrollar producto con la ecoetiqueta para España».
En cuanto a los productos, hay aprobados unos 300 con el sello MSC para el mercado español, aunque no todos están disponibles en las tiendas. La cifra todavía es pequeña comparada con países vecinos como Francia, donde hay cerca de 1.100 a la venta, aunque Rodríguez espera que se pueda alcanzar esa cifra en los próximos años.
Por su parte, 50 compañías españolas pueden vender productos con la ecoetiqueta MSC, como Escuris, Consorcio, Campos, Skandia, Findus, Anchoas Lorea, Thenaissie Provote o Albo. La página web de MSC ofrece un buscador de productos (en inglés), en el que también se pueden ver las empresas certificadas en España.
Además de este tipo de ecoetiquetas, cualquier información que ayude a los consumidores a seleccionar productos pesqueros sostenibles es fundamental. El secretario general de Pesca del MAGRAMA aconseja a los consumidores que «aprendan a exigir productos de pesca debidamente etiquetados y que se informen del origen de los mismos».
En relación con el ecoetiquetado, Carlos Domínguez recuerda que «España defiende un marco comunitario que establezca sus exigencias mínimas para garantizar que no se cometan fraudes al consumidor al calificar los productos pesqueros como ‘ecológicos o sostenibles’. Por otra parte, solo sobre bases científicas objetivas y neutrales puede formularse un juicio sobre el carácter sostenible de una pesquería, juicio que no debería estar sometido nunca a tasas para su certificación».
Sin embargo, si prospera en la UE el denominado «informe Stevenson», la información sobre el origen de los pescados y mariscos en conserva no será obligatoria en el etiquetado.