La condensación revela la presencia de humedad. Techos y paredes delatan su aparición en forma de manchas, moho y, en los casos más extremos, gotas de agua. Por ello, en este tipo de locales es fundamental mantener unas normas de seguridad básicas siempre que alberguen material eléctrico.
En el caso de las canalizaciones prefabricadas, tienen que ser estancas para evitar filtraciones. También los terminales, empalmes y conexiones de éstas deben emplear sistemas o dispositivos con un grado de protección IPX1.
Cuando se trate de conductores y cables, deben cumplir los siguientes requisitos de acuerdo a su ubicación:
En el interior de tubos. La tensión asignada será de 450/750V, mientras que los tubos estarán empotrados o en superficie -con un grado de resistencia a la corrosión 3-. La instrucción ITC-BT-21 establece las condiciones en que deben instalarse cada uno de estos tubos.
En el interior de canales aislantes. Los cables se instalarán en superficie, mientras que las conexiones, empalmes y derivaciones se realizarán en el interior de cajas.
Armados con alambres galvanizados sin tubo protector. Los conductores tendrán una tensión asignada de 0,6/1 kV y discurrirán por el interior de huecos o en superficie, mediante dispositivos hidrófugos y aislantes.
En general, el grado de protección IPX1 se extiende a las cajas de conexión, los interruptores, las tomas de corriente y el resto del material utilizado, mientras que las cubiertas y las partes accesibles nunca deben ser metálicas. Es conveniente comprobar que el equipo instalado cumple estas condiciones.
Locales con polvo
El material eléctrico que se ubica en locales con una cantidad importante de polvo tiene un riesgo mayor de deterioro. Si no está convenientemente aislado, el polvo puede penetrar en su interior y estropearlo. Para evitarlo, las canalizaciones y los diferentes equipos deben tener un grado de protección mínimo IP5X, siempre que las características del local no exijan un grado más elevado.
En ocasiones, el local o emplazamiento en el que se localiza la instalación está expuesto a temperaturas elevadas. Cuando éstas superan los 40°C, hay que vigilar las condiciones del material eléctrico y de los equipos. Los cables, por ejemplo, deben estar aislados con materias plásticas o elastómeros, siempre que la temperatura ambiente no sobrepase los 50°C. Para temperaturas ambientes superiores, deben utilizarse cables con un aislamiento especial.
Por el contrario, en locales a muy baja temperatura (inferior a -20°C), como cámaras de congelación o frigoríficas, el aislamiento de los aparatos y los elementos de protección del material deben ser especiales para soportar estas condiciones.