Antes del verano hay que tomar algunas medidas contra la deshidratación que el sol provoca en las plantas, y contra los golpes de calor que se producen en días de viento seco y temperaturas altas. Es imprescindible regar a menudo, pero no es suficiente. Puedes utilizar una corteza de pino, de unos cinco centímetros de grosor, para acolchar la tierra al pie de las plantas más sensibles de tu jardín. Esta capa protectora mantendrá la tierra húmeda, y las raíces más frescas.