Los gatos no pueden hablar. Sin embargo, al igual que los perros, los felinos se comunican con su cuerpo. El gato utiliza las posturas corporales y gestos de su cara para expresarnos que está tranquilo y relajado, pero también para indicar que sufre estrés, que prefiere que se le deje tranquilo. E, incluso, que está atemorizado o a punto de sufrir un ataque de agresividad gatuna. A continuación se ofrece una sencilla (pero elocuente) guía felina para saber qué nos dice el gato con su cuerpo.
El gato comunica con su cuerpo: posturas felinas que hablan
Los gatos no hablan pero sí comunican con su cuerpo sus intenciones a otros felinos y humanos
Los gatos utilizan su cuerpo para comunicarse con otros felinos, pero también con las personas. Las posturas corporales que adopta el animal son muy elocuentes, y varían en función de lo que el peludo compañero quiere decir. Por ello, conocer qué dice el gato través de su cuerpo es el primer paso para intentar comprender a los -en ocasiones tachados de enigmáticos- felinos como merecen.
Los gatos se comunican a través de las posturas corporales que adoptan. Para ello, utilizan su cola, la posición de sus orejas, su espalda y hasta la ubicación de su cabeza. «Los felinos poseen un gran rango de posiciones del cuerpo y expresiones faciales, que usan para transmitir información a otros congéneres y humanos», explica la veterinaria Linda P. Case, autora de ‘El gato, su comportamiento, nutrición y salud‘ (Wiley-Blackwell, 2003).
Algunas de las posturas corporales que adopta el felino expresan sus ganas de trifulca -las menos- o, todo lo contrario: simbolizan su falta de interés por la pelea con otro gato. En otras ocasiones, el felino refleja su deseo de recibir caricias y cariños por parte de sus amos u otros congéneres. Pero también el temor, el miedo por la cercanía de una posible amenaza.
Entonces, ¿cómo interpretar de forma correcta este elocuente lenguaje corporal? A continuación se ofrece una sencilla guía felina para entender lo que el gato nos dice con su cuerpo.
Gatos tranquilos y amigables, ¿cómo lo expresan con el cuerpo?
Un gato que se encuentra tranquilo y relajado lo mostrará de la siguiente manera: el felino estará sentado o tumbado -sobre un lateral o encima de su vientre-, adormilado o disfrutando de un sueño.
Un gato sereno que camina tendrá su espalda horizontal, casi paralela al suelo. Por su parte, un felino que juega también expresa confianza y sosiego. Mientras que el peculiar y seductor ronroneo del gato es otra expresiva señal felina de seguridad.
Gatos en alerta, ¿cómo lo comunican con el cuerpo?
Un gato en estado de alerta, que advierte una posible amenaza capaz de romper su clima de tranquilidad, también lo expresará de un modo convincente a través de su cuerpo. Si está tumbado, su cabeza suele ganar altitud, de forma que el alcance de su campo de visión aumente.
Las orejas del gato vigilante realizan pequeños movimientos sobre su cabeza, con el fin de reconocer mejor los sonidos y captar su procedencia. Además, estos extraordinarios aparatos auditivos felinos pueden estirarse hacia detrás o hacia delante, del modo en que refleja esta infografía sobre la comunicación del gato a través de su cuerpo realizada por la Universidad de Ohio.
Los ojos del felino que percibe una posible amenaza, además, se abren; y pueden juntarse de modo ligero. Y, ¿qué hace el animal intranquilo con su cola? La aproxima algo más hacia su cuerpo o la enrolla delante.
Gatos estresados, ¿cómo reconocerlos por su cuerpo?
El cuerpo del gato, como el del perro, cambia de posición en función de lo que necesita comunicar: miedo, confianza, etc. De este modo, un gato estresado, que incrementa su estado de alerta, adoptará una postura que delate su intención de huir del lugar.
Su respiración se acelera de modo ligero. El lomo del gato inquieto puede inclinarse, de modo que su parte trasera se muestre algo más agachada. Las orejas se aplanan y apenas se mueven.
Los ojos del felino temeroso se abren, sus pupilas se dilatan. El ronroneo del felino desaparece: el gato angustiado permanece callado o maúlla, incluso de un modo lastimero.
Gatos preparados para atacar, ¿cómo lo comunican?
Cuando el temor del animal se incrementa, el felino puede agacharse aún más sobre sus patas, de modo que todo su cuerpo quede cerca del suelo; también redondea su lomo. Además, el animal aterrorizado puede temblar, como señal de miedo creciente.
La cola del gato con miedo se acerca hacia el cuerpo, y puede enrollarse hacia delante cuando el animal muy atemorizado se pone de pie. Los ojos del gato se abren por completo, al igual que sus pupilas. Y sus bigotes se desplazan de hacia detrás.
Las señales sonoras que emite el gato enfadado o atemorizado son las siguientes: responde con silencio, maullidos quejumbrosos, gruñidos e, incluso, aullidos felinos.