Viajar con gatos no siempre es sencillo, aunque se trate de desplazamientos pequeños como una simple visita al veterinario. Y es que los problemas suelen comenzar muy pronto, en concreto, cuando intentamos meter a nuestra mascota en el transportín. Este artículo desvela cinco trucos para meter al gato en su transportín sin estrés: entre ellos, elegir el receptáculo adecuado, convertirlo en un agradable refugio felino, introducir al gato por la parte superior o de espaldas y lavar el transportín con agua y jabón, tras una experiencia felina negativa.
¿Cómo meter al gato en el transportín sin problemas?
No todos los gatos aceptan entrar en el transportín, un accesorio que sin embargo es necesario para que el animal viaje con seguridad. «El miedo del felino al transportín es un problema frecuente, pero puede eliminarse con un poco de entrenamiento en casa», explica la Asociación Americana de Veterinarios de Gatos.
Entonces, ¿cómo lograr que un gato reticente entre en su transportín sin problemas y sin estrés?
1. Meter al gato en el transportín: elegir la caja con cuidado
La primera clave para lograr que un felino acepte su transportín sin estrés es elegir el modelo apropiado. En este sentido, la mayoría de los profesionales coinciden en recomendar para el gato los receptáculos de viaje rígidos y con rejillas, ya que son más seguros.
El transportín del gato debe ser un refugio seguro, con mantas y olores familiares, que el animal pueda explorar sin problemas
Este tipo de transportines tiene otra ventaja: permiten ser desmontados, por lo que suelen facilitar mucho la tarea de introducir al felino en su interior. «Los transportines para gatos rígidos y desmontables, que cuentan con aperturas tanto superior como frontal, son los mejores para los felinos», aseguran estos veterinarios. El motivo es que estos accesorios permiten meterlo por su parte superior, una posibilidad que reduce su estrés. Además, estas cabinas para gatos hacen más sencilla la visita al veterinario de los gatos más miedosos: le bastará con levantar la tapa del transportín para realizar un examen veterinario.
2. Gatos sin miedo al transportín: lograr que sea su refugio
Un modo de eliminar o evitar el miedo del felino al transportín es conseguir que este receptáculo se convierta en un lugar seguro para él. En otras palabras, hay que transformar el transportín en un refugio de lo más atractivo para el peludo compañero.
Pero, ¿cómo lograrlo? «El transportín del gato necesita tener tamaño suficiente como para alojar una cama, comida, agua, e incluso un pequeño arenero para felinos durante los viajes más largos con el animal», concluye un estudio realizado por la Universidad de Ohio sobre el comportamiento y ansiedad en gatos.
3. ¡Gatos al transportín! Un viaje agradable
El transportín del gato hay que lavarlo con agua y jabón tras una experiencia negativa, y permitir que el felino juegue con él en casa
Antes de viajar con el felino, conviene poner el transportín en un lugar seguro y tranquilo en casa, como una habitación retirada del paso del resto de la familia. Otra propuesta es, además, retirar la tapa y la puerta del receptáculo, colocar dentro la cama preferida del gato e introducir algunos de los juguetes más atractivos para el felino. «Los gatos necesitan acostumbrarse al transportín antes de los viajes; por ello, hay que dejarlo a su disposición antes de los desplazamientos con el animal y permitir que lo explore a sus anchas», añaden la asociación de veterinarios felinos.
Los premios comestibles para gatos y un poco de hierba gatera colocada en el interior de la cabina también harán del transportín un lugar más agradable para el felino. Todas estas experiencias positivas ayudarán a que el animal acepte mejor el hecho de entrar en su accesorio cuando necesite viajar o visitar al veterinario.
4. ¿Cuál es el mejor modo de meter al gato en el transportín?
Llegó la hora del viaje con el gato o de la visita al veterinario. Y ahora, ¿cómo meter al peludo amigo en el transportín de modo que su desplazamiento sea seguro? La entrada del felino por la parte superior de la cabina, cuando el transportín es desmontable, suele ser la opción menos problemática.
Pero, ¿qué hacer cuando el receptáculo no cuenta con cubierta desmontable? «Entonces, suele funcionar introducir al gato de espaldas en el receptáculo; es más efectivo que tratar de hacerlo de frente, ya será más difícil que se asuste», dice la veterinaria Patricia González. En este sentido, la ayuda de una segunda persona será de utilidad. El procedimiento es el siguiente: una debe acercarse al transportín de espaldas mientras que la segunda acerca el receptáculo; y cuando se encuentren de espaldas, basta con darse la vuelta para introducir al felino en el receptáculo sin estrés.
¿Y si aún así el felino no quiere entrar o tiene demasiado miedo? Entonces, un truco es colocar el transportín en posición vertical (la puerta abierta hacia arriba), coger al gato con delicadeza en nuestros brazos y ayudarle a deslizarse dentro del receptáculo.
En casos extremos, el veterinario puede recetar un tranquilizante oral al felino, que ayudará al animal en los casos de miedo pronunciado.
5. Lavar el transportín del gato con agua y jabón
Una mala experiencia del gato con su transportín puede echar al traste todos los intentos por lograr que el receptáculo viajero sea aceptado por el felino. En estos casos, la solución consiste en echar mano de agua y jabón. En otras palabras, hay que lavar con esmero el transportín para evitar que relacione su olor con la mala vivencia anterior.
¿Un último consejo? Igual de importante que la entrada del gato de su transportín es su salida. Esto implica que tras el viaje del animal o a su llegada del veterinario, nunca haya que forzarle a abandonar el transportín. Una vez que se llega a casa o al lugar de destino, la mejor opción es dejar la puerta de la cabina abierta y permitir al felino que se tome su tiempo para salir a su ritmo.
¡Buen viaje, amigos gatos!