Producir nuestras propias verduras y hortalizas sin salir de casa es posible gracias a la versión “mini” de los huertos urbanos. Cada vez más personas convierten sus terrazas, balcones, patios y hasta tejados en pequeños campos de cultivo. Por muy poco dinero, un huerto urbano mini ofrece productos naturales frescos y saludables y la satisfacción personal de llevarlo adelante. Este artículo explica los motivos para tener un mini huerto urbano y las diferentes posibilidades.
Mini huerto urbano: motivos para tener uno
Por afición, por conseguir productos vegetales frescos y baratos, por darle un toque más verde a la ciudad… Las razones para participar en un huerto urbano son diversas y muy atractivas, de ahí que sean cada vez más comunes en las ciudades y sus aledaños. Sus impulsores han ideado varias posibilidades para generalizarlos: huertos urbanos de alquiler que ofrecen todo lo necesario a cambio de un módico precio mensual; huertos urbanos compartidos donde se intercambia productos por terreno; o huertos escolares como recurso de educación ambiental que proporciona alimentos sanos a los estudiantes.
Por muy poco dinero, un huerto urbano mini ofrece productos naturales frescos y saludables y satisfacción personalA pesar de esta variedad, puede que no tengamos a mano uno de estos huertos urbanos, o que queramos tener lo más cerca posible de casa los productos que cultivemos. En este caso, un huerto urbano mini se presenta como una opción más que aconsejable. Una pequeña terraza, un balcón, el alfeizar de una ventana o un patio pueden ser un lugar de cultivo de todo tipo de frutas, verduras y hortalizas. Si se consiguen reunir las condiciones adecuadas, puede lograrse una cantidad interesante para autoconsumo, o simplemente un práctico entretenimiento para mayores y pequeños en casa.
Los huertos urbanos mini tienen varias ventajas que les convierten en una actividad muy recomendable:
- Por muy poco dinero se pueden conseguir los elementos necesarios para cultivar y mantener la producción.
- Al estar en casa se puede estar más pendiente de sus necesidades, y se puede recoger el cultivo en su momento óptimo para disfrutar al máximo de todo su sabor y sus propiedades.
- Proporcionan un apoyo de alimentos naturales y saludables a la dieta y un ahorro económico en la cesta de la compra.
- Se transforman en una actividad de recreo y educativa que puede hacerse tanto en solitario como en familia.
- Pueden ser una forma más de reciclaje doméstico: los residuos orgánicos producidos en el hogar se pueden transformar en abono para los cultivos al utilizar el sistema del compostaje.
Diferentes posibilidades de mini huertos urbanos
Los huertos urbanos mini pueden tener diferentes tamaños, cultivos o sistemas de producción. Los maceteros, la tierra, el abono, una pala para hacer los agujeros y remover, una regadera, las semillas o las plantas preparadas para su cultivo se pueden encontrar en muchos sitios: centros comerciales, tiendas de decoración, de jardinería, etc. y también por Internet, donde se pueden conseguir hasta mini huertos urbanos de diseño.
Los tiestos y las macetas son la opción más modesta pero también la más accesible, ya que puede colocarse en cualquier zona de la casa. En este caso hay mucha variedad, desde los más clásicos de barro hasta los de diseño, como los de Piccolo vegs for pots. Si tenemos más espacio, son recomendables los maceteros, que hay de tamaños y formas muy diversos, como los huertos urbanos elevados. Estas cajoneras con patas permiten cultivos tan diversos como zanahorias, patatas o cebollas y, gracias a su posición, facilitan y mejoran el cultivo y su mantenimiento.
Una versión para aprovechar más el espacio es la de los huertos urbanos mini en escala. Se trata de varias jardineras superpuestas en forma de pirámide. En cada una de ellas se planta un tipo de cultivo, de manera que las de más envergadura vayan en la parte superior.
El riego es un elemento esencial del cultivo. Con una regadera o cualquier recipiente improvisado que llenemos de agua será suficiente. No obstante, si el cultivo es ya de cierto tamaño, o si no podemos estar tan pendientes, hay sistemas de autorriego y hasta pequeños invernaderos con calefacción.
La reutilización de objetos empleados como recipientes para los cultivos es una opción más ecológica y económica. En vez de tirarlos a la basura, se pueden aprovechar todo tipo de elementos que le darán además un toque decorativo y original a nuestra casa y nos ahorrará dinero: cáscaras de huevo, calzado usado, palés de madera, cajas, libros, botellas, neumáticos, latas, etc.
Los techos también pueden transformarse en huertos urbanos mini y, de paso, en una forma de ofrecer alimentos sanos a personas sin recursos. Así lo demuestran en Soacha (Colombia), un municipio cuyos habitantes carecen de agua potable, zonas de cultivo o alcantarillado.
Además de cultivos de frutas y verduras, algunos incluso proponen tener un mini estanque junto al mini huerto urbano, y explican cómo conseguirlo de manera sencilla y económica.