En Asia no se tiene la misma percepción de Internet que en Occidente, aunque el desarrollo tecnológico sea similar, cuando no superior. En Japón los smartphones llegaron antes de que apareciera el iPhone y eran teléfonos más gruesos que permitían ver la televisión. Allí Twitter es de pago y, sin embargo, tiene unas elevadas audiencias. En China, por su parte, se puede hacer en la Red lo mismo que en España, pero en ningún caso -a no ser que se salte la censura- con servicios como Google, Twitter o Facebook, que no están presentes en el país. En este articulo se enumeran algunos de los equivalentes chinos a los servicios web que más usamos en España, en cuanto a comercio electrónico, redes sociales, navegadores y sistemas operativos.
Entre la censura y el sentido comercial
En China confluyen varias causas que hacen que exista todo un ecosistema digital distinto pero equivalente al nuestro; es decir, con las mismas funciones pero diferentes empresas que las cumplen.
Cuanto más al este se tiende, más se ven las nuevas tecnologías como una economía de consumo
Por un lado, está la percepción en Oriente de la Red. Cuanto más al este del continente asiático, más se ven las nuevas tecnologías como una economía de consumo a escala, y menos como un ecosistema comunicativo. Por lo tanto, los asiáticos en general ponen más interés en los servicios comerciales y menos en los de compartición de gustos, experiencias u opiniones.
Pero esto no significa que no se utilicen servicios como Twitter, Facebook o similares, sino que su calado es menor o tienen un enfoque mucho más comercial. Así, en Japón se paga por seguir a los usuarios de gran relevancia y a las estrellas del pop o del cine. Por otro lado, hace ya casi diez años que en el país nipón hay programas de televisión de pago pensados en exclusiva para la pantalla del móvil, además de libros electrónicos ideados para ser leídos en el metro y en el smartphone.
China nunca ha ignorado que no puede privar a sus ciudadanos de las nuevas tecnologías
Además de este enfoque distinto, en China hay que añadir la presión política y el afán de control tradicional de su Gobierno, siempre atento a reprimir la disidencia y, por lo tanto, temeroso de que las nuevas tecnologías supongan un altavoz a determinados sectores descontentos. Este férreo control ha chocado muchas veces con la espontaneidad, el contraste de la información y la libertad de expresión que desde el principio ha existido en Internet, por lo que los encontronazos de grandes empresas con Pekín han sido sonadas y han acabado no pocas veces en la expulsión del país de empresas como Google, Facebook o Twitter.
Pero el Gobierno chino nunca ha ignorado que no podría privar a sus ciudadanos del acceso a las nuevas tecnologías y que, de hacerlo, perjudicaría su propio futuro. Por lo tanto, ha optado por fomentar el desarrollo de servicios parecidos a Google, Internet Explorer, Facebook, Twitter, Amazon, Privalia o WhatsApp, pero con la inclusión de las peculiaridades chinas y la monitorización de la actividad de los usuarios.
Comercio electrónico: Alibaba, JD.com y Baidu
Con una facturación superior a eBay y Amazon juntos, Alibaba es la plataforma de comercio electrónico más grande del mundo
Quizás el servicio chino más potente es el equivalente de eBay y Amazon juntos: Alibaba.com. Esta plataforma de comercio electrónico es la más grande del mundo, con una facturación conjunta que supera a las otras dos citadas y que ocupa el 80% del comercio on line chino. Alibaba, que en realidad vive de dejar a los comercios poner publicidad de sus productos en sus páginas, se plantea ahora volverse global y entrar en la Bolsa de Nueva York. De ser así, lo hará como la empresa tecnológica mejor valorada de la historia, ya que se le calcula un valor en torno a los 200.000 millones de dólares.
Otra compañía importante del país en materia de comercio electrónico es JD.com, con un modelo más similar a Amazon, ya que tiene almacenes propios desde donde distribuye los productos. Cotiza en el mercado digital de valores tecnológicos Nasdaq con buenos resultados.
Pero el caso más espectacular, por su historia, es el de Baidu. Es el buscador por excelencia en China, usado por casi la totalidad de los internautas, que han olvidado que fue creado para sustituir a Google cuando este anunció que salía del país por las continuas injerencias del Gobierno. Este mismo fue el que lanzó de inmediato el buscador, entonces solo una pequeña startup. Hoy Baidu genera tal volumen de negocio en publicidad, operando solo en China, que es la cuarta plataforma publicitaria del mundo, por delante de Microsoft y después de Google, Yahoo! y Facebook.
Rdes sociales: Weibo y Renren
La libertad de expresión que se respira en Internet siempre ha inquietado a las autoridades chinas, por lo que ya desde un primer momento el recibimiento a redes sociales como Twitter o Facebook fue frío, cuando no malo. Más tarde, cuando comenzaron a proliferar los disidentes, el Gobierno se apresuró a suspender estos servicios y dar como alternativa varios que no tenían inconveniente en dejarse censurar o entregar a las fuerzas de seguridad a los autores de comentarios subversivos.
Como las redes se utilizan para muchas otras cosas que no son protestar, pronto dos servicios calaron entre los internautas más jóvenes, de clases sociales emergentes y, por tanto, despreocupados de la política. Estos fueron Weibo, el homólogo de Twitter, y Renren, que es una especie de Facebook.
Sin embargo, la censura imperante y el conocimiento de que se ejerce el control y la monitorización -y en consecuencia no hay privacidad- hacen que caigan en desuso entre los más jóvenes, por lo que ambos servicios pasan en la actualidad por momentos económicos de dudas, al desacelerar los beneficios de sus plataformas publicitarias por segundo año consecutivo.
Sogou Explorer y Ubuntu Kylin, para no depender de Microsoft
La administración china ha prohibido Windows 8 en favor de Ubuntu
A pesar de que Microsoft es la empresa occidental que mejor relación guarda con las autoridades chinas, en más de una ocasión han colisionado por la continua demanda del Gobierno de informaciones sobre usuarios y empresas. A este hecho se suma la guerra comercial iniciada en fechas recientes entre Estados Unidos y China, que pone a la empresa fundada por Bill Gates en el punto de mira.
Por este motivo, desde Pekín se han fomentado numerosos servicios que pudieran hacer prescindibles navegadores como Internet Explorer o sistemas operativos como Windows, aunque sin vetar su uso, salvo en el caso de los ordenadores de la Administración, donde sí se ha prohibido la instalación de Windows 8 para evitar la dependencia de una compañía americana.
Sin embargo, el Gobierno sí ha llegado a un gran acuerdo con la empresa sudafricana Canonical para impulsar y crear una versión china de Ubuntu, el sistema operativo libre y gratuito derivado de Linux que lanzó en su día Mark Shuttleworth. El nombre de la nueva distribución es Ubuntu Kylin y, por el momento, China ha ordenado que sea la que se utilice en todos los ordenadores oficiales y recomienda su uso a los internautas. Como Ubuntu Kylin es gratuito y abarata el precio final de un equipo informático, muchos compradores lo piden instalado cuando compran un PC, por lo que las marcas americanas de portátiles ya están comenzando a preinstalarlo en lugar de Windows, si el terminal está destinado al mercado chino.
Por otro lado, el navegador Sogou Explorer, lanzado por el buscador del mismo nombre, está comiendo terreno a Internet Explorer.
También el popular WhatsApp tiene su versión china en el servicio de la poderosa empresa de telecomunicaciones Tencent. Se llama WeChat (Weixin en mandarín), que también está disponible para los móviles occidentales, donde no es de lejos tan conocido.
Sin embargo, en China su popularidad es tal que comienza a inquietar al Gobierno. Por el momento, este ha recomendado comedimiento en lo que se envían los jóvenes por estos canales y ha recordado que los móviles pueden ser instrumentos perjudiciales. Sin embargo, el servicio sigue creciendo y ha afectado al negocio de SMS de los operadores nacionales.