El agility fomenta la obediencia en el perro de una manera divertida, al tiempo que se estrechan lazos de amistad entre dueño y can. Sin embargo, cuando esta modalidad deportiva se traslada a los concursos, la cosa cambia: el perro debe tener una buena preparación física y una notable coordinación con su propietario con el fin de poder participar en esta prueba de habilidad. A continuación se describe qué es el agility, las razones para practicarlo, cómo son las competiciones y qué razas destacan en ellas.
¿Qué es el «agility» para perros?
El «agility» es una modalidad deportiva para perros y dueños que permite realizar ejercicio y estrechar los lazos afectivos
El agillity es una modalidad deportiva canina que se practica con los dueños del perro. Consiste en que el can haga el recorrido de una pista de obstáculos, con el fin de valorar aspectos como la inteligencia canina, rapidez, concentración, sociabilidad y agilidad. Los expertos localizan su origen en 1978, durante un concurso de belleza canina en Reino Unido.
Todos los perros de tamaño mediano y pequeño, de entre 18 meses y 10 años de edad, pueden practicar el agility con su dueño. Las personas aficionadas, no obstante, necesitan estar inscritas en un club de esta modalidad para entrenar con su mascota en el circuito de obstáculos.
Pero hacer agility en casa también es posible. En el mercado hay obstáculos que se venden de manera específica para esta práctica deportiva, de forma que «en el jardín se puede colocar un pequeño circuito para que el can se divierta, haga ejercicio o entrene para las competiciones de agility«, afirma Esperanza Gil, directora de un club de agility madrileño.
Razones para practicar «agility» con el perro
La práctica del agility puede ser una forma estupenda de educar a la mascota, explican los expertos. El animal tiene que seguir unas normas y obedecer las pautas que le marca su dueño con la voz. «El perro aprende a obedecer órdenes como ‘para’, ‘salta’ y ‘corre’, mientras sigue la voz de su propietario», explica Gil.Un dueño que quiere competir en concursos de agility con su perro debe ser socio de un club
El agility es, además, una manera de prácticar ejercicio físico, tanto por parte del amo como del can. El perro salta, corre, camina y se arrastra. Desarrolla así sus reflejos y, además, hace ejercicio físico. Por su parte, el propietario también camina y corre al lado de su can a fin de darle las pautas verbales que necesita para recorrer el circuito de forma correcta. De esta manera, el tándem dueño-perro hace ejercicio.
El hecho de compartir actividades fuera de casa con el can, en este caso la práctica del agility, ayuda a estrechar lazos afectivos entre propietario y mascota. «Es un pasatiempo divertido y sano, porque tanto el dueño como el perro se mantienen en forma mientras lo pasan bien», comenta Gil, quien lamenta que «el agility aún no se considere como un deporte canino de manera oficial en todas las comunidades».
¿Cómo son las competiciones de «agility» con el perro?
Un dueño que quiere competir en concursos de agility con su mascota debe ser socio de un club de agility. Las cuotas por formar parte de estas sociedades deportivas oscilan entre los 10 y los 40 euros. Varían de un club a otro, y sus socios tienen derecho al acceso con su perro al circuito para entrenar, así como a un monitor que les asesore sobre cómo hacerlo.
Las pruebas de agility se practican contrarreloj y duran alrededor de un minuto. En ese tiempo el animal tiene que sortear unos 20 obstáculos en una pista de 20 metros de ancho por 40 de largo.
El can debe ser rápido, ágil y tener reflejos y disciplina para recorrer el circuito sin errores (golpear los obstáculos o sobrepasar el tiempo estipulado) que se traduzcan en penalizaciones por parte de los jueces.
Un perro que practica agility de manera competitiva comienza a entrenarse desde los 18 meses de edad. A partir de los 10 años, sin embargo, no es recomendable que un can realice esta modalidad deportiva. Con la edad las articulaciones se desgastan y hay más riesgo de que sufra lesiones.
Las razas de tamaño muy grande, como el san bernardo o el mastín napolitano, tampoco es aconsejable que hagan agility. “Son perros muy grandes y con mucho peso, por lo que no es conveniente que practiquen este tipo de modalidad deportiva, que está diseñada para canes de, como máximo, 20 kilos de peso“, asegura Alfredo Tuset, secretario de la Federació Catalana d’Agility.
“A los perros les suele gustar mucho el agility porque les gusta hacer cosas y practicar alguna actividad con sus dueños”, explica Tuset, aunque hay canes que son más activos que otros y a algunos se les da mejor que a otros el agility. De hecho, hay razas que tienen más aptitudes y cualidades físicas para destacar en la práctica del agility. “Es el caso del border collie y el pastor belga“, explica la especialista Esperanza Gil.