Las dificultades de movilidad, como la cojera, son síntomas propios de un perro que padece artrosis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Pero con determinadas pautas se puede conseguir mejorar el bienestar y la calidad de vida del can. A continuación se explica qué es la artrosis del perro, los signos de esta enfermedad, su tratamiento y cinco consejos para mejorar la calidad de vida de un can con esta dolencia.
¿Qué es la artrosis en perros?
La artrosis del perro produce la pérdida de la estructura del cartílago, responsable de la movilidad de la articulación
La artrosis canina es una enfermedad de las articulaciones de carácter progresivo (los síntomas se agudizan con el tiempo), degenerativo y que puede ser congénita. Esta dolencia produce la pérdida de la estructura del cartílago, responsable de la movilidad de la articulación. Como en el caso de las personas, las molestias y los síntomas derivados de la artrosis del perro se agravan con el frío y la humedad y con el calor del verano. Por ello, con las temperaturas extremas, el estado del animal que padece artrosis empeora.
Las articulaciones de un perro que tiene artrosis no son igual de flexibles ni gruesas que las de un can sano. La estructura del cartílago se pierde o desgasta y provoca molestias cuando el animal se mueve. De ahí que cojee o le cueste levantarse, tumbarse o subir escaleras. La artrosis en los perros se traduce, por tanto, en cojera, dificultad para andar, subir escaleras, lentitud en los movimientos. Los golpes o traumatismos en las articulaciones, además, favorecen la formación de esta enfermedad que puede estar localizada en una determinada articulación o ser de carácter generalizado en todos los cartílagos.
Perros con artrosis: causas
Las causas que influyen en la aparición de la artrosis pueden ser hereditarias, como en el caso de la displasia de cadera o de codo en canes.
La obesidad también es un factor de riesgo para que el perro padezca artrosis. El sobrepeso carga en exceso las articulaciones, que se desgastan y deforman de manera más rápida que en el caso de un can que tenga un peso adecuado para su edad y tamaño.
Además, el crecimiento acelerado en los cachorros de razas grandes también influye en la mayor predisposición a sufrir artrosis. Para evitarlo, es recomendable un ejercicio moderado durante el desarrollo y crecimiento del animal. Una alimentación correcta y equilibrada, es decir, adaptada al tamaño, edad y grado de actividad física que realiza el cachorro, también es fundamental para garantizar un crecimiento óseo adecuado y gradual.
Los suplementos vitamínicos para perros, así como un exceso de calorías en la dieta, fomentan el crecimiento del cachorro de tamaño grande a un ritmo acelerado. Por ello, hay que tener en cuenta que «un pienso de buena calidad adaptado a las características del cachorro no necesita suplementos vitamínicos que favorezcan la aparición de problemas articulares», comenta Ignacio Arija, veterinario y experto en nutrición canina.
Artrosis en perros y su tamaño
Perros como el bóxer o el bulldog tienen más predisposición a padecer artrosis
La artrosis afecta sobre todo a perros grandes, como el pastor alemán o el rottweiler. Los canes de edad avanzada también tienen más probabilidades de padecer artrosis, por el desgaste de los cartílagos de las articulaciones. Si se une el factor de raza de tamaño grande con el de edad avanzada, tenemos como resultado un perro con más posibilidades de padecer artrosis.
«Los canes grandes suelen sufrir más problemas articulares que los pequeños», explica Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. De hecho, los perros de tamaño grande viven menos tiempo que los pequeños, debido a problemas en sus articulaciones.
Los canes chatos, como el bóxer o el bulldog, también tienen más predisposición a padecer artrosis. «Son razas que por el tipo de selección genética al que han sido sometidas tienen un desarrollo anormal de las articulaciones», explica María González, veterinaria de la asociación Igualdad Animal.
Artrosis en perros: tratamiento
La artrosis canina se trata con medicamentos de propiedades antiinflamatorias y con minerales, vitaminas o colágeno que nutren el cartílago y evitan que se desgaste y deforme. «El tratamiento es preventivo, paliativo, antiinflamatorio y analgésico; pero no curativo, porque la artrosis es una enfermedad crónica», explica Aguado.
Lo importante cuando el perro padece artrosis es evitar, en la medida de lo posible, las molestias derivadas de la enfermedad y lograr la mayor calidad posible para el enfermo.
1. Controlar el peso del can.
2. Una alimentación adecuada, que sea rica en ácidos grasos, para que favorezca el engrase de la articulación.
3. Ejercicio controlado. No es recomendable el ejercicio físico que sobrecargue las articulaciones del perro, como correr por el parque. Es más recomendable la natación canina o los paseos.
4. Proteger al animal de las temperaturas extremas. Los perros que padecen artrosis empeoran con las temperaturas extremas, es decir, tanto en invierno como en verano. Con el frío, el can necesita estar caliente en casa y dormir en una cama mullida y cómoda. Por otro lado, el calor influye de manera negativa en el estado de salud del perro con artrosis, ya que se sentirá más cansado. Por ello, conviene que se mantenga en un lugar donde la temperatura no sea muy elevada, con sombra y/o aire acondicionado.