Los cosméticos ecológicos tienen cada vez más usuarios que buscan productos respetuosos con el medio ambiente y la salud. Sin embargo, la diversidad de denominaciones, como orgánico o biológico, o las empresas que utilizan en su publicidad el reclamo “verde” sin ser en realidad ecológicos pueden confundir a los consumidores. Los certificados para cosméticos ecológicos son una manera de evitar este problema. Este artículo explica las diferencias entre cosmética ecológica, natural y orgánica, los certificados de estos productos y sus desafíos.
Diferencias entre cosmética ecológica, natural y orgánica
Los cosméticos y, en general, los productos elaborados con criterios ambientales reciben diversos nombres según su lugar de origen. En los países anglosajones se les denomina «orgánicos», en Francia «biológicos» y en España «ecológicos». Estas distintas denominaciones pueden confundir a sus consumidores, pero en teoría su base es la misma. Los materiales utilizados en su elaboración son de origen natural con sistemas de agricultura ecológica.
Para evitar engaños se recomienda comprar cosméticos ecológicos certificadosAdemás, estos cosméticos no contienen colorantes, conservantes ni fragancias de síntesis, parafinas u otros productos derivados del petróleo, ni materias primas derivadas de animales sacrificados y tampoco han sido probados sobre animales. Sus productores prescinden de aditivos como los parabenos o el triclosán, cuyo uso en la cosmética convencional ha generado controversia entre los consumidores.
La auténtica cosmética ecológica tiene los siguientes elementos, según la Asociación Vida Sana, cuyos responsables promueven la agricultura y alimentación ecológica:
- Un porcentaje mínimo de ingredientes de origen biológico certificado que puede llegar hasta el 90% sobre el peso seco.
- Un listado negativo de ingredientes no permitidos que incluye los de síntesis química más problemáticos y la posibilidad de incorporar un nuevo ingrediente permitido.
Los cosméticos ecológicos también se pueden elaborar de forma casera, con ingredientes naturales sencillos de conseguir, como aceite, miel, limón o agua salada. Productos de belleza como mascarillas tonificantes, tratamientos para la piel o el cabello, exfoliantes corporales, hidratantes para las manos, mascarillas reafirmantes o cremas para el acné se pueden hacer de manera económica y ecológica.
Certificados de cosmética ecológica
Los consumidores pueden encontrar en el mercado cosméticos que incluyen en su publicidad las palabras «natural» o «ecológico» sin que hayan utilizado realmente los sistemas de producción respetuosos con el medio ambiente. Para evitar este tipo de engaños, los defensores de los cosméticos ecológicos recomiendan adquirir los que llevan alguno de los siguientes certificados específicos, con diferentes categorías según su composición:
- Recomendado Asociación Vida Sana: creado por dicha asociación, tiene tres categorías (natural, natural con ingredientes ecológicos, y ecológico).
- Soil Association Organic: certificado británico que tiene dos categorías (hecho con ingredientes ecológicos y ecológico).
- Natrue: sello de dicha asociación de fabricantes de cosmética ecológica, con tres categorías (natural, natural con ingredientes ecológicos y ecológico).
- Cosmebio: acuñado por la Asociación Profesional Francesa de la Cosmética Biológica y Ecológica, con dos categorías (Azul/eco y verde/bio).
- BDIH: sus responsables son la Asociación de Industrias Alemanas de Cosmética Natural, con una categoría (natural).
- Ecocert: propiedad del organismo francés de certificación para el desarrollo sostenible, con dos categorías (natural y ecológico).
- Cosmos: es una norma privada a escala europea desarrollada por BDIH, Cosmebio, Ecocert, Soil Association y la italiana ICEA, para armonizar criterios y generalizar los cosméticos ecológicos.
- USDA: certificado del Gobierno de Estados Unidos para los productos ecológicos, con cuatro categorías (ingredientes ecológicos, hecho con ingredientes ecológicos, ecológico y 100% ecológico).
Desafíos de los cosméticos ecológicos
Los cosméticos ecológicos son, por lo general, más caros que los fabricados de forma industrial. La forma de elaborarlos conlleva unos costes más altos. Al no utilizar métodos de producción intensiva, su producción es más baja. Sin embargo, sus defensores señalan que el precio es un concepto relativo y que en algunos casos no tienen que ser más costosos que los convencionales. En este sentido, aseguran, la forma de elaborar cosmética ecológica les convierte en productos de calidad, pensados para cuidar la salud y el medio ambiente y, por tanto, salen mal parados cuando se les compara con productos comerciales que piensan en vender de la forma más barata posible.
Otro de los desafíos de los cosméticos ecológicos es que sus texturas y olores pueden resultar menos atractivos que los industriales, que utilizan productos sintéticos específicos con tal objetivo. Además, su caducidad es menor, al no llevar conservantes artificiales.