Los cachorros son los perros más solicitados por las personas que acuden a los albergues para adoptar un can. Sin embargo, cuidar y educar a un cachorro requiere dedicación y paciencia. Por eso, conviene tener en cuenta ciertas pautas como las que se explican a continuación: acostumbrarle a estar en casa sin sus dueños, inculcarle normas básicas de obediencia, socializarle para evitar problemas de conducta y valorar lo que no se debe y sí se puede hacer con el cachorro adoptado.
Un cachorro debe aprender a no ladrar de forma exagerada cuando se queda solo en casaLos cachorros de perro suelen demandar la atención de sus dueños, sobre todo por la noche, y más aún si acaban de llegar a un nuevo hogar. Es lógico que el can necesite su tiempo para adaptarse al entorno, pero son sus dueños quienes deben marcar las normas y pautas que debe seguir desde el primer momento.
1. Acostumbrar al cachorro a estar sin sus dueños
Los dueños de un perro tienen que salir de casa para trabajar o por otras circunstancias, y el cachorro debe aprender a estar sereno en ese tiempo de soledad. Por ello, es importante acostumbrarle desde un principio a no llorar o ladrar de manera constante.
«Hay que buscar una habitación para el can donde se encuentre cómodo. Se le debe colocar una cama, agua y un plato con alimento. Ahí se le deja las tres primeras horas tras su llegada a casa», aconseja Gregorio Sánchez, experto en educación canina. Nadie debe entrar en la habitación durante esas horas y menos, apunta este experto, «si el cachorro demanda atención con llantos y ladridos».
Los premios y felicitaciones deben ofrecerse al perro cuando muestre un comportamiento tranquilo. Si se le dan mimos, u obtiene la atención de sus amos -aunque sea con enfado-, se refuerza su ansiedad y comportamiento inadecuado.
2. Inculcar al cachorro pautas básicas de obediencia
Se debe conseguir que el cachorro entienda las palabras «sí» y «no». Es decir, si no se quiere que suba a la cama, es el momento de decirle «no» de forma firme, pero sin gritos. Estas órdenes tienen que ser coherentes. Cuando no se permite una conducta, debe ser siempre así. De otra manera, el can no entenderá lo que se espera de él.
3. Socializar al cachorro para evitar problemas de conducta
Los dueños deben ayudar al cachorro a socializarse de manera adecuada
Uno de los papeles fundamentales que cumplen los dueños de un cachorro es el de socializarlo de manera adecuada. Detrás de un perro adulto miedoso, que rehúye el contacto con personas desconocidas o con otros congéneres, muchas veces hay un cachorro que no ha sido socializado de forma correcta.
El contacto del can con otros animales -incluidos los que no son de su especie, como los gatos- así como con personas desconocidas, ayuda a que un perro se socialice. Esto es importante, sobre todo, en el caso de un cachorro adoptado que no haya tenido el suficiente contacto con su madre y hermanos. Los viajes, excursiones, paseos y juegos en la calle con otros canes son de gran ayuda para que un perro sea sociable.
Es recomendable también que se acostumbre a circunstancias con las que tendrá que convivir de manera habitual, como el ruido del tráfico o las aglomeraciones de personas, si es el caso.
4. Lo que no y lo que se debe hacer con el cachorro
Los juegos de provocación, sobre todo si el perro tiene un carácter dominante, no son recomendables, asegura Sánchez. «Los juegos con el cachorro son importantes porque, de esta forma, se estrechan lazos emocionales entre los dueños y la mascota», añade el educador canino. Y se puede aprovechar para desarrollar su sentido de la obediencia de una manera divertida. Así, a través de juegos con la pelota se le puede enseñar a estar sentado hasta que se le lanza el balón.
Por su parte, el veterinario José Luis Torres, advierte de que, para adoptar un cachorro, es necesario tener tiempo y paciencia para educarle. Y es que un perro adoptado recién llegado a casa necesitará salir numerosas veces a la calle, hasta que aprenda a hacer sus necesidades en el sitio correcto. También habrá que enseñarle a caminar con la correa.
Dejarse asesorar por los responsables del albergue de adopción. Ellos, mejor que nadie, conocen los antecedentes y carácter del can.
Los primeros días son fundamentales para inculcar las normas al cachorro adoptado.
Emplear tiempo para socializar al perro: paseos, excursiones, viajes en coche, contacto con otros animales y personas desconocidas.
Tener en cuenta que el cachorro adoptado necesita dedicación y paciencia.
Disfrutar de la experiencia que brinda el can en cuanto a vivir su evolución y desarrollo.