¿Alguna vez ha dudado de que su perro o gato fuera su mejor amigo? El dicho popular no sólo está fuera de duda entre los millones de personas que comparten su vida con un animal querido. La ciencia, además, da ahora la razón a los amantes de estos peludos compañeros: convivir con canes y felinos queridos tiene beneficios psicológicos similares a los que proporciona un gran amigo humano. En este artículo se explica por qué (y cómo) gatos y perros alejan la tristeza y el fantasma de la depresión, al tiempo que nos suben la autoestima.
Amigos con beneficios: gatos y perros nos hacen más felices
Canes y felinos dejan pelo, necesitan cuidados, tiempo de juego, alimento de buena calidad y controles veterinarios, además de implicar un gasto económico. Pero, si aún alguien lo dudada, quien tiene un gato o un perro cerca tiene un tesoro.
«Las personas que comparten su vida con perros o gatos son más felices, gozan de mayor autoestima, son más extrovertidas y sufren menos depresiones, miedos o preocupaciones que aquellos que no tienen cerca a un animal querido», afirma el psicólogo Allen McConnel, profesor de la Universidad de Miami y coordinador de la investigación «Amigos con beneficios: consecuencias positivas de convivir con una mascota«.
Las rutinas de ejercicio a la que obligan perros y gatos (no sólo a través de los paseos caninos, sino a través del juego) proporcionan beneficios físicos y cuidan de nuestro corazón. Pero, explican los científicos, las consecuencias positivas de compartir la vida con uno o varios peludos compañeros no acaban aquí: canes y felinos cuidan de nuestra salud mental. Nos hacen compañía, reducen nuestros miedos y consiguen que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
Perros y gatos alejan la depresión
Vivimos tiempos complicados (¡poca duda cabe ya!), con el desempleo y la precariedad laboral pisando los talones y auténticos rompecabezas financieros familiares para llegar a fin de mes (en el mejor de los casos).
La tristeza y la depresión son compañeros de viaje frecuentes en este panorama, en ocasiones tan poco halagüeño.
La buena noticia es que compartir nuestros días con perros y gatos protege de estos problemas psicológicos y hace esta complicada travesía mucho más agradable, explican los científicos.
«Las mascotas proporcionan muchos beneficios directos a las personas, como un menor peligro de padecer un problema de corazón; pero es que también reducen el riesgo de que caigamos en una depresión y mejoran nuestras relaciones sociales», añade McConnel. Las conclusiones de su estudio se han publicado en la revista científica ‘Diario de Psicología Social’, de la Asociación Americana de Psicología. En ella se describe el modo en que se llevó a cabo la investigación, en la que tomaron parte varios centenares de personas, que convivían con mascotas y no.
Gatos y perros: grandes amigos peludos
El equipo de investigadores realizó tres estudios distintos. En el primero, se preguntó a un total de 217 encuestados acerca de diferentes variables psicológicas personales, como episodios de depresión, sentimientos de soledad o la imagen que tenían de ellos mismos.
En el segundo y el tercero, realizado sólo con personas que compartían su vida con perros y gatos, los científicos indagaron en los beneficios sociales de vivir con un animal y en cómo afectaba a su relación con otros humanos.
Al contrario de lo que podría suponerse, las relaciones sociales, con otros humanos, de las personas que comparten su vida con felinos y canes no se resienten: los científicos han concluido que quienes viven con perros y gatos gozan de lazos afectivos con otras personas igual de fuertes (e incluso más) que quienes carecen de animales de compañía.
Según el censo realizado por la Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Mascotas, en España viven cerca de diez millones de perros y gatos. Y, con ellos, ¡sus afortunados amigos humanos!