Quien adopta un perro, desde la responsabilidad, repite experiencia. Así lo aseguran los responsables de los albergues de animales. Los perros son las mascotas más habituales en los hogares españoles, están presentes en alrededor de 5.400.000 de ellos, por razones como su carácter sociable. Pero hay otros buenos motivos para adoptar un perro y en este artículo se detallan: ofrecer un hogar a los canes desahuciados, disfrutar del beneficio físico y mental que aporta la convivencia con un perro, el hecho de que un can adoptado se entrega esterilizado, vacunado e identificado y, además, si hay niños en casa, resulta un compañero con quien aprender solidaridad y empatía.
Quien adopta un perro, repite la experiencia
Gran parte de los adoptantes de perros que acuden a centros de protección animal, como La Xana, en Asturias, «repiten experiencia tras la pérdida de su animal, porque convivir con un perro es adictivo, ya que aporta muchas cosas positivas a la vida de las personas, como la compañía y el especial vínculo de amistad que se crea«, asegura María Luz García, presidenta de esta protectora.
Pero, ¿qué otras razones avalan como experiencia positiva y recomendable la adopción de un perro? Algunas de ellas son las siguientes.
1. Ofrecer un hogar a los perros desahuciados
Cada año se recogen en España más de 108.000 perros abandonados, según los datos de la Fundación Affinity. «Son muchos los animales que esperan un nuevo hogar en los albergues y, una vez que se han meditado los inconvenientes y ventajas de tener un perro en casa y se decide cuidarle con todas las consecuencias, lo mejor es adoptarlo», aconseja García.
Los perros adoptados son animales agradecidos con quienes les abren las puertas de su hogar y su corazón. «Parece que valoran el hecho de que les des otra oportunidad y te quieren de manera incondicional», comenta Isabel Alcalá, adoptante de dos perros: Jopu, un cruce de mastín de nueve años y Pandora, una galga de siete años, además de vicepresidenta de la Asociación Cacereña para la Protección y Defensa de los Animales.
2. Un perro adoptado en casa: mejor salud física y mental
Diversos estudios científicos, como el elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona, aseguran que la convivencia con animales, perros y gatos, nos convierte en personas más sanas.
«La convivencia con nuestros perros adoptados resulta un complemento más para nuestro bienestar y felicidad», explica Jorge Ramos, dueño de dos perros mestizos, Nala, de seis años, y Clair, de dos años, además de presidente de la
Actividades tan cotidianas con un perro como los paseos o los momentos para compartir el sofá, ayudan a mantener la salud cardiovascular y a estar menos estresados.
El tamaño y la edad del perro no resultan un inconveniente, ni marcan ninguna diferencia para disfrutar de los beneficios para la salud que aporta la convivencia con ellos. En este sentido, García hace un llamamiento para que se adopten más perros de tamaño grande y que sean adultos.
«Los canes de estas características son cariñosos, tranquilos y no suponen problema alguno para adaptarse a vivir en un piso, ya que no es cuestión de que sean grandes o mayores de cuatros años, sino del carácter que tengan», dice.
3. Un can de compañero en casa: más oportunidades para socializar
El perro es un animal gregario que precisa de la convivencia en grupo, no sólo para sobrevivir, sino también para ser feliz. Para el perro, su familia humana es su clan y necesita tres paseos diarios, que también sirven a sus dueños para interactuar con otras personas. «Un perro adoptado en casa es el mejor relaciones públicas», asegura García, de la protectora asturiana La Xana.
Así lo corrobora Alcalá, su homóloga extremeña, quien añade: «Un perro en casa nos obliga a salir a la calle y siempre acabas por conocer gente y entablar conversación con alguien, por lo que adoptar uno es muy recomendable para las personas que viven solas y necesitan relacionarse».
4. Un perro adoptado se entrega esterilizado, vacunado e identificado
Las protectoras y albergues de animales, ya sean privados o públicos, tienen como norma entregar a los perros en adopción esterilizados, vacunados e identificados. «Lo cual supone para los dueños un ahorro en gastos y en quebraderos de cabeza para decidir si se esteriliza o no al animal», explica Ramos, presidente de la protectora de Ceuta, donde se cobra 100 euros por entregar al can con la cartilla de vacunación al día, con microchip y castrado.
El problema del descontrol de camadas de canes que acaban abandonados, sacrificados y viviendo en condiciones inadecuadas es lo que más preocupa a los responsables de los albergues.
«Por más que se adopten perros, si continúan llegando cachorros, siempre tendremos superpoblación en los centros de recogida, por lo que la solución es esterilizar», advierte Ramos.
5. ¿Niños en casa? Un perro adoptado, el mejor compañero de juegos
Cuando hay niños en casa, la adopción de un perro, fruto de una decisión meditada y responsable, resulta una ocasión para experimentar de primera mano el acto solidario que supone ofrecer un nuevo hogar a un animal que ha sido abandonado.
El perro adoptado se convertirá en un gran compañero de juegos infantiles, con el que crecer y practicar la empatía y el respeto hacia cualquier ser vivo. «También es una oportunidad de fomentar la responsabilidad de los niños, a la hora de cuidar y ocuparse de su perro», añade Begoña Gallego, psicóloga.